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Los cuerpos de tres bebés han sido encontrados y un centenar de personas están dadas por desaparecidas tras el naufragio el viernes de una embarcación de migrantes en las costas de Libia, informaron supervivientes y guardacostas, informa la agencia AFP.
Alrededor de 120 migrantes viajaban a bordo de la lancha neumática cuando ésta naufragó a seis kilómetros de las costas libias, afirmaron a la AFP varios supervivientes trasladados a la región de Al Hmidiya, a 25 km al este de la capital, Trípoli. Dieciséis personas han sido rescatadas.
Durante un año, la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) dijo que casi 4 000 migrantes habían muerto en el Mediterráneo, estas cifras son de 2016. En lo que va de este año, el Proyecto Migrantes Desaparecidos de la OIM (MMP por su sigla en inglés) ha registrado 942 muertes y desapariciones de migrantes.
Dudas sobre el acuerdo
Mientras tanto crecen las dudas sobre el acuerdo migratorio de la Unión Europea para la creación voluntaria de centros "controlados" para refugiados e inmigrantes ha sido recibido con cautela por ONG, agencias de la ONU y algunos partidos políticos, mientras ningún Estado miembro se ha mostrado dispuesto a albergarlos por el momento y la mayoría apunta a que deberían estar en los países de llegada.Según las ONG y algunas formaciones políticas, el pacto alcanzado esta madrugada no resuelve el problema migratorio y suprime en la práctica el derecho de asilo en suelo comunitario.
La oenegé Médicos Sin Fronteras (MSF) criticó el acuerdo europeo sobre los migrantes acusando a los países de haber pactado un "bloqueo de personas a las puertas de Europa". "Los únicos componentes en los que los Estados europeos parecen haberse puesto de acuerdo son, por una parte, el bloqueo de personas a las puertas de Europa, cualquiera que sea su vulnerabilidad y los horrores de los que huyen, y de otra parte, la demonización de las operaciones no gubernamentales de búsqueda y rescate", declaró a la AFP la responsable de las emergencias para MSF, Karline Kleijer.
El presidente de Francia, Emmanuel Macron, aclaró que no habrá centros para acoger inmigrantes en territorio francés. No obstante, Macron se mostró partidario de "ser más solidarios" con los países de primera llegada y apoyar un sistema similar al de los centros de acogida de Lesbos (Grecia), "donde se daba un proceso eficaz de acogida y retorno".
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En esa línea, el primer ministro belga, Charles Michel, dijo que los países mediterráneos como España "están en primera línea" para asumir la creación de estos centros.
La canciller alemana, Angela Merkel, subrayó que "hace falta solidaridad con los países de llegada", especialmente en la frontera sur de la UE, como Grecia, Italia y España.
Merkel, al igual que Macron, abogó por que las plataformas de desembarco de inmigrantes fuera de la UE se establezcan siempre "en cooperación con la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) y la Organización Internacional para las Migraciones (OIM)" y respeten "el derecho internacional".
El Gobierno austríaco, defensor de una de las líneas más duras contra la inmigración dentro de la UE, defendió que los países con frontera exterior deben evitar que los inmigrantes salgan sin control hacia el resto de Europa.
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El presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, explicó que su país ya cuenta con ellos, así como con un dispositivo "perfectamente instrumentado" para atender a asilados e inmigrantes.
"Creo que lo importante es que se vuelquen recursos económicos para ayudar a la respuesta que da España al fenómeno de la migración en nuestro país", remarcó, en línea con lo acordado durante la primera jornada cumbre.
Por su parte, el ministro del Interior italiano, Matteo Salvini, dijo que no se fía de "las palabras" hasta ver "qué principios, inversiones y hombres" incluye para reducir la ruta del Mediterráneo central.
Para el líder ultraderechista, las prioridades para frenar "este éxodo" deberían ser proteger la frontera externa, "no dejar sola a Italia" y desembolsar inversiones "verdaderas" y "no calderilla" para África.
Por otro lado, el acuerdo migratorio ha sido criticado por ONG como Oxfam, que denunció que la UE "descarga las responsabilidades en países de fuera" y trae consigo "la creación, de facto, de más centros de detención de migrantes".