La muerte de un joven en la vereda el Cairo de Villavicencio (Meta), alertó a las autoridades para que le siguieran la pista a una red de reclutamiento en el oriente del país, cuyo objetivo, al parecer, era vincular combatientes al Clan del Golfo y que, supuestamente, era dirigida por Jesús Ramos Machado, alias Voluntario. Por estos hechos, Ramos Machado fue capturado y un juez lo envió a la cárcel, luego de que la Fiscalía lo señalara de ayudar al máximo jefe alias Otoniel, en su plan de expansión territorial.
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De acuerdo con las investigaciones, alias Voluntario era uno de los principales líderes del Clan del Golfo en la frontera con Venezuela. Por instrucción de Darío Antonio Úsuga, conocido como alias Otoniel y a la fecha el hombre más buscado por las autoridades, el procesado se habría trasladado en 2019 al departamento del Meta, para comandar un grupo de más de 100 hombres y apoderarse de las rutas de cocaína en zona limítrofe.
“En ese sentido, una fiscal de la Dirección Especializada contra las Organizaciones Criminales imputó a alias Voluntario, ante un juez de garantías de Montería (Córdoba), los delitos de concierto para delinquir agravado y homicidio. Este último cargo está relacionado con la muerte de un joven que presuntamente se negó a vincularse y seguir las órdenes de la red ilegal (en Villavicencio)”, agregó la Fiscalía.
El ente investigador cuenta que alias Voluntario llevaba más de dos décadas delinquiendo en el país. Habría iniciado su carrera criminal en el Bloque Centauros de las Autodefensas, en 1998, grupo paramilitar del cual fue miembro alias Otoniel. El historial de Voluntario da cuenta de que se desmovilizó y se postuló a la Ley de Justicia y Paz -justicia transicional-, cuyos beneficios permitieron que quedara en libertad por sustitución de medida de aseguramiento.
Desde su desmovilización, asegura la Fiscalía, se habría asociado con su antiguo cómplice Otoniel y se trasladó a los llanos orientales. “En Meta y Guaviare habría adquirido la franquicia criminal de Los Puntilleros, y en Norte de Santander, supuestamente, pactó alianzas con Los Rastrojos (grupo armado narcoparamilitar que delinquía principalmente en Santander y Norte de Santander). De esta manera cumplía el plan de expansión ilegal de alias Otoniel”, agrega la Fiscalía.
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El presidente Iván Duque, en el primer consejo de seguridad del año, el pasado 4 de enero en Cartagena, ya había reportado la captura de Jesús Ramos Machado, a quien describió con el alias de Aquiles y no de Voluntario. “Es un criminal de alta peligrosidad y uno de los lugartenientes de alias Otoniel, quien era el encargado de la expansión de las operaciones de esa estructura en regiones como la Orinoquía. Su captura no solo afecta la capacidad financiera y de movilidad del Clan de Golfo, sino que nos acerca a objetivos de alto valor estratégico”, explicó el máximo mandatario.
La captura y posterior medida de aseguramiento contra alias Voluntario se da tres días después de la caída de John Fredy Zapata, alias Messi, quien será procesado como presunto líder de una organización de narcotráfico y lavado de activos, que colaboraba frecuentemente con las finanzas del Clan del Golfo en los departamentos de Quindío, Córdoba, Antioquia y Risaralda. De acuerdo con la Fiscalía, a alias Messi, y a otros siete supuestos integrantes, les fueron embargadas siete empresas y 33 inmuebles avaluados en más de $4,2 billones.
“El modus operandi de esta organización criminal era crear empresas fachada de construcción, inversión en hotelería, estaciones de servicio de combustible, finca raíz y ganadería, para dinamizar el flujo de capital ilícito en el sistema financiero legal. Para esto, alias Messi inyectaba dinero en campañas políticas de la subregión del Urabá, inversión en grupos musicales y jugadores de fútbol, con el fin de maximizar la ganancia criminal y realizar un mayor aporte a las rentas del Clan del Golfo”, explicó la Dirección de Investigación Criminal e Interpol de la Policía (Dijín).
De acuerdo con detalles de la investigación conocidas por El Espectador, alias Messi tenía contacto directo con alias Otoniel, al punto de que se hablaban mediante correos humanos y electrónicamente a través de la deep web. La zona de influencia de John Fredy Zapata era el Urabá Antioqueño, donde gozaba de prestigio por su apoyo económico a jóvenes futbolistas. De hecho, el capturado estaba a punto de lanzar una escuela de formación deportiva y poseía los derechos deportivos de varios futbolistas de la segunda división colombiana.