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No han sido décadas fáciles para la Ciénaga Grande de Santa Marta. A pesar de haber sido declarada un ecosistema estratégico, un sitio Ramsar, reserva mundial de la biosfera y parque nacional, su esplendor se ha ido desvaneciendo ante las amenazas que la acosan por todos los flancos: desecación de algunas zonas, quemas, diques ilegales, sobreexplotación de aguas subterráneas, construcción de carreteras.
El año pasado, ante las alertas emitidas por científicos colombianos y la Asociación Interamericana para la Defensa del Ambiente (AIDA), la Universidad del Norte, la Universidad del Magdalena y la Universidad de Florida, una misión de expertos internacionales miembros de la Convención Ramsar, un tratado firmado por las naciones para la protección de humedales, visitó la región de la Ciénaga Grande para evaluar el estado de conservación. En un informe que será presentado oficialmente al gobierno colombiano, los expertos elaboraron una lista de recomendaciones, entre ellas que la Ciénaga sea incluida en el Registro Montreux, un listado de entornos bajo amenaza grave y que requieren atención prioritaria.
La Ciénaga Grande, con sus 500.000 hectáreas, es la laguna costera más grande de toda la cuenca del Caribe. En ella, los expertos documentaron la sobreexplotación de ríos al oriente de la ciénaga, el colapso de aguas subterráneas de la zona Bananera-Palmas, la incertidumbre ecológica en la zona de intercambio entre el mar y la ciénaga. Entre las conclusiones sugirieron revaluar la infraestructura hidráulica que permite mantener el flujo desde el río Magdalena a la ciénaga, así como una revisión integral de la ampliación de la carretera Barranquilla-Santa Marta.
Los cambios documentados “requieren la toma de medidas urgentes por parte del gobierno de Colombia que permitan mantener y recuperar su carácter ecológico y alcanzar su uso racional, de acuerdo a los objetivos de la convención”, anotaron los expertos en su informe.
“Es clave que el gobierno colombiano siga al pie de la letra las recomendaciones de Ramsar y que implemente lo antes posible las mejoras y cambios necesarios en el manejo del sitio”, dijo Gladys Martínez, abogada de AIDA. “Lejos de ser una lista negra, el Registro Montreux es una oportunidad para que los gobiernos se muestren responsables con los recursos naturales que requieren atención urgente”.
Juan Pablo Sarmiento Erazo, investigador de la Universidad del Norte, comentó a través de un comunicado que “la inclusión de la ciénaga en el Registro Montreux puede permitir la obtención de ayuda económica, mediante fondos otorgados por la Ramsar Wetland Conservation Fund, así como de apoyo y asesoría técnica por parte del Grupo de Examen Científico y Técnico de la Convención Ramsar, que puede generar recomendaciones para la recuperación y conservación del ecosistema”.
Sandra Vilardy, investigadora de la Universidad del Magdalena y una de las científicas que mejor conocen la Ciénaga Grande, espera que el gobierno colombiano haga público el informe: “Los avances que conocemos indican que es imperativo restablecer el balance hídrico del complejo de humedales, haciendo un gran énfasis en la revisión de las concesiones de agua que se hacen de los ríos que alimentan la ciénaga”.
El próximo miércoles, el informe será discutido y analizado por el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y expertos de diversas instituciones.