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El pasado 9 de diciembre, el presidente Barack Obama ordenó una revisión completa de la piratería informática por parte de Rusia, que habría sido diseñada para influir en las elecciones del 8 de noviembre de 2016. Ese día, la consejera de Seguridad Nacional y Contraterrorismo de la Casa Blanca, Lisa Monaco, dijo que el presidente ya estudiaba sanciones contra Rusia.
"El presidente le ha pedido a la Comunidad de Inteligencia que lleve a cabo una revisión completa de lo que sucedió durante el proceso electoral de 2016, para aprender las lecciones de ese caso y para informarle a una serie de partes interesadas", dijo. "Esto es consistente con el trabajo que hicimos durante el verano para involucrar al Congreso en las amenazas que estábamos viendo", agregó.
Días después Obama aseguró que EE.UU. tomaría las medidas pertinentes en el momento en que considerara. Y así lo hizo. El jueves 29 de diciembre Obama anunció sanciones en contra de Rusia por "injerencia" en asuntos internos. De acuerdo con The New York Times, Obama ordenó la expulsión de 35 agentes rusos del país y el cierre de varias oficinas rusas en el país.
"He ordenado un número de acciones en respuesta al agresivo acoso del gobierno ruso sobre funcionarios estadounidenses y operaciones cibernéticas contra la elección estadounidense", señaló Obama según un comunicado de la Casa Blanca, prometiendo otras acciones para el futuro.
De acuerdo con The Washington Post el mandatario prepara además sanciones económicas y diplomáticas en contra del gobierno de Vladimir Putin. El periódico señala que la Administración de Obama concreta ahora los detalles de esas sanciones, que pretende imponer antes de que el mandatario demócrata deje la Casa Blanca el 20 de enero y que podría anunciar esta misma semana.
El Ejecutivo busca también blindar esas sanciones para que Trump no pueda revertirlas fácilmente si ese fuera su deseo cuando llegue al poder, el 20 de enero. Según NYT, "Donald Trump tendría un dilema, pues tendrá que decidir si levanta las sanciones a las agencias de inteligencia rusas cuando asuma el cargo.
Sin embargo, tendrá que tener en cuenta que hay muchos republicanos en el Congreso que piden una investigación pública sobre las acciones de Rusia. Si el señor Trump leventara las sanciones, le requeriría que rechazara de manera efectiva las conclusiones de sus agencias de inteligencia".
Dice la prensa local que, además de las sanciones económicas y diplomáticas, la respuesta de EE.UU. a Rusia incluirá muy posiblemente operaciones informáticas encubiertas. De hecho, la cadena CNN recuerda que el propio Obama insinuó esto en una reciente entrevista.
EE.UU. sancionó en primer lugar al Departamento Central de Inteligencia ruso (servicio militar de inteligencia, GRU por su acrónimo en ruso) y al Servicio Federal de Seguridad (servicio de seguridad nacional, FSB).
Entre las seis personas sancionadas con la congelación de sus bienes están Vladimir Stepanovich Alexseyev, Sergei Gizunov, Igor Kostyukov e Igor Korobov, que ocupan cargos directivos en el servicio de espionaje militar ruso.
Asimismo, Aleksei Alekseyevich Belan (con pasaporte lituano) y Evgeniy Mikhaylovich Bogachev, dos individuos a los que no vincula directamente con los organismos de inteligencia pero que Washington acusa de apropiación indebida de fondos y de datos personales a través de ataques informáticos.
Adicionalmente, EE.UU. impuso sanciones contra tres empresas rusas dedicadas a seguridad cibernética a las que acusa de proveer las herramientas al GRU y al FSB para los ataques.
Los funcionarios de la Casa Blanca tratan ahora de acomodar estas sanciones a la orden ejecutiva firmada por Obama en 2015 para castigar a agentes extranjeros que perpetraran ataques informáticos que pusieran en riesgo la seguridad nacional o la estabilidad financiera del país.
Esa medida contemplaba sanciones por ataques contra la infraestructuras estadounidenses, como la red energética o la de transporte, pero no contra su sistema electoral.
La orden permite a las autoridades embargar propiedades en Estados Unidos de las personas implicadas en los ataques, bloquear sus operaciones comerciales y prohibirles la entrada al país.
Agencias de inteligencia estadounidenses coinciden en que Rusia interfirió en los comicios con ataques informáticos contra el Partido Demócrata y la campaña de Hillary Clinton para ayudar a la elección de Trump, aunque el Kremlin los ha negado.
Sobre estas supuestas interferencias en las elecciones presidenciales y su influencia en los resultados electorales, Spicer subrayó hoy que, "políticamente, mucha gente de izquierdas continúa socavando la legitimidad" de la victoria de Trump, lo cual, afirmó, es "desafortunado".
El presidente electo, Donald Trump, siempre ha dicho que no hay ninguna prueba de que Putin haya podido influir a su favor en los comicios. Si EE.UU. tiene pruebas claras de que alguien ha interferido en nuestras elecciones, debemos darlas a conocer", dijo en una conferencia telefónica con medios de comunicación Sean Spicer, portavoz del equipo de transición de Trump, quien pasa estos días festivos en su club privado Mar-a-Lago, en Palm Beach (Florida).