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En 1994, cuando Ofelia Guarín ordeñaba las vacas de su familia en una finca del oriente antioqueño, su situación era incierta. Los pequeños productores de leche de la zona no tenían acceso real a capacitación, crédito ni tecnificación; los costos de cuidado y alimentación del ganado eran muy altos, y la mayoría de los productos derivados no cumplían con los estándares internacionales de calidad. Los campesinos tenían que vender sus litros de leche a un precio tan bajo, que no alcanzaban siquiera a cubrir los costos de producción.
En 2010, con la política que estableció el Conpes 3675, la cual cuenta con la cooperación de la Unión Europea, se han venido facilitando procesos de transformación de productores de leche y mipymes lácteas, que poco a poco han logrado desarrollar sus negocios con una visión de largo plazo.
Hoy, la situación de Ofelia y la de cerca de otros 70.000 productores de leche en Colombia, que como ella han implementado lo aprendido a través de diferentes instrumentos de política del “Conpes lácteo”, ha cambiado significativamente. La producción, comercialización y venta de leche, quesos, yogures y otros derivados se han convertido en una alternativa real para mejorar las condiciones de vida de los campesinos beneficiados y, al mismo tiempo, se convirtió en un motor para impulsar la agricultura y fortalecer la economía.
Así comparte hoy la señora Ofelia sus logros:
“Todas las mañanas ordeño mis vaquitas, saco más de 50 litros de leche diarios, los llevo al tanque de enfriamiento de la cooperativa Alagro, los transformamos y los vendemos. Con eso vivo tranquila”, cuenta Ofelia mientras reconoce que las condiciones para los pequeños productores de leche en Colombia han mejorado y que a través de la asociatividad han podido cambiar su visión de esta actividad. La leche de las vacas de Ofelia y de los 200 asociados de la cooperativa ya no se comercializa cruda, sino que Alagro se encargar de fabricar productos lácteos con valor agregado.
“A través de una convocatoria de Innpulsa creamos Lechenela, una deliciosa e innovadora combinación de leche en polvo con panela pulverizada que cada vez llega a más hogares colombianos”, asegura Dana Lizarralde, gerente de la cooperativa Alagro. De acuerdo con Lizarralde, el apoyo del Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, y el Fondo Innpulsa Colombia, permitió que los pequeños productores del oriente antioqueño empezaran a comercializar un producto de alta calidad, con empaques especiales, registro Invima y códigos de barras.
Casos exitosos como este se repiten en varios departamentos del país gracias a la aplicación del documento Conpes 3675 de 2010, por el cual se estableció la “Política para mejorar la competitividad de la cadena láctea colombiana”, que se firmó el 19 de julio de 2010. “Esta iniciativa surgió después del cierre de la negociación del acuerdo comercial entre Colombia y la Unión Europea, en el que el Gobierno de Colombia reconoció que para que el sector lácteo pudiera competir en los mercados internacionales, se debían establecer acciones y programas concretos que permitieran mejorar la productividad y la calidad de sus productos”, afirma Pedro Valderrama, coordinador apoyo UE en Propaís.
La implementación de la política láctea ha sido posible gracias al trabajo coordinado del Gobierno de Colombia a través del Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, del Ministerio de Comercio Industria y Turismo, la Agencia Presidencial de Cooperación, el Departamento Nacional de Planeación, y el aporte de la Unión Europea y la asistencia técnica de Propaís, transformando positivamente la vida cotidiana de más de 70.000 pequeños productores de leche que han recibido asistencia técnica integral para reducir costos, mejorar la calidad de sus productos y diversificar los mercados lácteos del país.
Además, se han atendido 5.679 empresas de transformación y comercialización, que han encontrado oportunidades para acceder a instrumentos de desarrollo empresarial diseñados para implementar sus proyectos productivos, fortalecer sus capacidades y ampliar oportunidades de negocio.
Los objetivos que se fijaron al iniciar la política, y que hasta hoy se han venido cumpliendo, son cinco: disminuir los costos de producción del eslabón primario de la cadena; promover esquemas asociativos y de integración horizontal y vertical en las zonas productoras; aumentar la competitividad de la cadena láctea a través del desarrollo de conglomerados productivos; ampliar y abastecer los mercados interno y externo con productos lácteos de calidad a precios competitivos, y fortalecer la gestión institucional del sector lácteo.
Los 30 millones de euros que la Unión Europea ha destinado para la implementación de esta política pública se sumaron a los cerca de $300 mil millones del presupuesto nacional que el Gobierno destinó en los primeros seis años, que han servido, además, para la identificación de hasta 90.000 animales y el seguimiento productivo a cerca de 30.965 animales en producción; para atender y transformar 63.780 hectáreas de tierra, y para evaluar más de 3.567 millones de litros de leche que pasan por control de alta calidad.
Adicionalmente, a través de la asistencia técnica de Propaís, la Unión Europea ha destinado recursos para financiar estudios e investigaciones para el fortalecimiento de sistemas de información de la cadena láctea, desarrollar acciones para complementar los avances de las iniciativas clúster del sector lácteo, apoyo en la conformación de comités regionales de cadena láctea, articulación con otros gobiernos que cooperan con el sector lácteo colombiano, y para actividades de socialización de la política láctea.
A pesar de los avances de este sector, aún queda mucho camino por recorrer, y uno de los desafíos más interesantes en un futuro cercano es descubrir las estrategias adecuadas para aprovechar al máximo las oportunidades que traerán consigo los acuerdos comerciales, y la necesidad de avanzar hacia una nueva formulación de la política pública en el marco del nuevo plan de desarrollo. Por eso, en octubre, la Unión Europea empezará una evaluación de la política láctea actual y definirá los lineamientos básicos para la construcción de un nuevo acuerdo de competitividad.
De igual forma, “a partir de los resultados y las recomendaciones que se obtengan de la evaluación que realizaremos, se espera que los actores de la cadena láctea puedan actualizar su acuerdo de competitividad y cuenten con insumos para la construcción de la política pública para la sostenibilidad y competitividad del sector lácteo en los próximos años”, afirma Manuel Fernández, agregado de Cooperación de la Unión Europea en Colombia.