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Esta semana, la Fiscalía anunció como uno de sus avances en el caso Odebrecht la imputación a un grupo de empresarios que están bajo investigación para esclarecer si facilitaron o no el ingreso de recursos de la multinacional brasileña a la campaña reeleccionista de Juan Manuel Santos en 2014. Desde 2019 esa diligencia está programada, pero se ha aplazado dos veces. En esta ocasión, el anuncio fue porque al cargo de enriquecimiento ilícito se agregó el de lavado de activos. Entre esos empresarios está Andrés Sanmiguel, a quien el ente investigador también investiga por haberse quedado, presuntamente, con dineros públicos ($12.241 millones) para la construcción de un parque deportivo en San Andrés.
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En entrevista con El Espectador, Ángel Brediñana, empresario español que vivió una buena parte de su vida en Bogotá y fue amigo de Sanmiguel hace años, dice que tiene información de cómo el hoy investigado empresario Sanmiguel habría ganado contratos de licitación pública con varias entidades falsificando papeles. Bedriñana también denuncia que, aunque la Fiscalía lo contactó en 2019, a la entidad solo le interesaba información sobre el caso Odebrecht y que declaró lo poco que supo, que le contó el propio Sanmiguel. Dice que está aún presto para dar a conocer a las autoridades todo lo que sabe.
¿Cómo conoció a Andrés Sanmiguel?
Yo viví muchos años en Colombia y me hice amigo de él en 1989, aproximadamente. Nos conocimos en la Escuela de Lanceros del Ejército y luego con los años tuvimos varios amigos en común. Salíamos mucho y era muy cercano a su familia.
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¿En qué momento empezó a hacer negocios con Sanmiguel?
Cuando me vengo a España, pierdo contacto con él. Ahora vivo en Madrid y tengo mis negocios acá. Él se contacta conmigo aproximadamente en 2009 o 2010 y me dice que está trabajando para una empresa española llamada Fagar Servicios 97, que les estaba yendo bien porque era el director financiero. En ese momento me dijo que estaba buscando empresas para presentarlas en licitaciones, ya que Fagar no alcanzaba a participar en muchas de las licitaciones porque no tenían la capacidad económica, logística ni las certificaciones de obra que se exigen. Entonces me dijo que, como yo conocía gente y mi padre también, le hiciera contacto con empresas para presentarlas en Colombia y fuéramos mitad y mitad de lo que saliera. A mí me pareció bien.
¿Qué pasó luego?
La primera vez que nos vimos fue en 2010 o 2011 durante un Año Nuevo en Berlín y es en ese momento que yo le presento a una serie de empresas españolas importantes. Sin embargo, él me dice que hay un problema con ellas, porque esas empresas nos podían saltar luego con las comisiones. Ya cuando llegamos a Madrid, me dijo que él necesitaba una empresa pequeña y que estuviera mal económicamente para que él pudiera manejar. Yo no entendía su propósito, pero ante su insistencia le presentamos con mi primo y un amigo de él a una compañía madrileña llamada Comsa. Nos reunimos con sus directivos y Sanmiguel les plantea el negocio para licitar en Colombia. Sin embargo, los de Comsa dicen que están en quiebra y que esta se iba liquidar. Sanmiguel le respondió que no había problema, que en Colombia, recuerdo muy bien que usó esas palabras, la iba a poner a “volar económicamente” falsificando documentación.
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¿A qué licitaciones se presentaron con Comsa?
Recuerdo que se presentaron a varias, pero en ese momento recuerdo a una con la Universidad Militar y otra en Soledad, Atlántico. Luego de esa reunión con la gente de Comsa, fue la primera vez que discutimos porque me parecía una locura todo ese tema de la falsificación, cuando le había presentado a empresas grandes y que andaban muy bien. Él seguía diciendo que nos podían succionar gran parte de las comisiones y que en Colombia nadie se iba a dar cuenta de que Comsa estaba quebrada. Luego viajo a Colombia para reunirnos con la gente de Sacyr y es en ese momento que me cuenta que le va a robar la empresa Gistic Soluciones, la empresa de Esteban Delgado, y que era para un “tema político”. Yo le conté esto a la Fiscalía, pero no mucho más porque hasta ahí supe.
