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Una caravana de más de 1.000 inmigrantes hondureños se dirige hacia Estados Unidos, mientras en su país el tema de nuevo vuelve a ser politizado por algunos sectores.
La caravana salió el sábado desde San Pedro Sula, norte de Honduras, país donde la inseguridad y la falta de empleos ha obligado a miles a irse a EE.UU. desde hace varias décadas. El lunes llegaron a Guatemala y hoy esperan continuar su ruta hacia el país norteamericano.
En el grupo de migrantes, que anoche pernoctó en Esquipulas, ciudad que en su principal iglesia guarda al Cristo Negro, símbolo de la fe guatemalteca y centroamericana, van muchos niños y mujeres, incluso algunos adultos con impedimentos físicos.
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Algunos viajan para reencontrarse con familiares que partieron antes arriesgando su vida con traficantes de personas conocidos como "coyotes", a los que pagan cantidades de dólares que pueden oscilar entre 4.000 y 6.000, o más, según testimonios de ellos mismos.
En esa travesía, son muchos los que han fallecido en territorio de México por causas como las de caer de un tren conocido como "la bestia" o ser asesinados por bandas criminales, entre otros hechos.
También son muchos los fallecidos en Estados Unidos y más de 50.000 los que son deportados cada año desde ese país y México, lo que no hace desistir a miles que anualmente se juegan la vida en su afán de llegar a la nación del dólar.
Al trascender que la caravana de inmigrantes salía en ruta hacia Estados Unidos, el Gobierno de México recordó el mismo sábado que los inmigrantes que quieran entrar a ese país deben hacerlo cumpliendo la legislación vigente y hacer los trámites que corresponden en los consulados.
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Estados Unidos, por su parte, indicó el domingo que la caravana de los inmigrantes hondureños en camino a ese país, va "con falsas promesas" que les han hecho personas que buscan explotarlos.
"Estamos seriamente preocupados por la caravana de migrantes que viaja al norte desde Honduras, con falsas promesas de ingresar a Estados Unidos, hechas por aquellos que buscan explotar a sus compatriotas", indicó la Embajada estadounidense en un comunicado.
Y hoy, el presidente norteamericano, Donald Trump, amenazó con retirar "de inmediato" los fondos de ayuda que su país proporciona a Honduras si la caravana hondureña de migrantes que salió el sábado no se detiene antes de llegar a territorio estadounidense.
"¡EE.UU. ha informado firmemente al presidente de Honduras (Juan Orlando Hernández) que si la gran Caravana de personas que se dirige a EE.UU. no se detiene y regresa a Honduras, no se dará más dinero ni ayuda a Honduras, con efecto inmediato!", advirtió Trump en su cuenta oficial de Twitter.
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Por su parte, el Gobierno hondureño, a través de la Secretaría de Relaciones Exteriores, pidió "a los diversos sectores políticos" que no utilicen como "bandera de lucha" a los inmigrantes de la caravana.
"Solicitamos a los diversos sectores políticos del país, no usar a los hondureños como bandera de lucha para sus propios intereses, ya que de por medio está la seguridad y la vida de decenas de hondureños que tienen un anhelo legítimo de que sus condiciones de vida mejoren", indicó la Cancillería de Tegucigalpa.
Según organismos humanitarios, entre 100 y 150 hondureños abandonan a diario su país, no de ahora, con el fin de llegar al "sueño americano" en EE.UU., lo que para muchos ha resultado una tragedia porque el único encuentro que tuvieron fue con la muerte.
Los más de un millón de inmigrantes hondureños que viven en Estados Unidos, entre residentes legales y los que han llegado sin documentos, pese a la dura política migratoria de Washington, envían remesas familiares que en 2017 rondaron los 4.000 millones de dólares, con lo que contribuyen a la débil economía de su país.