La Policía ya había dicho que el manual no incita a la violencia: director de Cerosetenta

La FLIP hizo un llamado a la Policía Nacional para que "se abstenga de hacer solicitudes a medios que vulneren los derechos a la libertad de expresión y de información". / Archivo El Espectador.

El medio de comunicación Cerosetenta, vinculado a la Universidad de los Andes, publicó en su portal web un Manual de autoprotección contra el Esmad , una publicación que contiene una serie de recomendaciones para protestar pacíficamente. La Policía solicitó al medio eliminar este contenido por considerar que “incita el carácter violento al derecho de la manifestación” y que calumnia a la institución. En entrevista con este diario, el director del medio, Alejandro Gómez Dugand, explica por qué se negaron a retirar la información.

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Según Gómez Dugand, una comunicación reciente de la propia Policía descartaba que el contenido incitara a la violencia. Pero, además, la institución ni siquiera allegó una orden judicial para despublicar el contenido, sino que apenas fue una "sugerencia respetuosa". El hecho se hizo público porque, a través de un comunicado, la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP) rechazó la solicitud que elevó el pasado 15 de noviembre el Centro Cibernético de la Policía Nacional mediante un correo electrónico a la Universidad de los Andes. 

Este manual lleva varias semanas publicado en su página, ¿cuándo les pidió la Policía que lo dieran de baja?

Lo publicamos cuando ocurrieron las marchas de octubre de los estudiantes, que hubo enfrentamientos duros en la Javeriana y la Distrital (en Bogotá). La intención de la publicació era, justamente, darles herramientas a las personas que quieren salir a marchar en paz y en tranquilidad, para que pudieran hacerlo. Es un manual dirigido a las personas que no quieren hacer parte de los focos de violencia. 

Desde ese momento hasta acá a la nota le ha ido muy bien y en las semanas pasadas llegaron dos comunicados de la Policía. En primer lugar, una especie de informe de inteligencia que hacía como un reporte de varias notas que hemos publicado, pero centrándose en el manual. Al final, el informe calificaba el contenido como "riesgo bajo", porque decía, literalmente, que no incitaba, ni a violencia en contra de la Fuerza Pública, ni a actos delictivos o criminales.

Luego, llegó una nueva carta de la Policía dirigida a la Universidad solicitando que se eliminara el contenido. Citaba varias razones, ahora sí diciendo que incitaba a la violencia contra la Policía, a pesar de que ellos mismos habían dicho en el pasado que no lo hacía. Decían, además, que había cifras que calumniaban a la institución (siendo que en Colombia no existe la calumnia a una institución).

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¿Cómo se enteraron ustedes de ese segundo mensaje que envió la Policía a la Universidad? 

La Universidad nos lo hizo saber. La primera comunicación llegó a la oficina de tecnología, la segunda no lo tengo tan claro. Hablamos con las directivas, que, a su vez, se asesoraron con Catalina Botero (exrelatora de libertad de expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos), quien además de ser decana de la facultad de Derecho, es una gran autoridad en libertad de prensa. Y la decisión fue, por supuesto, no acceder a despublicar, pero además hacer público lo que había pedido la Policía.

¿En algún punto de esa discusión con las directivas de los Andes se contempló la posibilidad de dar de baja el manual? 

No, nunca se contempló. La Universidad siempre estuvo de nuestro lado: no había razones para despublicarlo. 

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¿Qué le respondió textualmente la Universidad a la Policía? 

Fue una carta en la que se explica punto por punto el porqué, dentro del marco legal, no se iba a despublicar. Básicamente, se citaban todos los derechos que nos da la Constitución, el sistema interamericano, entre otros. Razones muy parecidas a las que cita la FLIP. 

Ustedes dicen que han muerto 20 personas por acciones del Esmad, y de esa cifra es que se queja la Policía que no citen la fuente, ¿de dónde salió ese número? 

De una investigación muy robusta que está haciendo Temblores ONG sobre los 20 años del Esmad y que saldrá publicada en las próximas semanas. Hay, por lo menos siete fuentes diferentes, además de otras 20 de prensa; entrevistas a familiares de las víctimas, sentencias judiciales, derechos de petición al Estado, entre otros. La Policía lo que reprocha es que no citamos las fuentes oficiales pero, por un lado, ningún periodista está obligado a citar cifras oficiales; y, por otro lado, en realidad sí los citamos porque decimos que el Esmad no reconoce las cifras. De hecho, desde que publicamos ese contenido hasta ahora, Temblores ha podido confirmar por lo menos 12 muertes más por acciones del Esmad. 

¿Cómo ve el panorama de la libertad de expresión de cara al Paro, con esto que les pasó a ustedes, con el allanamiento a Cartel Urbano ayer? 

En Cerosetenta esto nos toma por sorpresa. No esperábamos que generara esta reacción. Es un contenido dirigido a evitar acciones de violencia. Es lo contrario a una incitación de violencia, porque va desde recomendaciones muy simples como llevar comida y agua; si ve focos de violencia, aléjese; si recibe algún tipo de provocación, no responda, y así. Lo que pasó en Cartel Urbano es preocupante. No entendemos qué puede llevar a que una revista como esa se objeto de un allanamiento. Y todo eso está ocurriendo en un ambiente un poco caldeado de parte de la Policía que parecen completamente sobredimensionadas.

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Otra cosa que nos preocupa muchísimo y es que desde acá tenemos muchas herramientas para responder con tranquilidad, pero es preocupante que ese tipo de comunicaciones lleguen a medios más pequeños o incluso a medios de otras regiones del país, donde no tienen tantas garantías. Por ejemplo, gracias a la FLIP, sabemos que la fuente de financiación de muchos medios en Colombia es, justamente, pauta estatal de la misma Policía. Si yo fuera el director de una pequeña radio comunitaria en algún municipio y me llega una "sugerencia respetuosa" de despublicar algo, probablemente lo pensaría y eso terminaría configurando un acto de censura. 

Su sitio web estuvo caído un tiempo, ¿fue por un ataque o un error informático? 

Todavía estamos caídos. Pues, está intermitente. No tenemos ninguna evidencia de que estemos siendo atacados. Creemos que todo se debe a un pico de lectura porque cambiamos de servidor hace poco y parece que el servidor no aguantó la cantidad de personas que entraron. 

Este fue el correo que recibió la Universidad de los Andes: