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La última vez que Michael Cohen habló con Donald Trump -durante diez años habían sido confidentes, amigos y cómplices- fue dos meses después de que el FBI allanara las oficinas, el apartamento y una habitación de hotel del abogado, el 9 de abril de 2018.
Después de eso, Trump no le volvió a contestar y las palabras amables que se habían dirigido públicamente se convirtieron en insultos. Lo último que dijo Cohen era que estaba “dispuesto a recibir una bala por su jefe”. Ayer, durante su testimonio ante el Congreso, Michael Cohen olvidó aquella promesa y disparó dardos envenenados contra Trump.
Dardos que, según expertos legales consultados por The New York Times, podrían llevar al actual inquilino de la Casa Blanca a los estrados judiciales. “Varias de las alegaciones específicas del señor Cohen en su declaración de apertura podrían ser relevantes para preguntas como si participó en una conspiración para afectar las elecciones de 2016, violó las leyes de financiamiento de campaña y obstruyó la justicia en un esfuerzo por desviar investigaciones”, señalan.
Entre otras cosas, el exabogado calificó al mandatario como “estafador, tramposo y racista”. Dijo que el presidente le había encargado silenciar a una estrella porno (mostró el cheque) y confesó 2016 que WikiLeaks publicaría material para perjudicar a Hillary Clinton, dos alegaciones que el presidente ha negado. Lea también: "Donald Trump es un racista, estafador y tramposo", dice su exabogado
Expertos legales dijeron que varias de las alegaciones específicas de Cohen en su declaración podrían ser relevantes para resolver si Trump participó en una conspiración para afectar las elecciones de 2016, violó las leyes de financiamiento de campaña y obstruyó la justicia en un esfuerzo por desviar investigaciones
La congresista Debbie Wasserman-Schultz, antigua presidenta del Comité Nacional Demócrata, le preguntó a Cohen si el presidente tenía conocimiento de ese tema. El exabogado respondió afirmativamente y contradijo con su testimonio al presidente. Lea también: Michael Cohen, de perro guardián de Trump a principal testigo en su contra
Los expertos le advirtieron a The New York Times que nada de lo que Cohen dijo en sus comentarios altera dramáticamente los hechos para abrir un caso legal contra el presidente. “Las leyes son complejas y los abogados de Trump han argumentado que no las violó. Y quizá lo más importante, señalan, hay una política del Departamento de Justicia que afirma que un presidente no puede ser acusado mientras esté en el cargo”.
Con algo adicional: “El daño que Cohen intenta infligir sobre Trump podría verse afectado por preguntas sobre su propia credibilidad que ya habían sido planteadas por los republicanos, quienes lo presentan como un hombre desesperado dispuesto a inventar historias poco favorables sobre Trump para salvarse”. Peter Zeidenberg, un exfiscal federal, le dijo a NYT que si “Cohen está diciendo la verdad y Trump mintió en las investigaciones del fiscal especial, esto puede ser perjurio y también obstrucción de la justicia”.