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Panamá celebrará el domingo unas elecciones generales en las que un candidato independiente amenaza con patear el tablero ante el creciente hastío de los electores con una clase política salpicada por escándalos de corrupción.
Siete candidatos aspiran a la presidencia aunque las encuestas dan como favoritos al empresario y ganadero Laurentino Cortizo (Partido Revolucionario Democrático, socialdemócrata) y al excanciller y abogado, Rómulo Roux (Cambio Democrático, derecha). En un cercano tercer lugar aparece el independiente Ricardo Lombana, quien ha capitalizado la disconformidad con la corrupción en la clase política.
El vencedor sustituirá al presidente Juan Carlos Varela, quien dejará el gobierno con bajos registros de popularidad debido a la desaceleración económica, la subida del costo de vida, la sensación de corrupción y la crisis de sectores como la salud pública y la justicia.
El Espectador le presenta a los favoritos que aspiran a quedarse con la presidencia de Panamá:
Laurentino Cortizo
Foto: EFEA sus 66 años, este empresario y ganadero, conocido como "Nito" es el favorito para ganar el domingo la presidencia panameña. Dice que quiere ser "el primer obrero del país" para "rescatar" a su país, trece años después de haber renunciado al Ministerio de Agricultura durante el gobierno de Martín Torrijos, por desacuerdos con la forma en que se firmó el Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos.
Amante de la ganadería —asegura que él mismo ordeña, vacuna y desparasita a sus reses—, Cortizo repite con insistencia que va a "rescatar y transformar a Panamá". Sus seguidores destacan su humildad y sensibilidad social, mientras que sus detractores le achacan rodearse de diputados señalados por escándalos de corrupción. Él proclama que bajo su gobierno no habrá "intocables".
Su plan de gobierno incluye mejorar la educación, reformar el Estado, impulsar la economía, combatir la pobreza y la desigualdad, y mejorar la transparencia gubernamental.
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También ha prometido crear el Ministerio de Cultura y el de la Mujer, elevar los asuntos agropecuarios a política de Estado y castigar a las empresas acusadas de corrupción.
“Quiero dejar un legado", dice este amante del sancocho de gallina y el cangrejo guisado, que ganó las primarias de su partido con un amplio margen.
Si es elegido presidente, Cortizo habrá logrado que el Partido Revolucionario Democrático (PRD, socialdemócrata), fundado por el líder nacionalista Omar Torrijos -con el que tiene un enorme parecido físico-, regrese al poder tras una década de dominio de la oposición.
Rómulo Roux
Foto: AFPEl segundo en las encuestas es el opositor Rómulo Roux, quien ha dicho quiere hacer "cambios radicales" en su país. Roux es la carta del movimiento del detenido expresidente Ricardo Martinelli, del que fue su canciller.
A sus 54 años, este abogado obsesionado con el deporte tiene como objetivo que su partido Cambio Democrático (derecha), fundado por Martinelli hace 20 años, regrese al poder para repetir aquella época de expansión económica.
"Lo bueno vuelve", dice la campaña de Roux, excanciller y exministro del Canal de Panamá durante el gobierno de Martinelli (2009-2014), enjuiciado por espiar presuntamente a opositores durante su administración e investigado por múltiples escándalos de corrupción.
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Antes de la campaña, Roux tuvo diferencias con Martinelli y sus seguidores, que lo acusaban de traidor. Sin embargo, los derrotó y, no solo se hizo con las riendas del partido, sino que además ganó las elecciones primarias para ser candidato.
"Ya hicimos las paces", ha dicho Roux sobre Martinelli.
El candidato ha centrado su campaña en la reactivación económica, la creación de empleo, la reducción de impuestos y en destacar los logros que, a su juicio, tuvo la gestión de Martinelli.
Sus seguidores destacan de él su tenacidad, disciplina y capacidad de diálogo, mientras sus adversarios le recriminan el apoyarse en Martinelli para buscar votos.
Ricardo Lombana
Foto: Ricardo Lombana - FacebookEl candidato independiente, que se posiciona como “la tercera vía” para las elecciones del domingo en Panamá, sueña con derrotar a los partidos políticos de su país para acabar con el despilfarro y la impunidad, y sacar a los corruptos del gobierno. Con su discurso anticorrupción ha logrado colocarse en tercer lugar en las preferencias de los electores.
"El principal problema del país es la corrupción", dijo sin dudarlo a la AFP este abogado y periodista, de 45 años, que ha logrado meterse en la pelea contra los partidos tradicionales que han gobernado Panamá hasta la fecha.
Excónsul en Washington durante el gobierno de Martín Torrijos (2004-2009), Lombana cree que el 5 de mayo recibirá de forma masiva el "voto antisistema, antipartidos políticos, sobre todo contra sus cúpulas, que originalmente han sido corruptas".
De llegar al poder este amante del béisbol y el rock, convocará a un referéndum para una nueva Constitución que reste poder al presidente, limite el uso de fondos públicos y reforme la justicia.
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También desea aumentar las penas contra la corrupción, castigar a las empresas condenadas por ese delito, como la brasileña Odebrecht, y prohibir a los diputados gastar dinero público e impedir su reelección.
Como candidato de libre postulación, fue el último de los siete aspirantes presidenciales en conseguir las firmas necesarias para presentarse a los comicios.
Sus seguidores destacan su perseverancia, su carácter hogareño y su jovialidad, mientras que sus críticos lo fustigan por ser un novato de la política sin programa electoral definido, más allá de un conjunto de intenciones, según lo acusan.
Su familia se dedica a la repostería, un oficio que él estuvo a punto de seguir antes de decidirse por las leyes. En casa todavía hace postres, galletas y dulces para desestresarse, afirma.
Sin embargo, Lombana, el más joven de los aspirantes presidenciales, insiste: "Seremos implacables con la corrupción".