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Este 4 de noviembre de 2011 quedará inscrito en la historia de Colombia como el día en el que se puso fin al máximo comandante de la guerrilla de las Farc, Guillermo León Sáenz Vargas, alias Alfonso Cano. La noticia trascendió el viernes en la noche, pero en la última semana la cúpula de las Fuerzas Militares venía desarrollando operaciones en Tolima y Cauca, los dos bastiones históricos por los que se movía y de los que no había podido salir por la presión de las autoridades.
En zona rural del municipio de Suárez (Cauca), este viernes delegados de las Fuerzas Militares y agentes del CTI confirmaron la plena identidad del hombre que reemplazó en mayo de 2008 en la comandancia de las Farc a Pedro Antonio Marín, alias Tirofijo. En una carrera contra reloj, oficiales, suboficiales y soldados, pilotos de la Fuerza Aérea y expertos en inteligencia electrónica venían rastreando el punto exacto de su campamento y los anillos de seguridad que lo rodeaban.
El primer bombardeo fue hace una semana y lo llevaron a cabo aviones Arpías de la Fuerza Aérea, en un operativo casi calcado al ocurrido el 22 de septiembre del año pasado, cuando se dio de baja a Víctor Julio Suárez Rojas, alias el Mono Jojoy. Nuevamente la inteligencia para desarrollar este histórico golpe fue aportada por ocho agentes infiltrados de la Policía. Una vez se ordenó el ataque a la madriguera de Cano, helicópteros artillados comenzaron a transportar las Fuerzas Especiales del Ejército para que acordonaran la zona y empezaran la persecución en tierra.
El Espectador confirmó que en desarrollo de este operativo un soldado identificó a Cano en la manigua cuando estaba herido y huía. En medio de los combates cayó, pero sólo hasta altas horas de la noche de ayer se pudo constatar que efectivamente se trataba de él. Asimismo, fue capturado El Indio Efraín, jefe de seguridad de Alfonso Cano, y también fue abatido alias El Zorro, uno de los miembros de su guardia pretoriana. Tal parece que alias Patricia, compañera permanente de Cano, habría corrido su misma suerte.
Desde que asumió la comandancia de la guerrilla fue la intrincada región del Cañón de las Hermosas en donde Cano estableció su centro de operaciones, una geografía escarpada repleta de corredores fluviales y trochas en el corazón del Tolima. No obstante, se movía con un pequeño grupo para no despertar mayores sospechas entre Huila, Valle y Cauca. Fue apenas hace tres meses cuando se divulgó que las Fuerzas de Tareas del Sur y Omega le respiraban en la nuca. Desde entonces nunca cesó la persecución y, en cambio, el avión fantasma de la Fuerza Aérea desarrollaba con sigilo la inteligencia satelital y electrónica.
En Caldono (Cauca) comenzaron a ejecutarse hace varios días los operativos con hombres en tierra. El frente VI de las Farc, acantonado en esa zona que ha sido prácticamente inexpugnable, presentó resistencia, pero la contundencia en la reacción de las Fuerzas Militares hizo que pronto fuera retrocediendo y las autoridades ganando terreno, aviones Arpías continuaron los avances y el cerco se fue estrechando. Desde Popayán se planeó la ofensiva final —esta sí— contra Guillermo León Sáenz Vargas.
En 13 meses dos de los históricos jefes de la guerrilla han sido abatidos por las Fuerzas Militares y los operativos liderados por el presidente Santos. Una realidad que controvierte a fuerza la tesis malsana que se echó a correr sobre una supuesta desmoralización de la tropa.
Más acorraladas que nunca, y por ahora acéfalas, las Farc, 47 años después de haber sido fundadas, están en un punto de no retorno. Nuevamente sufren un revés militar que confirma que poco les queda del oxígeno de otros tiempos. La impecable operación de las Fuerzas Armadas acabó con la égida criminal de Alfonso Cano, hallado en un sitio conocido como Chirriadero, en el norte de Suárez (Cauca). Ya se ventila el nombre de su sucesor, que está entre Iván Márquez y Timoleón Jiménez, alias Timochenko.