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De acuerdo con el juez, desde que se escribió la acusación hasta el inicio del juicio oral deben pasar máximo 90 días. Han pasado 127 días y dicha diligencia no se ha llevado a cabo, razón por la cual la presunta insurgente quedaría libre por vencimiento de términos. Se espera que este viernes se informe si Baquero queda libre o la Fiscalía apela la decisión.
La historia de Marilú Ramírez se conoció en 2007, cuando la presunta subversiva se infiltró en un curso para oficiales de alto grado al tiempo que asistía a toda clase de eventos militares y sociales.
Marilú Ramírez Baquero, de 40 años de edad, quien se presentó ante los militares como funcionaria de la Veeduría de Bogotá, logró ser aceptada en el 2005 como parte del personal civil que asiste a esos cursos, que son dictados por oficiales superiores, según reveló la revista Semana. En los mismos también participan el presidente de la República, ministros, magistrados de la Corte Suprema de Justicia, fiscales, procuradores, militares extranjeros, empresarios nacionales y extranjeros, entre otros.
Ramírez y otros cinco guerrilleros de las milicias urbanas de las Farc en Bogotá fueron arrestados el mes pasado por miembros del Ejército especializados en combatir a las guerrillas en un barrio popular al suroeste de la capital. La insurgente, tratando de evadir a las autoridades, presentó un carné que la acreditaba como graduada civil del Curso Integral de Defensa Nacional, que dura más de 10 meses.
Baquero está involucrada en un atentado con carro bomba en una universidad militar en Bogotá, que dejo 23 personas heridas y razón por la cual el presidente, Álvaro Uribe, suspendió las gestiones que se adelantaban con las Farc de cara al acuerdo humanitario. El vehículo con el que se perpetró el ataque fue dejado en el estacionamiento del centro educativo por un hombre que vestía prendas militares, según se constató después en los videos de seguridad.
Al momento del atentado, en octubre del año pasado, estaban presentes el comandante del Ejército, general Mario Montoya, así como el representante de la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Juan Pablo Corlazzoli, quienes resultaron ilesos, entre otras personalidades.
La mujer pasó por encima de todos las estrategias de seguridad que existen para este tipo de eventos. Logró incluso visitar y tomar fotografías de bases militares, de un buque de la Armada y de otras instalaciones. Sus actividades fueron descubiertas a raíz del decomiso de un computador portátil que dejó abandonado Carlos Antonio Lozada, jefe guerrillero de las Farc, durante un ataque del Ejército a un campamento insurgente en abril de este año en el departamento del Meta, al sur del país.
Allí se encontró información de correos electrónicos que se intercambiaron Lozada y Ramírez. “Los tentáculos de las actividades terroristas de Marilú Ramírez aún no son conocidos en su totalidad. Lo que sí es claro es que alguien debe responder por semejante gol de la guerrilla a las Fuerzas Armadas y al país”, según Semana.