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Desde que Trump llegó a la presidencia, Rudolph Giuliani sonó para varios cargos, como Secretario de Estado y Fiscal General. Nada de eso pasó, pero varias semanas tras la renuncia de John Dowd, el jefe del equipo de abogados del presidente estadounidense, parece que por fin se abrió una bacante para el polémico exalcalde de Nueva York.
A comienzos de 2016, cuando Giuliani estaba en la baraja de candidatos para ocupar los puestos que terminaron a cargo del Congresista Jeff Sessions y del empresario petrolero Rex Tillerson, los rumores sobre la llegada de Giuliani al gabinete de Trump causaban escozor, incluso entre los congresistas republicanos.El modo en que Giuliani había tratado a la comunidad negra y latina mientras ocupó la alcaldía de Nueva York eran el principal argumento.
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En 1992, por primera vez en la historia, Nueva York era gobernada por su primer alcalde afroamericano. Como gobernante, David Dinkins impulsó medidas para reducir el uso excesivo de la fuerza por parte de la policía, algo por lo que las comunidades afroamericanas siguen siendo particularmente afectadas.
En septiembre de 1992, la alcaldía fue rodeada por cientos de policías que protestaban por la propuesta de Dinkins para reemplazar a los miembros del comité encargado de recibir denuncias de abusos policiales.
Giuliani aprovechó la ocasión para dirigirse a los policías. Le echó la culpa al alcalde Dinkins de la “baja moral” en la institución y describió como “mierda” las medidas para reducir la violencia policial que impulsaba alcalde, que había vencido a Giuliani en las elecciones de 1989.
La protesta contra Dinkins, en la que la prensa local reportó que los policías lanzaron insultos racistas contra el alcalde, fue apenas un abrebocas de lo que vendría entre 1994 y 2001, cuando Giuliani logró reemplazar a Dinkins en el gobierno local. Durante esa época, el 50.6% de las detenciones callejeras en Nueva York se realizaron a de ciudadanos negros, el 33% a latinos y solo el 12.9% a las personas blancas.
Una vez dejó la alcaldía, Giuliani no ha dejado de protagonizar polémicas raciales: “Si fuera un padre afroamericano y estuviera preocupado por la seguridad de mi hijo […] le diría que sea muy respetuoso con la policía, la mayoría son buenos, pero algunos pueden ser muy malos y hay que tener cuidado. También les diría que hay que ser cuidadoso con la gente del barrio. No te juntes con ellos, hay una probabilidad del 99% de que ellos, y no la policía, traten de matarte”, dijo en una entrevista del 2016 que provocó la ira de las comunidades afroamericanas.
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Giuliani entraría a ser parte del equipo busca blindar al presidente de EE.UU. ante la investigación sobre la intervención rusa en las elecciones presidenciales. El exalcalde ya se ha pronunciado al respecto al decir que, aunque no está de acuerdo con la intervención extranjera en los procesos electorales de un país, “la realidad es que en política, las potencias foráneas lo hacer, incluso nosotros, algunas veces, intervenimos en sus elecciones”.
Según el New York Times, el nombramiento de Giuliani en el equipo de abogados de Trump es casi un hecho. Junto a él llegarían Jane Serene Raskin y Martin R. Raskin antiguos fiscales federales con base en Florida.