Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
La preocupación mayor tras el triunfo de Donald Trump en las elecciones de Estados Unidos, más allá de su falta de experiencia en política y su desconocimiento de otros tantos temas claves en el Gobierno, pronto dio un giro: su influencia "negativa" en una buena parte de la población que lo votó. Lo que resaltaban varios analistas era que su mensaje xenófobo y racista había hecho eco.
Un informe del Southern Poverty Law Center (SPLC) lo confirma. Su investigación señala que los diez días siguientes al triunfo de Trump, se multiplicaron los ataques racistas en el país. Varios periódicos estadounidenses así lo registraron: esvásticas en los baños de las universidades, jugadores negros atacados, estudiantes latinos acosados con mensajes de "vete a tu país", entre otros, fueron registrados en las redes sociales.
Los autores del registro señalaron en rueda de prensa en Washington que "Donald Trump se siente sorprendido porque su elección desató un aluvión de odio en el país, pero no debería estarlo, esto es el resultado predecible de la campaña que lideró", aseguró Richard Cohen, director ejecutivo de la organización que realizó el documento.
La mayoría de ataques, de los 87 documentados en apenas diez días por SPLC, se presentaron en escuelas y universidades. Algunos estudiantes obligaron a los estudiantes afroamericanos a sentarse en las sillas de atrás del autobús y en las paredes de varios centros escolares aparecieron mensajes de supremacía blanca pintadas en las paredes. Algunos de los mensajes más preocupantes fueron: "El presidente dice que ahora podemos matar a todos los maricas" o "El presidente volverá a hacer a este país blanco de nuevo" o "devuélvete a tu país, aquí no te queremos".
Los últimos ataques
California ha sido uno de los estados en donde se han reportado ataques. Tres mezquitas, por ejemplo, recibieron en los últimos días cartas con amenazas contra el Islam que aseguran que el presidente electo Donald Trump "limpiará" Estados Unidos.
Las misivas, dirigidas a los "hijos del Satanás", descargan insultos contra el Islam y aseveran que Trump "va a limpiar a Estados Unidos y devolverle su esplendor", denunciaron los responsables de la Asociación Cair en California (oeste), al reclamar más protección policial alrededor de las mezquitas.
La primera carta fue recibida el jueves en la mezquita de Evergreen de San José, norte de California, y las otras dos este domingo en los templos de Long Beach y Claremont, cerca de Los Ángeles. La policía "debe investigar esta campaña islamófoba contra los lugares de oración en California, pues se trata de un acto de intimidación religiosa", dijo el responsable de Cair en Los Ángeles, Hussam Ayloush.
"Los dirigentes de nuestro estado deben rechazar la creciente intolerancia contra los musulmanes", agregó en un comunicado.
En 2015, la policía registró un aumento de 67% de los actos contra los musulmanes estadounidenses, que representan el 1% de la población. Cair aseguró haber constatado un "aumento de los actos contra musulmanes estadounidenses desde la elección presidencial" el 8 de noviembre.
Otras asociaciones que luchan contra el racismo y el Partido Demócrata también han denunciado un aumento de la violencia contra las minorías después de la victoria de Trump, que en campaña tuvo un discurso antimusulmán.
Extrema derecha o la "alt-right"
Menos de dos semanas después de la elección de Donald Trump, simpatizantes de ese movimiento híbrido bautizado "alt-right" ('derecha alternativa') se reunieron para saborear el instante y soñar con un Estados Unidos blanco, viril y anti-inmigración en torno a uno de sus líderes informales, Richard Spencer.
"¡Hail Trump! (...) ¡Hail nuestra victoria!". El encantamiento que se percibe en el edificio Ronald Reagan de Washington, a dos pasos de la Casa Blanca, es recibido con saludos nazis que reflejan el radicalismo de una parte de la nueva extrema derecha estadounidense.
"En el futuro, la 'alt-right' puede, en tanto que vanguardia intelectual, completar el trabajo de Trump", dice en el escenario este treintañero de traje y cuidadosamente peinado y al ras en los costados, como muchos de sus compañeros de ruta, al estilo "fascio".
Trump se esforzó sin embargo por tomar distancia. "No quiero impulsar a ese grupo, lo desapruebo", declaró al New York Times.
