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Problemas cerebrales, alteraciones en el sistema nervioso, mareos, náuseas, dolores de cabeza y trastornos del equilibrio fueron reportados por los diplomáticos, quienes además aseguraron que empezaron a sentirse mal desde comienzos del 2016, según informó CBS. Varios de ellos se vieron obligados a regresar a su país para obtener el tratamiento necesario.
De acuerdo con la agencia Associated Press, uno de los afectados denunció que había sentido un sonido agudo y focalizado -como si estuviera siendo manejado a través de un láser- que desaparecía al cambiarse de habitación.
Así, en medio de la ausencia de explicaciones para los cuestionamientos cada vez más recurrentes, cobró sentido la idea de que un ataque acústico había sido el responsable. Por un lado, sonó en la prensa estadounidense la hipótesis de que se trataba de infrasonidos, es decir, sonidos por debajo del espectro audible para el oído humano. Por el otro, dado el testimonio citado por AP, se dice se trató de ultrasonidos, es decir, sonidos por encima del espectro.
Está comprobado que sonidos intensos pueden causar daños estructurales que afectarían las fibras nerviosas en contacto con las células capilares, según escribió Richar Warry, editor de periodismo especializado para BBC.
No obstante, Warry advirtió que “las frecuencias que son inaudibles para los humanos no transmiten mucha energía mecánica a las partes sensibles de la oreja, por lo que los expertos creen que sería difícil usarlas para dañar la audición”.
Y mientras la prensa traza posibles teorías, Rex Tillerson, secretario deEstados de EE.UU, se limitó a referirse al asunto como un “incidente de salud”, que se encuentra en evaluación y que el FBI está estudiando.
De acuerdo con el diario El País de España, la hipótesis de un ataque acústico no cuaja del todo en la inteligencia estadounidense, pues los daños cerebrales encontrados en los funcionarios, no están relacionados científicamente con ningún tipo de aparato que emita ondas sonoras.
Cuba Brian Latell, ex analista de la CIA entrevistado El País, explica: "Nunca había visto nada igual y no soy capaz de explicármelo. Una posibilidad es que fuera una operación de inteligencia cubana que salió mal, y otra que estén detrás elementos que quisieran hacer descarrilar el proceso con Washington. En caso de que se tratara de esto último supongo que el Gobierno cubano tendrá que encargarse de ellos, pero si fuera así y lo hacen nunca se hará público y nunca nos enteraremos",
El gobierno cubano, por su parte, afirmó que no tiene nada que ver con el “supuesto ataque”, en un momento en el que el gobierno de Raúl Castro ha sido juicioso en mantener las relaciones diplomáticos con Estados, tras la gestión del gobierno de Barack Obama y en el que, a pesar de su inconformidad con los Castro, Trump no se ha echado para atrás.