¿En qué momento se desvinculó usted de Sanmiguel?
Fue en ese momento, porque tuvimos una serie de reuniones con otros empresarios. Estuve en Bogotá más o menos un mes y medio y durante los últimos diez días tuvimos varios enfrentamientos, porque insistía con la falsificación de balances para presentarlos en Colombia y además quería estafar a mi primo y su amigo con las comisiones, así que yo no seguí con eso. Cuando vuelvo a España él me pide que le consiga otra empresa para licitar en un contrato para la construcción de unas casas prefabricadas en Guaviare o Casanare y la Gobernación quería regalárselas a una población que había quedado damnificada después de un sismo. Cuando estaba en esa labor, coincidencialmente me encuentro a Sanmiguel, a mi primo y su amigo saliendo de un hotel. Me habían sacado de todo, porque yo no estaba de acuerdo con hacer maniobras ilegales.
Pero si usted no participó en esos negocios, ¿cómo sabe que fueron ilegales?
Sé qué balances se falsificaron, qué información financiera se modificó, escrituras y empresas que participaron de todo esto porque yo estaba copiado en los correos, pero ellos no se dieron cuenta y los fui guardando.
¿Usted aportó estos correos a la Fiscalía General?
No y lo que me extraña es que cuando me vinieron a buscar solo querían saber sobre el tema Santos-Odebrecht y les conté que Sanmiguel me había contado, en las oficinas de Fagar, que le iba a quitar la empresa a Esteban Delgado para un tema político. Yo preferí estar al margen de eso y me concentré en el tema de sacar nuestros negocios con la PTAR del Salitre y en Soledad, Atlántico. Yo estuve con un fiscal en ese momento y le dije que tenía esa información, me imagino que la investigación estaba orientada solo a esto. Es que el caso Odebrecht es la punta del iceberg de la corrupción de Sanmiguel. Él también tiene negocios con una empresa llamada Licuas y con ella falsificó todo.
¿Qué le proponía Sanmiguel sobre cómo manejar el dinero de las licitaciones en las que se iban a presentar?
Él me decía que hiciéramos algo parecido a los hermanos Nule: poner unas vallas y que nos robáramos el dinero, que él tenía un contacto en Malta para meterlo en un banco de ese país. O que compráramos inmuebles en Miami. Su ambición por el dinero siempre lo sobrepasó y no le importaban las consecuencias. Su familia debe estar aterrorizada con lo que hoy vive, porque son personas correctas. Sinceramente, nunca vi que Sanmiguel quisiera dejar un legado para la población colombiana con las obras que ganaba.
¿Qué le dice hoy usted a la Fiscalía?
Hay personas en Colombia que a duras penas pueden llegar a fin de mes, pero pagan sus impuestos con su trabajo; creo que no puede haber gente tan basura y sin ningún escrúpulo que se lleve tan fácil el dinero de los colombianos. A Sanmiguel no le importa nadie, él engañó a todo el mundo. Es que no defienden a la gente, a la Fiscalía no le interesan estos hechos. Con lo que le descubrieron en San Andrés he quedado flipando porque este tío no dejó nada. El fiscal general Barbosa dijo que esto se trataba de un elefante blanco, pero si siguen investigando a Sanmiguel van a encontrarle ballenas, micos, lagartos, ratas, águilas, de todo. El ente investigador tiene que ver cada uno de los contratos que ganó Sanmiguel.
¿Usted por qué denuncia estos hechos?
Andrés Sanmiguel ha hecho daño a muchas personas. Es un tipo que nunca ha ido recto. Gente como él merece una condena social, se roban el dinero de la gente y no pasa nada. Colombia tiene que perseguir a estos chorizos que roban el dinero de un país que tanto necesita en infraestructura, que este tipo se haya enriquecido y no pase nada. También me duele ver a Esteban Delgado y a David Portilla con temor de que los maten.