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“Hice algunas manifestaciones en contra del coronel (William) Montezuma, quien fue comandante de la Sijín en el año 2006. Esta declaración la hice para sacar en limpio a (Marco Antonio) Pedreros, quien era en realidad quien nos colaboraba. Esa fue una de las direcciones impartidas por Salvatore Mancuso, de dejar en limpio a Pedreros y joder a Montezuma a punta de versiones y así fue”.
Esas afirmaciones hacen parte de hace una declaración bajo juramento que, el 14 de enero de este año, Cipriam Manuel Palencia González le entregó a la Fiscalía. El hombre, conocido con el alias de Visaje, había prometido que hablaría sobre el clan Úsuga, del cual era jefe cuando lo detuvieron en noviembre de 2013 en Madrid. Allí, aseguraron las autoridades, había viajado para establecer una red de sicarios para la banda criminal de la que hacía parte.
Con dos condenas encima por delitos como homicidio, narcotráfico y desplazamiento forzado, antes de unirse al clan Úsuga Visaje hizo parte del frente Fronteras de las AUC, en Norte de Santander, bajo el mando de hombres como Salvatore Mancuso. El mismo que, según le dijo a un fiscal de la Dirección contra el Crimen Organizado, le indicó que su misión era “joder” al coronel en retiro William Montezuma.
Este antiguo oficial de la Policía fue acusado por la Fiscalía en relación con dos casos: la desaparición de un subintendente, de nombre Luis Antonio Mora, que trabajaba con él en Cúcuta en 2006; y el asesinato en julio de 2004, en Cúcuta, de tres integrantes de una familia: María Ruth y José Antonio Granados y su madre, Virginia Contreras. Y mientras esos juicios avanzan, continúan también las investigaciones contra cinco testigos de la Fiscalía, desmovilizados, que lo incriminaron.
Por la muerte de los miembros de la familia Granados Contreras, contra el coronel Montezuma existían declaraciones en las que se lee que mientras ejercía como jefe de la Sijín de Cúcuta se reunió con el segundo del frente Fronteras, Carlos Enrique Mora, alias el Gato, para entregarle los nombres de quienes iban a ser asesinados por supuestos vínculos con el Eln. “Hubo una reunión en el Balcón Paisa en Cúcuta donde se dice que participó el coronel Montezuma (…) en ningún momento estuvo”, aseguró alias Visaje.
Sobre esa reunión también había declarado Magaly Moreno, quien era la asistente de la directora de Fiscalías de Cúcuta cuando el coronel (r) Montezuma llegó al nororiente colombiano: Ana María Flórez, condenada después por sus nexos con paramilitares. Magaly Moreno aseveró que el Gato, con quien ella misma mantenía contacto permanente, había declarado objetivo militar a Montezuma.
“Es más –agregó Visaje–, ni lo conozco, nunca lo he visto. Incluso yo tenía la orden de asesinar a Montezuma porque capturó al segundo mío, alias el Visco (sic). También capturó a Mocoseco”. Este último, cuyo nombre es en realidad José Mauricio Moncada, ha sido uno de los testigos claves para la Fiscalía en los procesos contra el coronel (r) Montezuma. Y, desde marzo de 2014, es a la vez investigado por la Unidad de Testigos Falsos de ese organismo.
El general (r) Marco Antonio Pedreros, según Visaje, se reunió varias veces con el Gato y con el jefe del frente Fronteras, Jorge Iván Laverde, alias el Iguano (quien también ha hablado del “complot” contra Montezuma), “para tratar temas de coordinación, de colaboración mutua”. Visaje declaró que el jefe paramilitar de las autodefensas en Norte de Santander, Salvatore Mancuso, fue quien pidió que Pedreros saliera “en limpio”, aunque Mancuso también lo ha mencionado como enlace de los paramilitares.
Mancuso testificó ante un fiscal de Justicia y Paz desde Estados Unidos, a donde fue extraditado en 2008, que Pedreros, comandante de Policía de Norte de Santander en 2003, era uno de los oficiales de la Fuerza Pública con quien mantenía contacto. Pedreros salió de la Policía en 2008, salpicado en medio del escándalo de las relaciones entre el director seccional de Fiscalías de Medellín, Guillermo Valencia Cossio (condenado por ello) y narcotraficantes del grupo de Don Mario.
Pedreros, por su parte, negó en su momento cualquier vínculo con la organización ilegal de Don Mario. La Fiscalía notificó entonces que él no estaba siendo investigado por ese tema. En 2011 se supo que Pedreros, casualmente junto con el coronel (r) William Montezuma, iban a ser investigados por declaraciones de guerrilleros desmovilizados en contra de ambos. Ese asunto no pasó a mayores.
Contra Montezuma se abrió la primera investigación en 2011. Continúa recluido en un complejo de la Policía en el norte de Bogotá y defiende en juicio su inocencia.