Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Por primera vez desde que se tiene registro de sus acciones, los Pachenca, una de las organizaciones criminales más grandes en Magdalena, hablaron públicamente. Lo hicieron en un video en el que acusan al gobernador Carlos Caicedo de nexos con ellos, lanzan pullas a funcionarios de Santa Marta y se desligan del narcotráfico. Además, dicen tener pruebas de todo. El discurso, que dura más de 15 minutos, desató polémica en el Caribe, porque por años estos hombres han delinquido en la sombra. Sin embargo, detrás de esta intempestiva declaración podría estar otro nombre conocido para el país: el del exjefe paramilitar Hernán Giraldo, alias el Patrón de la Sierra.
(En contexto: Los Pachencas, el terror en la Troncal del Caribe)
En su alocución, los Pachenca se autodenominaron Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada (Acsn), pues nacieron de los herederos del bloque Resistencia Tayrona de las Autodefensas, comandado entonces por Giraldo, quien está recluido en Estados Unidos desde 2008. Según el Federal Bureau of Prisons, la máxima autoridad penitenciaria en el país del norte, el exjefe paramilitar quedaría en libertad en marzo de 2021, pero en el Caribe colombiano su eventual regreso ya genera ansiedades. De hecho, fuentes de la región aseguran que esta salida en público de los que fueron sus hombres en las Auc es el primer coletazo de esas tensiones.
El Espectador habló con investigadores del crimen organizado en el departamento y coinciden en varios aspectos. El primero de ellos es que, ante el inminente regreso de Giraldo, habría miembros de ese clan reacomodándose y buscando acercamientos con el Gobierno para preparar un eventual sometimiento a la justicia. Una investigadora que lleva décadas analizando la estructura de Giraldo señala que en el video pretenden demostrar los elementos de una autodefensa: control del territorio, hombres en armas, capacidad logística, carácter político y sucesión del mando. Todo esto, dice la académica, para adquirir el estatus de grupo armado organizado.
(Le puede interesar: Clan del Golfo, La Oficina y los Pachenca armaron “consorcio" para exportar cocaína)
“Cuando uno ve este reciente video y el de Giraldo hace algunos años, en el que explicaba la génesis de los paramilitares en esa región, se ven muchas similitudes”, advierte la académica que pide anonimato por su seguridad. Además, de acuerdo con la fuente, en ambos discursos quieren desligarse del narcotráfico y de la delincuencia común. “Me suena al discurso paramilitar de Giraldo. Puede presumirse que están tratando de configurar una estructura similar a la que dejó el exjefe antes de desmovilizarse”, concluye la investigadora. Fuentes policiales advierten que la actual sería una estructura de cerca de 450 personas, de las cuales unas 150 estarían armadas.
Pero las autoridades se rehúsan a denominarlos como grupos de autodefensa, lo mismo que ocurre con otros grupos de ascendencia paramilitar como el Clan del Golfo (Autodefensas Gaitanistas de Colombia) o los Caparros (frente Virgilio Peralta Arenas), a los cuales el Gobierno no les reconoce su discurso político. El pasado miércoles, el comandante del Ejército, Eduardo Zapateiro, señaló que los Pachenca son apenas un “reducto”, que “están muy golpeados”, y que, en los últimos meses, se han capturado a 79 de sus integrantes y han muerto en operativos militares sus máximas cabezas, una a una: primero alias Chucho Mercancía y, más recientemente, alias 80.
(Lea también: ¿Quién es alias “la Silla”, el narco señalado de controlar el Magdalena desde una silla de ruedas?)
Este diario conoció que en los últimos dos años hubo discusiones sobre qué categoría darle a los Pachenca. Dos fuentes señalaron que la Fuerza Pública impuso denominarlas como una simple banda criminal (bacrim). Autoridades departamentales insistían en que, como mínimo, se trataba de un grupo delincuencial organizado, estructuras que tienen un nivel de despliegue y de injerencia en el crimen de más alto perfil. “No digo que la Fuerza Pública, al catalogar a los Pachenca como bacrim haya sido cómplice de su accionar, pero esto generó que el grupo se expandiera”, afirma una investigadora con amplia experiencia en seguridad de la región consultada por este diario.
Señalamientos a Caicedo
En el video, los Pachenca se despachan contra el gobernador de Magdalena, Carlos Caicedo, quien en las últimas semanas denunció que este mismo grupo lo había amenazado de muerte. Lo acusan, entre otras cosas, de buscar el apoyo de la estructura neoparamilitar a través de emisarios, cuando Caicedo se lanzaba por primera vez a la Alcaldía de Santa Marta. “Dicho encuentro se presentó en el corregimiento de Guachaca para agosto de 2011, a vísperas de las elecciones 2012-2015, dando como resultado una alianza para recaudar 10 mil votos, los cuales salieron de comerciantes, vendedores y mayoristas del mercado público”, dice el sujeto que habla en la alocución con su cara cubierta.
