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El “Panadero” pidió perdón por secuestro, tortura y abuso a Jineth Bedoya

El exparamilitar Mario Jaimes Mejía aceptó su responsabilidad en los crímenes contra la periodista y le pidió perdón a nombre suyo y de las autodefensas. Bedoya expresó que seguirá buscando toda la verdad de lo sucedido y los partícipes.

Redacción Judicial
03 de febrero de 2016 - 03:26 a. m.

Después de quince años y nueve meses de espera, por fin comenzó a hacerse justicia en el caso Jineth Bedoya. Ayer, a instancias del Juzgado Quinto Penal Especializado de Bogotá, el exparamilitar Mario Jaimes Mejía, alias el Panadero, aceptó los cargos como coautor de los delitos de secuestro simple, tortura y acceso carnal violento, y públicamente le pidió perdón a la periodista por los abusos a los que fue sometida por el paramilitarismo, en hechos ocurridos el jueves 25 de mayo de 2000.

Ante la sorpresiva decisión del Panadero de someterse a sentencia anticipada, la fiscal 50, Miriam Peña, le solicitó al juez que, como se sabe que la aceptación de cargos tendrá consigo una rebaja en su pena, no se parta de los mínimos en la dosificación de la sentencia, ni exista libertad condicional. La fiscal recordó que no es la primera vez que Mario Jaimes delinque y que además los delitos cometidos contra la periodista fueron calificados como crímenes de lesa humanidad.

La Procuraduría, representada en las abogadas Mónica Sánchez y Carmen Teresa Castañeda, se pronunció en similares términos y le pidió al juez que se garantice toda la verdad por parte del procesado. El abogado de la periodista, Pedro Vaca, además director ejecutivo de la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip), resaltó que lo sucedido no excluye los derechos de la víctima a la verdad, la justicia y la reparación, al tiempo que recordó los quince años de impunidad en el caso.

En medio de la audiencia, la periodista Jineth Bedoya calificó el hecho como un paso importante, no solo en busca de la verdad para su caso, sino también porque representa un avance para miles de mujeres en Colombia que han sido víctimas de violencia sexual y ahora saben que se puede hacer justicia. La comunicadora insistió en que seguirá trabajando por todas esas mujeres y, en su proceso, hasta que se sepa quiénes fueron los cómplices y otros partícipes en los delitos.

De manera virtual, desde Bucaramanga, Jaimes Mejía reiteró, a nombre suyo y de las autodefensas, su petición de perdón a Jineth Bedoya, al tiempo que le pidió que no abandone a todas las víctimas que dejó la violencia en la cárcel La Modelo en la misma época en que se presentó la agresión a la periodista. Según el Panadero, lo sucedido en este centro penitenciario fue peor que el holocausto del Palacio de Justicia e incluso en el penal se cometieron más abusos sexuales.

Los hechos que llevaron a la aceptación de cargos por parte del Panadero ocurrieron el 25 de mayo de 2000, cuando Jineth Bedoya, entonces periodista de El Espectador, fue secuestrada frente a la cárcel La Modelo, cuando tramitaba su ingreso al penal. Después de diez horas de cautiverio, durante las cuales fue intimidada, torturada y sometida a ultrajes sexuales, la comunicadora fue abandonada en un despoblado a pocos kilómetros de Villavicencio (Meta).

Durante once años y tres meses, el caso Jineth Bedoya estuvo en la absoluta impunidad. Pero en agosto de 2011 la entonces fiscal general Viviane Morales Hoyos ordenó revivir la investigación penal. En ese momento, la periodista ya contaba con el apoyo de la agencia de cooperación británica Oxfam y la Fundación para la Libertad de Prensa había decidido asistirla judicialmente, al punto que optó por llevar el caso a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

En febrero de 2012, la fiscal 49 de derechos humanos, Bibiana Orozco, enderezó el caso, constató que las agresiones a la periodista obedecieron a sus denuncias por el tráfico de armas dentro de La Modelo y vinculó procesalmente a tres paramilitares: Mario Jaimes Mejía, alias el Panadero; Jesús Emiro Pereira, alias Huevoepisca, y Alejandro Cárdenas, alias J.J. Este último había confesado su participación en los hechos durante una audiencia de Justicia y Paz.

Sin embargo, súbitamente, en agosto de 2013, Alejandro Cárdenas se retractó de su confesión y aseguró que había mentido por un dinero ofrecido por el jefe paramilitar Daniel Rendón Herrera, alias Don Mario. En junio de 2015, la fiscal, que había logrado que el caso fuera tramitado como de lesa humanidad, tomó una polémica decisión: desvinculó del caso a Cárdenas y ordenó su libertad. El fiscal Montealegre la relevó del expediente y Cárdenas fue recapturado en Bogotá.

Desde entonces, con la conducción de la fiscal 50, Miriam Peña, el proceso se enfocó en el juicio a Mario Jaimes. En varias ocasiones se había intentado iniciar la audiencia, pero el Panadero asistió sin abogado o dilató el juzgamiento. Ayer su nueva abogada, Ivonne Quintero, anunció que su cliente había optado por aceptar todos los cargos. Con esta determinación, el exparamilitar, que tiene otros procesos en Justicia y Paz y uno por falso testimonio, recibirá una dura sentencia.

El caso está lejos de concluir. Aún está pendiente el proceso contra Cárdenas por tortura y secuestro simple, y contra Jesús Emiro Pereira, concuñado de Carlos Castaño y pieza clave del capítulo impune del Bloque Capital, hoy detenido en la cárcel de Montería. Se espera que tanto en estas imputaciones como en el propio caso del Panadero, la verdad no siga entrabada en los vericuetos de Justicia y Paz, y se sepa de los otros que apoyaron los crímenes contra la periodista.

Por Redacción Judicial

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