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La primera baja del gabinete del presidente Iván Duque fue Gloria María Borrero, quien renunció a su cargo como ministra de Justicia el pasado jueves, sin concretar el objetivo principal que tenía en la cartera: lograr una reforma a la justicia, aprovechando la interlocución que por años tuvo con la Rama Judicial desde la Corporación Excelencia a la Justicia. Sin éxito en esa tarea y con un malestar manifiesto desde la bancada de Gobierno que pedía su retiro, los retos los deberá asumir ahora Margarita Cabello Blanco.
El presidente Duque apeló a su trayectoria en la Rama Judicial a la hora de anunciar su nombramiento como nueva ministra de Justicia. Magistrada desde 2012 de la Corte Suprema, fue presidenta del alto tribunal en 2016, y presidente de la Comisión de Género de la Rama. La barranquillera llega con la experiencia de haber sido juez en Sabanalarga (Atlántico), magistrada del Tribunal Superior de esa ciudad y con la reputación de ser una mujer de convicciones fuertes, conservadoras, cercana al exprocurador Alejandro Ordóñez.
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Personas que trabajaron con ella en la Sala Civil de la Corte la calificaron como una mujer activa, cordial, valiosa y, ante todo, prudente. “Estamos muy contentos, le va a prestar un nuevo servicio al país en un momento que exige a una persona que tenga conocimiento de la justicia”, dijo uno de sus excompañeros en la Sala Civil. Su rol en la Corte Suprema ha sido alabado por su liderazgo y cuestionado por algunos. “Es una persona muy influyente en el mundo político y judicial”, dijo una fuente del alto tribunal. Su designación ha generado buenos recibimientos, pero también dudas por el momento que vive el país, las circunstancias en las que se hizo el anuncio y las primeras tareas que debe asumir.
En primer lugar, porque Borrero renunció realmente el pasado 12 de abril ante el presidente Duque, según le dijo la propia alta funcionaria El Espectador, a pesar de que el anuncio solo se hizo público el pasado jueves 16 de mayo. Durante ese período, en el que Cabello habría sido contactada por el presidente, la Sala Plena se reunió al menos una vez para tratar asuntos de trascendencia nacional. La última fue el pasado 9 de mayo, en la que se estudió la recusación que el exdirector de la Agencia Nacional de Infraestructura Luis Fernando Andrade presentó en contra del fiscal Néstor Humberto Martínez Neira, cuestionando su rol en las investigaciones de Odebrecht.
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Ese caso está en manos precisamente de Cabello, y en la Sala Plena había una tendencia que apuntaba a que todos los casos por Odebrecht debían pasar al fiscal ad hoc Leonardo Espinosa, quien fue designado por esta corporación para llevar algunos procesos en los cuales Martínez Neira estaba impedido. Pero no hubo un acuerdo y la sala se aplazó para el 23 de mayo. La renuncia del fiscal Martínez, el pasado 15 de mayo, obligó a la Corte a reunirse el próximo martes de manera extraordinaria, y según confirmó El Espectador con varios de sus integrantes, se espera que Cabello renuncie a su cargo de magistrada antes de esa sala.
Lo que está en juego, según fuentes consultadas, es que Cabello Blanco no termine en un doble papel. Así, aunque se espera que la magistrada se quede unos días más mientras deja saldados algunos asuntos de su despacho, varios de sus colegas creen que su retiro debe ser inmediato. ¿Podría participar Cabello en los debates de la Sala Plena para elegir las cinco vacantes que tiene la Corte Suprema? ¿Puede participar en los debates en el proceso de elección del fiscal?
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Por ahora, todo depende de en qué momento renuncie a su cargo. Hay voces que incluso estarían considerando pedirle la renuncia en la Sala, si no lo hace ella antes. La elección del nuevo fiscal sería el primer tema que tendría que gestionar Cabello, ya que la elección la hace la Sala Plena de una terna de candidatos que presente el presidente Duque, y las cosas no parecen fáciles. De 23 cargos, hay 18 ocupados, cinco vacantes y, sin Cabello, serían 17. Para poder elegir se necesitan como mínimo 16 votos. Las cuentas dependen entonces de los bloques que existen en la Corte.
“Me imagino que tendrá personas a las que podrá hablar de cerca para sugerir el nombre de alguien”, dijo una fuente del alto tribunal a este diario. Un elemento clave es que Cabello participó en las elecciones de buena parte de los magistrados actuales de la Suprema. Un exmagistrado de la Corte lo planteó de otra manera: “Esa es una jugada política del Gobierno de tener aparentemente un infiltrado en la Corte. Va a tener en esa ministra de Justicia un punto de apoyo para un determinado candidato”. El director de la Corporación Excelencia a la Justicia, Hernando Herrera, considera que, aunque Cabello puede legalmente participar en la próxima Sala Plena, no debería hacerlo.
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Más allá de los primeros fuegos que deberá apagar la ministra Cabello, un reto clave para su gestión será la reforma a la justicia, elemento que se ha convertido en una forma de evaluar al Ministerio. Cabello, quien estaba próxima a terminar su período en la Corte, se convertirá en la quinta mujer que ocupe la cartera, la primera de la región Caribe, y cuenta a su favor con muy buenas relaciones con toda la Rama Judicial. Fue ternada por el entonces presidente Álvaro Uribe en 2009 para ser fiscal general y el año pasado estuvo también en la terna de Iván Duque para ser fiscal ad hoc, postulación a la que luego renunció.
Según expertos consultados, Cabello tiene con qué dar la pelea en el Ministerio, pues cuenta con apoyos políticos. Se le ha relacionado con las casas políticas de los Char y los Name, lo cual, de ser cierto, podría darle un rédito en las gestiones en el Congreso. El alcalde de Barranquilla, Alejandro Char, fue de los primeros en felicitarla en público: “Auguramos muchos éxitos a la abogada barranquillera Margarita Cabello Blanco, magistrada (…). Está preparada para asumir grandes retos en beneficio de nuestro país”. Congresistas como David Racero, de la lista Decentes, criticaron esa cercanía.
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En favor de Cabello está su propia gestión, pues como presidente de la Corte, en 2016, trabajó en favor de una reforma a la justicia integral. En ese momento, recordó Hernando Herrera, Cabello puso sobre la mesa el debate sobre los períodos de los magistrados, las funciones electorales de las cortes, los “choques de trenes” entre las Cortes por la tutela, entre otros. “El Ministerio de Justicia es un potro bravo que tiene una agenda pendiente de resultados, creo que tiene los elementos para hacerlo”, dijo.