La desfachatez del DAS por hurgar todos los secretos de la Corte Suprema de Justicia llevó a la ex detective Alba Luz Flórez a poner grabadoras en sus Salas Plenas y a las oficinas del piso noveno, en donde funciona la estructura de apoyo que lidera el magistrado auxiliar Iván Velásquez. Además, los policías Julián Laverde, David García, Manuel Pinzón y las empleadas de servicios generales Yaneth Maldonado y María Torres le proporcionaron información privilegiada que transmitió al organismo de inteligencia, a través de decenas de informes, que ya le entregó a la Fiscalía y que hoy revela El Espectador.
En algunos, la llamada ‘Mata Hari’ recopila extractos de diálogos privados obtenidos gracias a sus infiltrados y les hace su propia interpretación. En otros, transcribe lo dicho por los juristas espiados en virtud de las grabaciones. Las intimidades de la Corte quedaron registradas por el DAS y la cacería llegó al límite. Consideraciones de todo tipo sobre el acontecer de los magistrados, sus preocupaciones o angustias, las certezas de que eran perseguidos y ‘chuzados’, las alarmas de que a través del Consejo Superior de la Judicatura se cayeran expedientes de la parapolítica, avances en los procesos judiciales, en fin, todo lo escuchó el DAS.
Este material hoy es pieza angular del expediente que hoy tiene en capilla a un sinnúmero de ex funcionarios y que ya tocó las puertas del despacho presidencial. Muchos de los documentos que reproduce hoy El Espectador (ver infografía), valga la aclaración, están sustentados en apreciaciones de la ‘Mata Hari’ sobre lo que le reportaban sus fuentes, que bien podrían exagerar sus opiniones. Con todo, los informes de la ex detective contienen afirmaciones muy delicadas que deberán valorarse con reposo.