A la cabeza de un oscuro think tank, el National Policy Institute, este diplomado en estudios superiores es una de las caras visibles de esta nebulosa que nació y se desarrolló en internet, a la que se unieron jóvenes más bien educados y que entre sus aliados cuenta al recién nombrado asesor especial del presidente electo Trump, Steve Bannon.
"La emergencia de Trump cambió la situación. El movimiento alt-right ve su victoria electoral como un gran avance que les ofrece un escenario que les permite tener una amplia audiencia", explicó a la AFP Nicole Hemmer, experta en movimientos extremistas de la universidad de Virginia. "Eso los hace más visibles y les da una sensación de mayor poder político".
El movimiento, que ha irrumpido recientemente en la escena pública, no tiene una estructura formal y su ideología abreva en la extrema derecha tradicional y en la teoría de la supremacía blanca así como de la denuncia del libre comercio.
"La alt-right piensa que es necesario cierto grado de separación entre los pueblos para preservar la cultura", escribieron dos figuras vinculadas a ese movimiento en un manifiesto publicado en marzo en el sitio Breitbart News, dirigido entonces por Bannon.
Esta separación debe sin duda, ser racial y religiosa: el movimiento, que reivindica una filiación con la extrema derecha y principalmente la Nueva Derecha francesas, es prolífico en teorías pseudocientíficas sobre la supuesta jerarquía entre las razas y profesa un profundo odio a los judíos y musulmanes.
"Lo más vergonzoso de la izquierda es que quieren más inmigración musulmana (...). Los izquierdistas quieren con más fuerza que esta enfermedad entre en nuestra sociedad, más de lo que quieren protegerse a sí mismos", declaró Kevin MacDonald, un profesor de psicología jubilado durante una reunión realizada el sábado en Washington.
Según el Southern Poverty Law Center, especializado en los movimientos extremistas, la Derecha Alternativa o "alt-right", se basa en la idea de que "la identidad blanca" estaría amenazada por el multiculturalismo, lo "políticamente correcto" y la justicia social.
Este culto a la homogeneidad identitaria los lleva igualmente a rechazar la economía de mercado defendida tradicionalmente por el Partido Republicano.
"La élite republicana, con su creencia inoxidable en el libre mercado, podría ser tentada a destruir una catedral para remplazarla con un centro comercial, si eso tuviera sentido económicamente hablando", afirma el "manifiesto" publicado por Breitbart, que afirma que tal decisión sería un "horror" para la alt-right.
Distancias
No hay duda de que algunos de los argumentos de campaña de Trump encontraron receptividad en el movimiento: el candidato republicano combatió ferozmente el libre cambio, prometió erigir un muro en la frontera con México y llamó a prohibir la entrada de los musulmanes al país.
El magnate tampoco se priva de criticar a la prensa tradicional, aborrecida por la alt-right, y muestra un machismo a toda prueba cultivado por esta tendencia que desprecia al feminismo.
El sábado Spencer evocó una "conexión psíquica" con el nuevo presidente estadounidense: la alt-right era una "cabeza sin cuerpo" y Trump "una suerte de cuerpo sin cabeza" al comienzo de su campaña, resumió.
Presionado desde todas partes y criticado principalmente por haber designado a Bannon como asesor, Trump se esforzó el martes por tomar distancia de sus radicales partidarios.
"El presidente electo Trump continuó criticando toda forma de racismo y fue electo para ser el líder de todos los estadounidenses. Afirmar lo contrario es una interpretación errónea del movimiento que reunió a estadounidenses de todos los horizontes", indicó su equipo en un comunicado.
La creciente popularidad del movimiento también concitó la atención de Twitter que cerró varias cuentas relacionadas con la alt-right, incluida la de Spencer, a quien por otra parte se le impidió la entrada al espacio Schengen en 2014.
"Hay una gran purga en curso y purgan a la gente sobre la base a sus opiniones", comentó.
Quienes presentaron el informe sobre el aumento del racismo en el país le hicieron un llamado a Trump para que condene con firmeza los ataques racistas. Además, 675.000 estadounidenses firmaron una petición solicitándole a Trump que se distancie de las posturas extremistas de los nacionalistas blancos y retire el nombramiento de Stephen Bannon como asesor en la Casa Blanca.