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El 19 de noviembre de 2010 la exdirectora del DAS María del Pilar Hurtado fue asilada en Panamá. Desde entonces ha callado las verdades que le constan sobre el espionaje y las chuzadas realizadas por agentes encubiertos a periodistas, magistrados de altas cortes y políticos de oposición durante el gobierno de Álvaro Uribe. Mientras en Colombia se condenaba a los responsables de estos seguimiento ilegales y muchos de ellos confesaban sus delitos y pedían perdón, Hurtado vivía en la capital panameña como si no tuviera cuentas pendientes con la justicia, y alguna vez se la vio muy alegre disfrazada de coneja en una fiesta de Halloween. Sin embargo, esta semana el paraíso de la protección política se le esfumó luego de que la Corte Suprema de Panamá declarara inconstitucional su asilo.
Este viernes, el director de gestión internacional de la Fiscalía, Francisco Echeverri, viajó a Panamá para reunirse con las autoridades de este país a establecer la situación jurídica de la exdirectora del DAS. Sobre ella pesan una acusación del ente investigador por el escándalo de las chuzadas y una orden de captura en el país. Además, la Fiscalía ya le solicitó a la Embajada de Colombia en el país vecino la deportación de Hurtado y, si se aprueba este recurso, la controvertida exfuncionaria estaría de regreso en Colombia en cuestión de días. La Fiscalía está convencida de su responsabilidad en estos hechos y confía en que Hurtado pueda revelar por fin quién dio las órdenes en la Casa de Nariño para desplegar esta gigantesca operación de espionaje y descrédito contra los llamados enemigos políticos del gobierno Uribe.
Sin embargo, la preocupación radica en que Hurtado pueda viajar a otro país y siga evitando dar las explicaciones que debe. Precisamente, el Colectivo de Abogados José Alvear Restrepo denunció que Hurtado “se encuentra adelantando gestiones para salir a un tercer país. En principio planea salir a República Dominicana o, al parecer, a Costa Rica”. Un hecho que, de consumarse, terminaría por entorpecer el proceso que adelanta la justicia en su contra y que, con los testimonios de sus excolaboradores, ha construido la tesis de su responsabilidad directa en el escándalo. Por ejemplo, Fernando Tabares, exdirector de inteligencia del DAS —ya condenado a ocho años—, fue uno de los primeros en salpicar a Hurtado. En 2011 señaló que en enero de 2007 los dos se reunieron en club Metropolitan de Bogotá con Bernardo Moreno, entonces secretario general de la Presidencia.
El testigo confesó que en ese encuentro Moreno solicitó información de cuatro objetivos que el presidente quería monitorear: la Corte Suprema de Justicia, la senadora Piedad Córdoba, el hoy alcalde Gustavo Petro y el periodista Daniel Coronell. Tabares agregó que se dieron órdenes para “ubicar fuentes en todas las dependencias del Estado para lograr la información que se necesitaba recolectar”. El exdirector de Inteligencia del DAS confirmó que fue Hurtado quien dio la orden para el seguimiento ilegal que se les hizo a los magistrados de la Corte Suprema de Justicia: “Me enteré por palabras de (Martha) Leal —exdirectora de operaciones del DAS— que Hurtado le había ordenado esas diligencias en cumplimiento de instrucciones de la Casa de Nariño con el fin de apoyar la labor que realizaban los abogados defensores del presidente”.
Además, el exjefe de Contrainteligencia del DAS Jorge Lagos, también condenado por las interceptaciones ilegales, prendió su ventilador y acusó a Hurtado de haberle impartido órdenes para que investigara a los magistrados de la Corte Suprema con el fin de “desacreditar esa alta corte” y “desprestigiar a los excongresistas” Córdoba y Petro. También reveló que en abril de 2008 su jefa le ordenó que asistiera en horas de la tarde a la Casa de Nariño para que le comentara a César Mauricio Velásquez, secretario de Prensa, los adelantos hechos en la verificación del DAS sobre el pasado de un polémico lobbista que hizo negocios con un narco extraditado: Ascencio Reyes. Trascendió que este personaje fue uno de los gestores de un homenaje en Neiva al magistrado Yesid Ramírez, hecho que resultó investigado por el DAS.
Por lo pronto, el expediente penal que tiene María del Pilar Hurtado sigue sin resolver muchos interrogantes de la justicia. Por eso se espera que vuelva a Colombia a explicar las órdenes que emitió como cabeza del DAS durante el año y los dos meses que estuvo al frente. Ahora Panamá decidirá el destino legal de Hurtado, aunque ya se da por hecho que se trasladó a otro país centroamericano con el fin de no retornar a Colombia. Sus cuentas con la justicia siguen ahí, pero sobre todo los secretos del espionaje del DAS y el conocimiento pleno de la persona que le ordenó perseguir a la Corte, a Petro, a Córdoba y a Coronell.