Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Ocho años después del asesinato del sociólogo Alfredo Correa de Andréis, el dolor de sus seres queridos no cesa. Su drama sigue intacto pese a las dos condenas impuestas al Estado colombiano por este hecho. El 14 de septiembre de 2011 la justicia sentenció a 25 años de prisión a Jorge Noguera, exdirector del DAS, por sus vínculos con el paramilitarismo y su participación en el homicidio del académico, perpetrado por los ‘paras’ el 17 de septiembre de 2004, en Barranquilla. El 29 de noviembre de ese año el Tribunal Administrativo del Atlántico condenó al extinto DAS, o a la entidad que lo reemplazara, en este caso la Dirección Nacional de Inteligencia, a pagarles $720 millones a la viuda y a la hija del profesor.
El pasado 11 de mayo, en una sentencia conocida ayer, el Tribunal Administrativo de Bolívar le ordenó a la Fiscalía indemnizar a los padres y hermanos del exrector de la Universidad del Magdalena por su detención injustificada, acaecida apenas dos meses antes de que los ‘paras’ lo asesinaran.
En junio de 2004 el DAS le envió a la Fiscalía un informe en el que se reunían los testimonios de los desmovilizados de las Farc Javier Alfredo Larrazábal, José Daniel Satizábal y Mayerly Torres Carvajal, quienes decían conocer a un ideólogo de esa organización, al que apodaban Eulogio o El Profesor, que, según las investigaciones de esa entidad, era el profesor Alfredo Correa de Andréis. Con base en estas declaraciones, el 17 de junio de ese año el ente investigador solicitó la captura del entonces profesor de la Universidad del Norte y la Universidad Simón Bolívar.
No pasó un mes antes de que la Fiscalía reversara su decisión y dejara en libertad a Correa de Andréis por falta de pruebas en su contra. En noviembre fue archivado el proceso que se le seguía por, supuestamente, incurrir en el delito de rebelión. Luego, la justicia comprobaría que al profesor le habían hecho un montaje judicial para hacerlo pasar como guerrillero y justificar su asesinato a manos de los paramilitares.
Así lo corroboró la Corte Suprema de Justicia en su fallo contra Jorge Noguera: “El DAS actuó en connivencia con el Bloque Norte de las Autodefensas, a través del frente José Pablo Díaz, comandado por Édgar Ignacio Fierro, alias Don Antonio, para inicialmente hacer ver al profesor Alfredo Rafael Correa de Andréis como un subversivo y después, proceder a ejecutarlo”. Y agregó que, paradójicamente, su excarcelación fue su condena de muerte.
Durante su reclusión, Correa de Andréis le escribió una carta al entonces presidente, Álvaro Uribe Vélez, en la que se evidencia lo que el sociólogo sintió en los días que estuvo recluido. “Señor presidente, estoy experimentando el sufrimiento, la humillación, el sometimiento propio y de mi unidad familiar a este tipo de injusticia, a esta privación de la libertad, a una angustia que se dilata en indagatorias. Quedé perplejo frente a unos testimonios en mi contra que no sólo riñen con la verdad, sino que parecen obra demencial, fuera de toda lógica”, escribió.
Y agregó: “Esto es una pesadilla. Confío en que usted no solamente leerá esta carta sino que, en perspectiva humana, orientará rumbos justos para que nadie más en este país sufra, y de qué manera, como mi adorada y ejemplar familia”. El 14 de julio el sociólogo salió libre y el 17 de septiembre fue asesinado por el paramilitar Juan Carlos Rodríguez León, alias El Gato, en cercanías a la Clínica El Prado.
Al respecto, el Tribunal Administrativo de Bolívar aseveró que con su captura, “además de lesionar su buen nombre y el de su familia, el señor Alfredo Correa de Andréis perdió la vinculación laboral que tenía con la Universidad del Norte, donde era docente, trayéndole con ello grandes angustias, sufrimiento y dolor para todos sus allegados, especialmente familiares y amigos”.
Al respecto, la Fiscalía respondió que la captura de Correa de Andréis se hizo conforme a la ley y porque, en ese momento, se tenían evidencias que justificaban su realización. El tribunal respondió que todos los elementos demostraban que el sociólogo “no tenía que soportar la privación de su libertad por el término de 27 días” y reiteró que las declaraciones contra el profesor tenían suficientes vicios como para no tenerlas en cuenta.
Hoy, cuando se conmemoran ocho años de la muerte de Correa de Andréis, a sus allegados se les debe mucho. Como le comentó a El Espectador su hermana, Magda Correa, a ellos les quitaron “el pilar de la familia”.