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“Quiero decirle al Fiscal General y a todo el mundo que yo no soy el eslabón perdido”. De esta manera, el sargento (r) Bernardo Garzón Garzón negó las acusaciones en su contra en las que ha sido vinculado como uno de los militares que participó en la operación de recuperación del Palacio de Justicia los días seis y siete de noviembre de 1985.
En diálogo con NoticiasCaracol, el sargento aseguró que no es la persona que aparece en unas fotografías y videos junto a un grupo de rehenes que fueron trasladados por miembros de la Policía y el Ejército a la Casa del Florero, ubicada a pocos metros del Palacio de Justicia en el centro de la capital de la República. (Bernardo Garzón, el eslabón pérdido del Palacio de Justicia)
“Esas fotografías son de hace 30 años, si miramos yo hace 30 años era un muchacho. Puede que ahora me parezca, pero tenga la plena seguridad de que no soy yo porque yo no estaba allá", precisó Garzón. El sargento fue capturado el 30 de enero de 2014, en ese momento el fiscal General, Eduardo Montealegre lo calificó como “una especia de eslabón perdido en el caso del Palacio de Justicia”.
En la entrevista se retractó de los señalamientos hechos en la Procuraduría contra del general (r) Iván Ramírez Quintero, excomandante del Comando de Inteligencia y Contrainteligencia del Ejército, y otros oficiales a quienes acusó de participar en las torturas en contra de un grupo de personas rescatadas en la operación de recuperación.
“A él (Iván Ramírez Quintero) por este medio le pido perdón y disculpas porque en un momento hable de él y simplemente quería como pensando que enlodando a otras personas iba a salir de problemas”, precisó. Señaló que un corresponsal de un medio internacional lo engañó para hacer estos señalamientos.
Aseguró que esta persona le daba la información por escrito y él las presentaba ante la Procuraduría “como si fueran mías”. El sargento enfrenta actualmente un juicio por las torturas realizadas a un miembro de la guerrilla del M-19 cuando estuvo infiltrado en una de las estructuras medias.
El sargento aseguró que como parte de su labor de inteligencia dentro del Ejército se infiltró en tres oportunidades en dicho grupo guerrillero, advirtiendo que estos hechos se presentaron antes, durante y después de la toma del Palacio de Justicia. Cuando lo descubrieron “me sentenciaron de muerte” de muerte, motivo por el cual tuvo que salir del país durante 20 años.
“Una organización afín de ellos pagaron una jugosa suma por mi recompensa y me capturaron”. Explicó que el M-19 tenía una estructura muy cerrada en cuando a su organización, razón por la cual no entendían cómo se había podido infiltrar en tres oportunidades en el grupo.