Supuestamente, “a través de amenazas”, y “con la reducción de las cuotas extorsivas”, dice el pachenca que habla en el video, lograron cumplirle a Caicedo. Pero, según el relato de la organización criminal, fue el ahora gobernador quien no les cumplió: “Con esa administración nunca se cumplieron los acuerdos económicos o de contratación que se consideraron”. Según personas que militan en el movimiento político de Caicedo, esta aseveración no tiene sentido alguno, pues fue el mandatario regional quien, como alcalde de Santa Marta, logró en 2014 la creación de una Policía Metropolitana para la ciudad, que ha sido una de las estrategias más efectivas para combatir el crimen allí.
(Vea: Cae alias “Chucho Mercancía”, jefe máximo del grupo criminal Los Pachenca)
“¿Por qué no salieron a echarlo al agua cuando Caicedo creó la Policía Metropolitana en 2014?”, se pregunta una fuente de la vertiente política del gobernador, quien, asimismo, dice que ha sido Caicedo el que ha insistido en trasladar el Batallón Córdoba del Ejército de su actual locación, en la playa, hacia la Sierra Nevada, territorio controlado por los Pachenca. Nada de lo que dicen en el video es nuevo, pues antes de que surgiera, en la región llevaban semanas con rumores de señalamientos similares. “Es como si el comandante que habla ahí estuviera leyendo un resumen de las noticias de los medios que están en contra de Caicedo”, dijo una fuente.
También hubo pullas a la secretaria de Seguridad de Santa Marta, la coronel (r) Sandra Vallejos. En la declaración hablan de un robo de armas a la Policía en 2016, cuando era comandante de la institución en la capital del Magdalena. El arsenal, al parecer, terminó llegando a los Pachenca. “No recuerda el trato que se dio para entregar información de objetivos enemigos y generar capturas para favorecerle y calmar los ánimos de las investigaciones”, dicen en el video. Consultada por este diario, Vallejos dijo que ya denunció en la Fiscalía a estos sujetos por injuria y remató: “Yo sé por qué se levantan estas falsas acusaciones: porque existen dos criminales que he puesto en evidencia”.
El escenario actual
Un investigador de la violencia en ese departamento, exiliado por sus denuncias, cuenta que la ausencia de las cabezas de la organización, tras la muerte de Chucho Mercancía y luego de 80, generó una purga interna. Ahora, la división estaría entre los cuñados de este último, los hermanos García Arévalo, y quienes aparecen en el reciente video (aún las autoridades trabajan en su reconocimiento). “Ellos creyeron que con la muerte de 80 iban a liderar el grupo”, dice el investigador. Y, de hecho, en la alocución, los Pachenca se desligan por completo de los García y les endilgan crímenes, como la desaparición del niño Alberto Cardona y el asesinato del ambientalista Alejandro Llinás.
El Clan del Golfo y el poderoso narcotraficante del departamento alias la Silla avanzan en un plan para sacar del negocio a los Pachenca. De esta supuesta nueva alianza haría parte alias la Señora, una hermana del narcotraficante Pacho Musso, quien controla la salida de droga por el puerto de Santa Marta. “La Silla se alió en Cartagena para sacar droga a través del puerto con alias Andrea, actual cabecilla del Clan del Golfo en ese municipio. Estamos verificando información que señala que está negociando con Andrea el ingreso del Clan del Golfo a Magdalena, traicionando a sus antiguos socios, los Pachenca”, le dijo una fuente de Antinarcóticos a este diario.
Este escenario del crimen en Magdalena tiene un precedente clave: en 2012, cuando Caicedo llegó a la alcaldía de Santa Marta, hubo una violenta disputa por el narcotráfico entre el Clan del Golfo y la gente de Hernán Giraldo. En ese momento, agentes de la fuerza pública se habrían aliado con los Giraldo para sacar al Clan del Golfo e instalar una paz “controlada”. “Chucho Mercancía es quien le entrega a la Policía a alias Belisario, líder del Clan en Magdalena y primo del jefe paramilitar alias Don Mario. Aquí se vivió una suerte de Donbernabilidad ―como se le llamó a la connivencia de las autoridades de Medellín con Don Berna― de los Giraldo y los Pachenca”, dice la fuente.
Tras la muerte de Chucho Mercancía, en 2019, el repentino auge del sicariato que llegó a Santa Marta después llamó la atención de la Fuerza Pública, que comenzó a reprenderlos con fuerza en operativos exitosos. Aunque una alerta temprana de la Defensoría del Pueblo, emitida hace casi un año, dejó claro que los Pachenca estaban lejos de su fin: “A pesar de estos importantes golpes a la organización los Pachenca continúan controlando el territorio, generando amenazas, adelantando actividades sicariales, cobrando extorsiones, con graves afectaciones en los derechos a la vida, la integridad y libertad personal de los habitantes y extendiendo su accionar a los municipios de Aracataca, Fundación y Zona Bananera”.