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La Fiscalía de Estados Unidos presentó este jueves 20 de julio, día de fiesta patria en Colombia, un documento de 10 páginas con la acusación en contra del exjefe anticorrupción de la Fiscalía, Gustavo Moreno, y contra el abogado Leonardo Pinilla, porque supuestamente ambos habrían solicitado un soborno al exgobernador de Córdoba Alejandro Lyons en suelo estadounidense. Ambos fueron acusados por seis cargos, que incluyen conspiración para lavar activos y lavado de activos, así como conspiración para cometer fraude en giros bancarios y fraude en giros bancarios.
En el documento, la justicia estadounidense hace un recuento de los delitos que habría cometido Gustavo Moreno mientras ejercía como fiscal. Se señala que Moreno y Pinilla se pusieron de acuerdo para organizar un esquema y orquestar un fraude para privar a otros del derecho intangible a servicios honestos a través del soborno y de la revelación de información. Así se hace referencia a un hecho ya ampliamente conocido: que en los primeros días de junio de este año, Moreno pactó un soborno con Lyons para beneficiarlo en las investigaciones en su contra, y que el intermerdiario fue Leonardo Pinilla.
Se detalló que Leonardo Pinilla contactó a Alejandro Lyons, a quien la Fiscalía quería imputarle por esa época 20 cargos por la posible malversación de miles de millones de pesos durante su mandato, vía mensajes encriptados de Telegram (un programa de mensajería instantánea) y que, "en nombre de Luis Gustavo Moreno Rivera", le dijo que Moreno estaba dispuesto a compartirle información confidencial relacionada con los procesos en su contra, a cambio de dinero. Fue por ese canal, dice el indictment, que Pinilla cuadró reuniones con Lyons en Miami, a donde el exgobernador había llegado semanas antes de la imputación de cargos que estaba programada en su contra.
Fue así cómo Pinilla, Moreno y Lyons terminaron reunidos en Miami, donde discutieron en detalle la "asistencia" que Moreno estaba dispuesto a darle a Lyons a cambio de $400 millones y US$40.000 más. Esa "asistencia" incluía: identificar a testigos que estaban aportando información perjudicial para Lyons; entregarle al exgobernador declaraciones dadas por esos testigos, para que Lyons pudiera confeccionar su defensa con base en desacreditar a quienes lo acusaban; pagarles a terceros para que asesoraran legalmente a Lyons; y asignarles múltiples tareas a los fiscales bajo el mando de Moreno que manejaban los procesos de Lyons, para que no tuvieran tiempo de trabajar en los casos del exgobernador.
Como "adelanto" -ignorando que el asunto estaba cuadrado de antemano con la DEA-, Lyons les entregó a Moreno y a Pinilla US$10.000. Pinilla intentó dárselos a Moreno en el baño de un centro comercial del condado Miami Dade, pero, dice el indictment, no se hizo por la presencia de otra gente en el lugar. Se fueron al carro de Lyons, donde Moreno habría recibido el dinero. Un rato más tarde, Moreno contactó a Pinilla vía mensajes encriptados de Whatsapp, y le dijo que quería más dinero.
En el documento se anuncia que la Fiscalía de EE.UU. tiene, entre otras pruebas, audios que también soportan su hipótesis de que Moreno y Pinilla cometieron delitos en suelo de ese país. Por ejemplo, un mensaje de audio enviado por Telegram, en el cual Pinilla, desde Colombia, le avisa a Lyons que llegaría a Miami al siguiente día. U otro audio, enviado por Whatsapp, en el cual Pinilla le muestra a Lyons un pantallazo de una conversación suya con Gustavo Moreno en la que él está exigiendo más dinero.
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Para Estados Unidos, no hay duda de que Gustavo Moreno y Leonardo Pinilla se confabularon para transferir fondos de Estados Unidos al exterior con el intento de realizar una actividad ilícita, y para realizar una transacción financiera que afectaría el comercio interestatal e internacional -porque el origen de los fondos era una actividad ilegal. Según la acusación, Moreno y Pinilla sacaron "al menos US$400" en un vuelo de Miami a Bogotá con el propósito de cometer un delito: sobornar a un funcionario público. Y Pinilla, dice EE.UU., le dio US$10.000 a Moreno en Miami.
Así las cosas, ya solo es cuestión de trámite que se confirme si Moreno y Pinilla irán a Estados Unidos a enfrentar estos cargos. La decisión está en manos de la Corte Suprema y del Gobierno. Moreno sigue recluido en la cárcel La Picota, desde donde el viernes pasado dijo que aceptaba cargos -le imputaron concusión- porque se sentía presionado con la supuesta amenaza de que en la Fiscalía le abrirían una investigación a su esposa. El Tribunal Superior de Bogotá rechazó su aceptación de cargos, y Moreno perdió la posibilidad de recibir hasta un 50% de descuento en su pena.