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El río Amazonas, la “Gran Anaconda” (como le dicen los paisanos) es el río más extenso, caudaloso del mundo, pero eso no basta, porque según una investigación publicada esta semana en Geophysical Research Letters, está robando lentamente 40.000 kilómetros cuadrados de la cuenca alta del Orinoco.
La investigación sugiere que puede no ser la primera vez que el río Amazonas expande su territorio al “robarle” al vecino. El fenómeno podría ayudar a los investigadores a entender cómo evolucionan los sistemas fluviales y cómo la cuenca del Amazonas llegó a dominar el continente sudamericano.
El río Orinoco mide 2.140 kilómetros de longitud y nace en la ladera occidental de la Sierra Parima, una cordillera de 320 kilómetros de largo en la frontera sureste de Venezuela con Brasil que divide las cuencas hidrográficas del Amazonas y el Orinoco. El río Orinoco, drena 880.000 kilómetros cuadrados de Venezuela a Colombia y es el cuarto río más grande del mundo. El Amazonas drena 6.9 millones de kilómetros cuadrados de agua y, después de una reñida competencia con el río Nilo (Egipto), fue declarado el río más grande del mundo.
Ambos están conectados por el Río Casiquiare, que se separa del Río Orinoco en tierras bajas, debajo de las montañas, y desvía cerca de un cuarto del flujo del Orinoco hacia el sur hasta el Río Negro, uno de los afluentes más importantes del río Amazonas.
El Casiquiare es la única conexión entre estas dos grandes cuencas hidrográficos. El nuevo estudio, a cargo de la Unión Geofísica Americana, indica que el río Amazonas ganará este tiro y afloja por la obediencia del Casiquiare.
Lo importante del estudio es que poder monitorear los cambios en tiempo real en las dos cuencas hidrográficas más grandes del mundo permitirá reunir información sobre cómo se formó el río más grande del mundo.
"El Orinoco y el Amazonas son dos de los ríos más grandes del mundo, y el hecho de que exista esta conexión de agua perenne entre ellos ha desconcertado a la gente durante mucho tiempo, comenzando con los primeros exploradores europeos", dijo Maya Stokes, un graduado estudiante en el Instituto de Tecnología de Massachusetts y autor principal del nuevo estudio. "La captura de un río en acción es una oportunidad única y excepcional de observar este proceso del que tenemos evidencia en el registro geológico pero que con frecuencia no logramos realmente observar".
La línea roja muestra la posición futura del límite una vez completada la captura del Río Orinoco superior por el Río Casiquiare. Las líneas grises muestran las posiciones pasadas de las divisiones de las capturas. Los ríos trazados en naranja son alcances capturados; los ríos en rosado son aquellos que perdieron el área de drenaje. Crédito: Maya Stokes, Samuel Goldberg y Taylor Perron / AGU
Captura de río en acción
Las conexiones entre las cuencas fluviales son inusuales y las que sí ocurren suelen ser conexiones efímeras durante inundaciones estacionales. Las extrañas desviaciones permanentes en un curso de agua que se han observado tienden a ser abruptas, como el robo del río Kaskawulsh por las cabeceras del río Slims en el territorio canadiense de Yukón, que redirigió el curso de agua por completo en cuestión de días.
Una conexión estable, como la del río Casiquiare, es rara. Incluso, los geógrafos europeos del siglo XVIII que cartografiaron ambas cuencas se debatían para ubicarlo en un lado y otro. La bifurcación del Casiquiare parecía tan antinatural, aunque es simplemente inusual.
Maya Stokes y su equipo de geógrafos analizaron la velocidad del agua y las dimensiones del canal tomadas por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, que habían medido el río Amazonas en 1943.
Los geógrafos descubrieron que el río Casiquiare se está erosionando más rápido que el Orinoco, profundizando su canal, mientras que el flujo del Orinoco se desacelera debido a la acumulación de sedimentos en su lecho. El terreno en el lado de Casiquiare de la línea divisoria, que conduce al Amazonas, es más del doble de empinado que el valle llano que atraviesa el Orinoco debajo de la división.
Debido al curso más pronunciado y a la capacidad para mover sedimentos, el estudio concluye que el Casiquiare capturará el flujo del río Orinoco aguas arriba de la división de la cuenca del Amazonas. Cuando se complete la desviación, el Amazonas habrá robado 40,000 kilómetros cuadrados de las cabeceras del Orinoco, un área aproximadamente dos veces mayor que el Lago Ontario, disminuyendo el volumen del río significativamente. Es difícil estimar cuando sucederá, y los científicos no aventuraron un estimado de tiempo.
"Es una gran implicación para el Río Orinoco", dijo Stokes al portal Phys. Sin embargo, no es la primera vez que el Amazonas le piratea un río al Orinoco. Según los investigadores, pasó dos veces antes: así, la cuenca del Amazonas se agregó 250,000 kilómetros cuadrados, un área de drenaje del tamaño de Casanare, Arauca, Vichada y Meta juntos.
Otros investigadores han publicado evidencia de desviaciones pasadas del río Essequibo (Brasil) a la cuenca del Amazonas.
Stokes dijo que cuanto más crezca un río, más poder tendrá para arrebatar más desvíos de agua a los vecinos. A medida que el volumen de agua en el Amazonas aumentó, también lo hizo el poder erosivo del río. La erosión en las cabeceras de los afluentes del Amazonas capturó más agua de las cuencas vecinas, lo que incrementó y fortaleció al Amazonas en un ciclo continuo.
"Tenemos este enorme sistema de drenaje continental en el río Amazonas y está en continuo crecimiento", dijo Stokes. En teoría, en cuanto más crezca un río, más poder tendrá para arrebatar más desvíos de agua a los vecinos. A medida que el volumen de agua en el Amazonas aumentó, también lo hizo el poder erosivo del río. La erosión en las cabeceras de los afluentes del Amazonas capturó más agua de las cuencas vecinas, lo que incrementó y fortaleció al Amazonas en un ciclo continuo.
Stokes y sus colegas están interesados en cómo los sistemas fluviales se convierten en gigantes que se extienden por el continente como el Amazonas. La relación entre el Orinoco, Casiquiare y el Amazonas ofrece una instantánea de cómo se expanden los sistemas fluviales.