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Ojos castaños; color de cabello entrecano; 1.65 metros de altura; 53 años; habla español. Estos son algunos de los datos que incluyó la Interpol en la circular roja del exjefe guerrillero Seuxis Paucis Hernández Solarte, más conocido como Jesús Santrich. El documento que ya está disponible en todas las bases de datos de la organización y de los países que hacen parte de ella.
(En contexto: Las nuevas pruebas en el caso “Santrich”)
Se trata de una circular que se había anunciado cuando se supo, en julio de este año, que la Corte Suprema de Justicia había emitido una orden de captura en contra de Santrich por no haber asistido a la indagatoria en el alto tribunal, que debía rendir el pasado 9 de julio. La cita que incumplió el exguerrillero tenía que ver con el proceso que se le adelanta por supuestos delitos de narcotráfico.
Según las autoridades estadounidenses y la Fiscalía colombiana, Hernández Solarte habría coordinado envíos de cocaína hacia Estados Unidos. Por esta razón, en abril del año pasado fue capturado en Bogotá para responder por una orden de extradición en su contra.
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El hecho de su captura ocasionó un revuelo político y judicial pues, al estar dentro de las listas de personas acogidas a la Jurisdicción Especial de Paz (JEP), se criticó que no era la justicia ordinaria la encargada de llevar el proceso, y mucho menos de capturarlo. El ente investigador defendió siempre que sí podía hacerlo, pues los hechos por los que se le investiga habrían ocurrido luego de la firma del Acuerdo de Paz.
La JEP, finalmente, resolvió el caso y le otorgó la garantía de no extradición. La noticia se conoció el 15 de mayo de este año y la Jurisdicción Especial ordenó su libertad inmediata, a lo que el fiscal general del momento, Néstor Humberto Martínez, reaccionó presentando su renuncia irrevocable. Santrich estaba por quedar libre el 17 de mayo, sin embargo, a la salida de la cárcel La Picota fue recapturado por el CTI de la Fiscalía que aseguró que tenía nuevas pruebas en su contra.
Después de permanecer 15 días preso en el búnker de la Fiscalía, la Corte Suprema de Justicia ordenó dejarlo libre pues se trataba de un congresista y era el alto tribunal el encargado de decidir si debía estar preso o no. Unos 20 días despues, Santrich desapareció del mapa.