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Frente a las narices de la Policía había un laboratorio para el procesamiento de cocaína que, al parecer, duró tres años sin alertar a las autoridades. Así describió una fuente de la Policía el complejo para producción de droga que fue destruido hoy en Guasca (Cundinamarca). La noticia causó revuelo, no solo por su destrucción, sino porque la ubicación del laboratorio es la misma que la de una finca de la familia del embajador de Colombia en Uruguay, Fernando Sanclemente.
(En contexto: Finca con laboratorio para coca es de la familia del embajador en Uruguay)
La operación para revelar el laboratorio incluyó la captura de cinco personas quienes serían los operadores del lugar. Se trata de Pablo Castillo, Jhon Jairo Morales, Yefer Iván Castillo, Dumer Bohórquez y Christian Aníbal Gómez. Según relató la fiscal del caso, sobre las 7:30 de la mañana del pasado miércoles, la Policía llegó a la finca Alas de San Fernando de la vereda Mariano Ospina en el municipio de Guasca (Cundinamarca) y, cuando Castillo, Morales y Gómez vieron a los agentes salieron corriendo.
Los agentes de Policía corrieron hacia los tres sujetos, intentando alcanzarlos. Hubo un intercambio de disparos, luego del cual los hombres fueron capturados y trasladados hasta las caballerizas de la finca. Allí se encontraron a los otros dos capturados: Dumer Bohórquez y Christian Aníbal Gómez. Estando allí, las autoridades procedieron a registrar la finca. Encontraron armamento, celulares y una caseta de madera forrada en plástico.
Al interior de la construcción se encontraron materiales sospechosos, que fueron sometidos a análisis químicos inmediatos: se trataba de clorhidrato de cocaína y ácido sulfúrico. El abogado de los capturados dijo que el operativo fue bastante irregular, que a los hombres los retuvieron en la entrada de la finca, los tuvieron retenidos por horas en las caballerizas, los obligaron a firmar papeles y luego los llevaron al supuesto laboratorio de coca.
Dice que por todo esto la Fiscalía no mostró los videos del allanamiento, como se suele hacer en estas diligencias. Sin embargo, la juez desestimó estos argumentos y legalizó las capturas. El ente investigador tiene evidencias de que los cinco hombres habrían cometido los delitos de porte y fabricación de sustancias psicoactivas y porte de sustancias utilizadas para la fabricación de psicoactivos.
De acuerdo con los investigadores del caso, el lugar estaba bien oculto entre varios árboles y, para su hallazgo, fue clave la ayuda de autoridades estadounidenses en cabeza del Homeland Security Investigations (HSI) y el el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de los Estados Unidos (ICE, por su sigla en inglés). Sus investigaciones y operaciones en el país les permitió identificar a una banda de narcotráfico localizada entre Cundinamarca y Boyacá.
Otra pista que tenían los investigadores norteamericanos es que la cocaína estaba saliendo por el aeropuerto El Dorador. Una fuente humana fue la clave para dar con las coordenadas del laboratorio en Guasca. Hasta allí llegaron agentes de Policía Judicial, Dijín y Antinarcóticos, quienes, en la mañana del miércoles 12 de febrero, entraron a ocuparon la finca. Durante el operativo, las autoridades incautaron siete toneladas de insumos químicos y 10 kilos de coca procesados.
Además, encontraron microondas, centrifugadoras, prensadoras, moldes y demás artículos propios de un laboratorio. Además, la Fiscalía asegura que a Pablo Castillo le encontraron una arma, sin que pudiera presentar el permiso para tenerla. Por eso, el ente investigador le imputó el cargo de porte ilegal de armas de fuego.
Durante el operativo, cuando la Policía procedió a incinerar el centro de procesamiento de drogas, el fuego se salió de control y consumió un bosque aledaño. Al parecer, los dueños del laboratorio pusieron varios explosivos que descontrolaron las llamas. El incendio consumió un bosque aledaño que habría causado un importante daño ambiental.
Además de la familia Sanclemente, la finca en la que se llevó el operativo este miércoles es de propiedad de los Spiwak, reconocido grupo familiar propietario de la Organización hotelera Dann. Esta familia tiene un 50% de la propiedad y, al igual que los Sanclemente, según el embajador en Uruguay, no tendrían ninguna relación con los laboratorios que fueron encontrados en la jornada de ayer.
A través de un comunicado, Fernando Sanclemente aseguró que desde hace 44 años dichos terrenos han estado en su familia, y allí se han dedicado a labores como la cría de caballos de competencia, lechería y la cría de ganado Angus. Allí nunca se habían desarrollado actividades ilícitas, señaló el representante de los colombianos en Uruguay.
Sin embargo, el embajador señaló que Las Colinas de Guasca Ltda, empresa a propietaria del terreno y de la que Fernando Sanclemente fue representante legal hasta que asumió el cargo de embajador, arrendó desde el 15 de junio de 2017 una porción de 36 fanegadas a unos paperos. En esta área habría sido donde se encontraron los laboratorios ilícitos y algunas cantidades no especificadas de droga.