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"Ferney Tapasco fue el autor intelectual del crimen de Orlando Sierra": Tribunal Superior

Las columnas de opinión del subdirector del diario La Patria de Manizales le generaron un “resentimiento” al dirigente político quien ordenó asesinarlo.

Redacción Judicial
25 de junio de 2015 - 12:37 a. m.
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Para la Sala Penal del Tribunal Superior de Manizales existen pruebas documentales y testimoniales suficientes para determinar que el excongresista Ferney Tapasco González ordenó el asesinato del periodista Orlando Sierra debido a las molestias que le generaban sus columnas de opinión en el diario La Patria.

En el fallo de 69 páginas, el Tribunal Superior consideró que Tapasco tenía un “resentimiento” contra el periodista debido a los constantes señalamientos que éste hacía en su contra y la clase política de Caldas. Esto lo revelaron personas cercanas al excongresista liberal que declararon en el juicio.

“En sus artículos, criticaba de manera constante a la colación política gobernante y con nombre propio a sus dirigentes, entre ellos, al señor Tapasco González, por la actuación administrativa realizada, por la vinculación de contratos estatales a familiares y la gestión que hacía en procura de los intereses de su hijo Dixon Ferney Tapasco”, señala el fallo.

En este punto se manifiesta que este tipo de señalamientos “generó un resentimiento de él hacía Sierra Hernández, en su calidad de periodista, por cuestionar su poder, su dirigencia política y su liderazgo, aspecto que no le permitía concebir que alguien interfiriera en su gestión, convirtiendo tal situación en el primer eslabón serio en su contra”.

Días antes de su asesinato, muchos colegas le manifestaron y recomendaron a Orlando Sierra que tuviera cuidado con sus escritos debido a las molestias que estaban generando en la clase política tradicional del departamento. Esto quedó registrada en los acápites de sus columnas ‘Punto de Encuentro’.

Dentro del proceso el médico Flavio Restrepo, quien también tenía una columna de opinión, aseguró que en varias oportunidades Sierra le hizo mención sobre una agresión física por parte de Tapasco en un bar de Manizales cuando le quitó y pisó las gafas. Posteriormente hizo referencia una amenaza de muerte verbal del dirigente liberal.

En el insuceso el periodista le manifestó: “usted me puede matar, pero las gafas me las tiene que pagar”. Para la Sala “entre el móvil y las amenazas existe una conexidad que permite ir edificando su responsabilidad penal en el caso. Ese mal futuro amenazante no se hizo esperar: el 30 de enero de 2002, a eso de la 1:40 de la tarde, ejecutada por Soto Zapata, se cumplió”.

La empresa criminal

Los testimonios recolectados por las autoridades del mismo autor del crimen dieron visos sobre la relación entre la banda delincuencial comandada por alias ‘Tilín’ con los políticos de la región. Ante esto se creó un nexo entre las amenazas que había recibido el periodista de la clase dirigente de Caldas y dicha organización.

Fue ‘Tilín’ el encargado de planear, contactar a los sicarios y dar las órdenes para acabar con la vida del periodista. “En desarrollo de la encomienda contratada por Ferney Tapasco, se realizaron varias reuniones para concretar la misión y la forma de pago, en varias de las cuales participó el mismo contratante”.

Estos encuentros, según narraron los testigos, se presentaron en la oficina del mismo Tapasco, en las cuales se dio específicamente la orden de matar a Sierra. Las otras, en las cuales se planeó el crimen se adelantaron en los bares de propiedad de ‘Tilín’ en los cuales se cuadró la entrega de dinero a los sicarios y a todos aquellos que participaran en el mismo.

“Se montó una empresa criminal para dar muerte al periodista”. La orden era clara, acabar con la vida de Sierra para que no continuara publicando columnas de opinión, esto debido a que las mismas estaban afectando las aspiraciones políticas de Dixon Tapasco –condenado por parapolítica- a la Cámara de Representantes.

El 29 de enero de 2002, el escolta de Tapasco observó como el barón político de Caldas cogía un periódico y le manifestaba a su hijo que no quería ver vivo a Orlando Sierra al día siguiente, “expresión asentida por el hijo, lo que en efecto se cumplió porque mataron al periodista”.

“Me van a matar”

Debido a las constantes amenazas que había recibido de manera directa por parte del mismo Tapasco, Orlando Sierra le manifestó a su grupo más cercano de amigos y familiares que tenía miedo porque sabía que lo iban a matar. Ante esto le pidieron tener prudencia en sus columnas y evitar hacer menciones directas sobre la clase política.

“Me manifestó que él sabía quién lo iba a matar y me dijo que Ferney Tapasco”, aseguró el médico Restrepo sobre una charla que sostuvo con Sierra cuatro días antes de su asesinato. A este testimonio la Sala le da validez debido a la cercanía que tenía con el subdirector de La Patria y los detalles que le otorgó a los sujetos procesales.

En el fallo de segunda instancia se presentan varios cuestionamientos a las conclusiones a las que llegó el juzgado primero único de Pereira que no le dio credibilidad a un grupo de testigos, entre ellos varios integrantes de la banda delincuencial de ‘Tilín’ y otras cercanas al clan Tapasco frente a la planeación y ejecución del crimen.

Ante esto señala que existen testimonios claros y coherentes que permiten evidenciar la alianza para atentar contra la vida del columnista y los móviles que llevaron al dirigente político a ordenar su asesinato. Ante esto se hace referencia a la declaración del mismo ‘Tilín’, quien fue calificado en el fallo de primera instancia como un testigo de oídas.

“Conforme a lo probado a través de los testimonios analizados y depurados en punto a su credibilidad, forzoso que Francisco Ferney Tapasco González fue el determinado, esto es, la persona que hizo surgir en otros la idea de realizar la conducta homicida en la persona de José Orlando Sierra Hernández, con tal entidad y eficacia, que fue aceptada por los inducidos a cambio de una suma de dinero”, señala el fallo.

Tras el estudio de las pruebas se determinó que “aflorar múltiples indicios que señalan al señor Tapasco González, como el inductor: ninguno de los partícipes tenía un móvil –Tapasco sí-; contextualizando los hechos históricos con el ambiente social, político y periodístico de la época, se extraen inferencias, que sumadas a la variada prueba testimonial analizada, llevan a reforzar la conclusión ya sentada de la responsabilidad penal del acusado en mención, bajo la modalidad de determinador”.

Por Redacción Judicial

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