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Este jueves, el presidente Juan Manuel Santos deberá confirmar el nuevo estatuto de socio global de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) durante una visita a la sede del organismo en Bruselas. Aunque Colombia adquirió esa categoría oficialmente en mayo de 2017, hoy será la ratificación.
Los esfuerzos para que Colombia lograra asociarse con la OTAN empezaron hace más de una década. Según Mauricio Jaramillo, profesor de la Universidad del Rosario, estar en un vecindario lleno de gobiernos de izquierda hizo que la administración de Álvaro Uribe buscara formas de prevenir una agresión: “La lógica era que el país estaba rodeado de enemigos y por eso era necesario buscar alianzas militares extrarregionales”. Esas iniciativas, recuerda Jaramillo, también tenían que ver con la fortaleza del gobierno de Hugo Chávez en Venezuela y con la compra de varios aviones de combate rusos y de 100.000 fusiles AK47 por parte del país vecino.
Ver más: "Ingreso de Colombia a la OTAN no tiene propósitos bélicos": Santos
Aunque la administración de Álvaro Uribe comenzó los acercamientos con las organizaciones internacionales, el resultado de ese trabajo se vio en 2013. Ese año, el entonces ministro de Defensa, Juan Carlos Pinzón, viajó Bruselas para establecer un acuerdo de intercambio de información con la OTAN.
También en 2013, el personal militar colombiano comenzó a recibir entrenamiento en las academias de la organización en Italia y Alemania.
A pesar de que en junio de 2015 la Corte Constitucional declaró el acuerdo inexequible “por vicios de procedimiento en su aprobación por el Congreso colombiano”, los acercamientos iban viento en popa: en 2015, la Armada Nacional participó con un buque en la operación de la OTAN contra la piratería marina en el Cuerno de África. Un año después, en 2016, comenzaron en el seno de la Alianza las deliberaciones para que Colombia adquiriera el estatus de “socio global”.
Los debates terminaron el 18 de mayo de 2017 y un mes después el Congreso respaldó la alianza, está vez sin objeciones de la Corte.
¿Alianza militar para el posconflicto?
“Mientras se habla de la reducción del pie de fuerza, de la desmoralización en las tropas y sobre un conocimiento y experiencia acumulados en 60 años que ya no serían útiles, con la llegada de la OTAN se abre una puerta para el intercambio de conocimientos y una nueva etapa de modernización en las fuerzas militares”, señala Jaramillo.Opinión que comparte el profesor de la Universidad Externado Rafael Piñeros, quien ve la ratificación de Colombia como “socio global” de la OTAN como “la materialización de un anhelo de las Fuerzas Militares y el gobierno nacional para ser reconocidos como un aliado estratégico”, algo que para Piñeros no habría sucedido si las fuerzas militares colombianas no hubieran probado su profesionalismo y la capacidad de alcanzar estándares internacionales.
La OTAN fue creada en 1949, cuatro años después del final de la Segunda Guerra Mundial. Desde entonces, la organización ha mutado y ha adquirido nuevos objetivos para justificar su existencia. Para Rafael Piñeros, el interés de la OTAN en una alianza con Colombia tiene que ver con el haber aprendido que “las amenazas a la seguridad de sus miembros no solamente están en el ámbito euroasiático, sino que tienen carácter global”. En ese sentido, la experiencia de Colombia en la lucha contra las organizaciones transnacionales del narcotráfico y demás grupos armados irregulares es altamente valorada.
A pesar del reconocimiento que la alianza con la OTAN representa para las Fuerzas Armadas colombianas, Piñeros destaca la debilidad diplomática del gobierno a la hora de explicar el alcance del acuerdo y evitar las tensiones con países vecinos.
El acuerdo con la OTAN no contempla la instalación de bases o tropas extranjeras en el territorio colombiano. Lo que sí se menciona en los documentos de la organización es la cooperación en asuntos relacionados con la seguridad electrónica, marítima y la lucha contra el terrorismo y el crimen organizado.
Ver más: Venezuela dice que ingreso de Colombia a la OTAN es "amenaza a la paz"
También se hace énfasis en la protección de civiles y niños, además de la promoción de la participación de mujeres en la construcción de paz y seguridad.
No obstante, Venezuela se convirtió en uno de sus mayores opositores. “Para los países grandes como Brasil, sin duda alguna no es conveniente que un estado firme una alianza en términos de seguridad y defensa con un actor extrarregional porque eso hablaría de falta de confianza o desinterés en los acuerdos regionales”, explica el profesor Piñeros.
Ser socio y no miembro
Colombia es el único país de América Latina considerado como un socio global de la OTAN, un estatuto de mayor cooperación, pero que no implica su membresía a la Alianza Atlántica. “Colombia es el primer socio de la OTAN en América Latina, pero sólo los países europeos pueden convertirse en (nuevos, NDLR) miembros”, tuiteó la vocera de la Alianza, Oaana Lungescu.
Los socios globales pueden contribuir a las operaciones y misiones de la OTAN, cooperación que se determinará con base en un programa individual.
Colombia se convirtió oficialmente en socio global en mayo de 2017, sumándose en esta categoría a Afganistán, Australia, Irak, Japón, Corea del Sur, Mongolia, Nueva Zelanda y Pakistán.
Ver más: Diferencias entre ser socio y miembro de la OTAN
Mauricio Jaramillo insiste en que la ausencia de bases o tropas extranjeras en Colombia elimina los riesgos para países como Venezuela, y señala que la asociación de la OTAN con Colombia no es más que el resultado de una alianza de largo aliento, de una años de sintonía con la doctrina militar con
Estados Unidos y, como consecuencia, con el organismo internacional: “Esa compatibilidad, unida a la coyuntura política en la que Colombia fue un estado que nunca giró a la izquierda como lo hicieron otros países de la región [como Argentina] garantizaron la asociación con la OTAN”.
Cristóbal Ruiz, profesor de la Unidad de Análisis del Mercado Financiero de la Universidad Nacional explica que “la alianza con la OTAN generará un impacto sobre los mercados financieros que, aunque no es directo, ni generará una ventaja exorbitante, va a producir mucha confianza entre los inversores, sobre todo en los escenarios en los que pueda haber ciberataques o problemas con el narcotráfico y el terrorismo. En esos casos vamos a contar con un respaldo de primera que permitirá que ese tipo de obstáculos no afecten el curso normal de la economía”.