UE: una puerta difícil de abrir

Países como Macedonia del Norte y Albania lamentan más que cualquiera la salida del Reino Unido de la Unión Europea, pues durante años han luchado por ganarse un puesto en la comunidad. “Les dolerá quedar excluidos”, advierten.

Camilo Gómez y Nicolás Marín / @camilogomez8 y @nicolasmarinav
31 de enero de 2020 - 01:25 p. m.
Una bandera de la UE con una de las estrellas cortada simbólicamente frente al Parlamento británico.  / AFP
Una bandera de la UE con una de las estrellas cortada simbólicamente frente al Parlamento británico. / AFP
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Este viernes 31 de enero a medianoche (7:00 p.m. hora colombiana), el Reino Unido pondrá fin oficialmente a 47 años de matrimonio con la Unión Europea tras un tortuoso divorcio. Pasaron tres años, siete meses y ocho días, hasta hoy, desde que los británicos optaron por abandonar la comunidad europea en unas reñidas consultas. Los euroescépticos celebrarán la ejecución del brexit, como se le bautizó al proceso de abandono de Reino Unido como Estado miembro de la UE, en la Plaza del Parlamento con espectáculo de fuegos artificiales, como si se tratara de una Nochevieja. Pero mientras ellos se regocijan, hay otros que lamentan su partida, y no son precisamente los opositores los miembros de la UE, sino las naciones que por más de dos décadas han luchado por integrarse a esta comunidad sin éxito.

“Reino Unido sentirá el dolor de estar excluido”, dicen los países que buscan el ingreso a la UE tras la salida de los británicos. Los gobiernos de Macedonia del Norte y Albania, con deseo de convertirse en miembros, manifestaron que es un gran error salirse de la comunidad. Pero a pesar de su emotivo respaldo a que el bloque permanezca unido en estos momentos, los miembros de la UE han rechazado continuamente su integración. Vea también: Escocia busca su independencia de Reino Unido tras el brexit

La Unión Europea ha postergado frecuentemente las conversaciones que tengan que ver con la adhesión de Albania y Macedonia del Norte al bloque. No solo se trata de una falta de consenso por decidir cuándo comienza la discusión sobre la adhesión de estas dos naciones, sino si están lo suficientemente preparadas para integrar la UE. A pesar de que el gobierno de Macedonia del Norte ha hecho todo lo que la UE le pide, como cambiar el nombre de su país (antes Macedonia) para poner fin a una disputa con Grecia, los miembros más poderosos, como Francia, continúan dilatando su entrada, y eso ha generado molestias.

“Prometí a mis ciudadanos y a mis parlamentarios que si cambiamos nuestro nombre constitucional valdrá la pena, Europa lo apreciará y cumplirá; pero no cumplieron”, dijo irritado Zoran Zaev, primer ministro de Macedonia del Norte, quien agregó que Reino Unido lamentará su salida.

Tanto Albania como Macedonia son considerados Estados claves en los Balcanes para promover la estabilidad. Justamente por ello el ministro de Relaciones Exteriores de Macedonia del Norte, Nikola Dimitrov, apuntó que las conversaciones deben comenzar lo más pronto posible para luchar contra la amenaza nacionalista, que ha causado el retraso en su acceso a la UE.

A finales de 2019, Dimitrov dijo que, si la comunidad europea no respalda la integración de su país, pueden perder influencia en la región y se arriesgan a impulsar la presencia de rivales como Rusia y China, que también buscan dominio en los Balcanes junto con el gobierno de Turquía y las naciones del Golfo. El asunto, como señala el foro Global Voices, ya no se trata solo de la credibilidad de la Unión Europea, sino de la estabilidad en la región.

“Queremos una Albania europea”, corearon cientos de personas que salieron a manifestarse en Albania durante casi todo el año pasado. El ingreso a la comunidad europea del expaís comunista, que vivió una difícil transición a la democracia en la década de 1990, es una opción para unos ciudadanos que cargan con una desilusión constante frente a su gobierno, al cual acusan desde hace años de una profunda corrupción y de permitir el crecimiento frenético del negocio de la droga.

Uno de los principales malestares de los manifestantes es el primer ministro, Edi Rama, señalado por fraude electoral. La promesa de Francia y Alemania era que a mediados de 2019 se negociaría una posible inclusión en la comunidad, pero hasta el momento se ha dilatado su inicio.

La esperanza de entrar a la UE es todavía muy abstracta. La corrupción parece incrustada en la maquinaria del poder de Albania. Un estudio realizado entre 2016 y 2019, financiado por la misma UE, mostró que cerca del 20 % de los ciudadanos recibieron dinero o prebendas en procesos electorales. Todos estos movimientos habrían estado orquestados por narcotraficantes que tras bambalinas lograron corromper al electorado.

De hecho, un informe del Departamento de Estado de EE. UU. calificó en 2018 a Albania como un país de “corrupción desenfrenada, instituciones jurídicas y gubernamentales débiles y control fronterizo laxo”.

El gran problema de este momento es que, aún si Albania fuera aceptado en el bloque comunitario, tardaría años en hacerse efectiva la inclusión. "El destino de este país, el destino de los Balcanes occidentales, debe estar totalmente orientado hacia Europa", dijo Charles Michel, presidente del Consejo Europeo en una conferencia de prensa el pasado viernes con Rama, quien por su parte le dijo a “The Guardian” el año pasado que unirse al bloque significaría "tener la posibilidad de ubicarnos en una zona segura de la maldición de la historia".

La salida del Reino Unido podría generar un cambio en las posiciones de los Estados miembros de la UE para abrirles la puerta a las naciones que por décadas han insistido en unirse al bloque. Como explica el diario The Guardian: “Abrir las negociaciones de adhesión a la UE obligaría a los líderes de la región a impulsar reformas muy necesarias. Además, existe un gran entusiasmo entre las comunidades empresariales del país por los beneficios que podría aportar unirse a la unión aduanera y al mercado único”. La canciller alemana, Angela Merkel, declaró que ya está presionando a sus aliados para comenzar las conversaciones en la próxima cumbre de la UE en marzo. La salida del Reino Unido marcó, definitivamente, el futuro de la UE, tanto para entradas como para salidas.

Por Camilo Gómez y Nicolás Marín / @camilogomez8 y @nicolasmarinav

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