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Irak sigue pagando laa consecuencias de las fricciones entre Estados Unidos e Irán. Desde que el gobierno de Donald Trump llevó a cabo el ataque contra el general Qasem Soleimani, 19 cohetes han caído cerca de la embajada estadounidense en Bagdad. Los últimos tres cayeron hoy y otro más provocó daños materiales en un centro de apoyo logístico de Hash al Shaabi, una coalición de milicias favorables a Irán integrada en las fuerzas de seguridad, indicó el ejército.
Los cohetes no causaron víctimas, indicaron fuentes iraquíes y de la coalición. El comunicado, además, no indica si esos cohetes contra dos zonas bastante alejadas forman parte del mismo ataque. Periodistas de AFP escucharon múltiples explosiones seguidas de aviones que volaban en círculos cerca de la Zona Verde, el enclave de alta seguridad donde se encuentra la misión estadounidense.
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Fue el ataque número 19 desde octubre contra la embajada o contra los aproximadamente 5.200 soldados estadounidenses estacionados junto a las fuerzas locales en todo Irak. Los ataques habitualmente no son reivindicados, pero Estados Unidos ha responsabilizado por ellos a grupos respaldados por Irán a través de Hash Al Shaabi, una red militar incorporada oficialmente a las fuerzas de seguridad del estado de Irak.
En diciembre, un ataque con cohetes contra la base iraquí de K1 dejó a un contratista estadounidense muerto. Washington respondió con ataques de represalia contra una facción de Hashed en el oeste de Irak y días después un ataque de aviones no tripulados en Bagdad mató al general iraní Qasem Soleimani y a su mano derecha, el subdirector de Hashed, Abu Mahdi Al Muhandis.
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Las facciones han prometido venganza por la muerte de Soleimani y Al Muhandis, e insistieron en que las tropas estadounidenses deben abandonar Irak inmediatamente. El ataque del domingo se produjo pocas horas después de que una de las facciones de Hashed, Harakat Al Nujaba, anunciara una "cuenta regresiva" para expulsar a las fuerzas estadounidenses del país.