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La Conferencia de Obispos Católicos de Canadá (CCCB, por sus siglas en inglés) le dijo a sus fieles que evitaran las vacunas de Johnson & Johnson y AstraZeneca a través de un comunicado publicado el miércoles.
¿La razón?
La CCCB dice que estas dos vacunas usan “líneas celulares derivadas del aborto en su desarrollo, producción y ensayos clínicos”. Esta declaración es similar a la realizada en otros países como Estados Unidos donde la Conferencia de Obispos de ese país también instó a los fieles a optar por un antígeno diferente al de Johnson & Johnson debido a que sus prácticas iban contra la moral y la tradición católica.
“La vacuna con la menor conexión con las líneas celulares derivadas del aborto siempre debe ser preferida y elegida cuando sea posible”, señaló la CCCB.
Los laboratorios clínicos señalados aclararon que hay varios tipos de líneas celulares creadas hace décadas que usan tejido fetal y que son ampliamente usadas en la producción médica, pero estas actualmente son clones de las iniciales, no el tejido original propiamente.
“Nuestra vacuna no contiene tejido fetal alguno. Empleamos una plataforma tecnológica que utiliza células que fueron diseñadas y cultivadas en laboratorios a partir de una sola célula hace más de 30 años en una línea celular totalmente diseñada”, señaló Johnson & Johnson en respuesta a la controversia.
La declaración del CCCB ha preocupado a las autoridades sanitarias de Canadá. El ministro de Salud de Quebec, Christian Dubé, invitó a todos los ciudadanos a confiar en los expertos, mientras que el subdirector de la Agencia de Salud Pública, Howard Njoo, fue más fuerte en sus declaraciones y apuntó que el comunicado del CCCB era “decepcionante”.
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“Los obispos han fallado en su responsabilidad moral. Han hecho un uso muy pobre de su autoridad moral”, se quejó, por otro lado, Gabriel Nadeau-Dubois, portavoz del partido de izquierda Québec Solidaire.
La posición de la CCCB frente a estas vacunas ha encontrado oposición dentro las misma institución católica. El arzobispo de Montreal, Christian Lepine, le pidió a sus seguidores que ignoraran este comunicado en una carta pública.
“La Iglesia Católica en Montreal considera que la vacunación, especialmente en el contexto de la pandemia actual, es un acto de caridad. Los creyentes pueden con buena conciencia cualquier vacuna autorizada”, escribió Lepine.
¿Si soy católico puedo usar la vacuna de AstraZeneca y de Johnson & Johnson?
La enseñanza de la Iglesia Católica dice que el aborto es un pecado grave. Pero el propio papa Francisco lo ha dicho: “la humanidad se salva y el virus se neutraliza con las vacunas, y medicación para todas las personas. Solamente vacunando toda la humanidad, y dando los medicamentos a quien los necesite se podrán abrir las fronteras y recobrar la normalidad en las relaciones internacionales”.
El Vaticano declaró en diciembre de 2020 que es “moralmente aceptable” que los católicos romanos reciban vacunas contra el COVID-19 aún si estas están basadas en investigaciones que usaron células derivadas de fetos abortados. La oficina de vigilancia de la Santa Sede enfatizó en que no siempre es posible obtener vacunas que no planteen un dilema ético, y se hacía difícil que estas llegaran a médicos y pacientes por las condiciones especiales de almacenamiento y transporte. Por ello, y en vista de la gravedad de la pandemia y la falta de alternativas, se justifica recibir vacunas de todo tipo pese a su conexión remota con líneas celulares moralmente comprometidas.
Después de todo, dice el Vaticano, vacunarse contra el coronavirus “debe entenderse como un acto de caridad hacia los demás miembros de nuestra comunidad”.
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