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Para los cuatro pueblos indígenas de la Sierra Nevada de Santa Marta (kogui, arhuaco, wiwa y kankuamo) el territorio que habitan es sagrado y es donde su cultura milenaria ha tenido lugar. Su mandato es proteger, cuidar y conservar de manera integral el territorio ancestral demarcado por la Línea Negra.
Con el propósito de que la naturaleza entre en equilibrio y puedan realizar los pagamentos en los espacios sagrados que se encuentran dentro del Parque Nacional Natural Tayrona, desde 2015 las autoridades indígenas han venido solicitándole al Gobierno Nacional el cierre temporal de esta área protegida; en el marco de un fallo del tribunal administrativo del Magdalena que ordenó hacerles la Consulta Previa a los pueblos indígenas sobre el contrato de concesión ecoturística del Parque.
Como parte de ese proceso y luego de más de tres años de trabajo, el Gobierno, en cabeza de Parques Nacionales Naturales, y los líderes indígenas han logrado concertar una serie de acuerdos para el plan de manejo de dos áreas protegidas que se encuentran en la Sierra: el Parque Nacional Natural Tayrona y el Parque Sierra Nevada de Santa Marta. Una hoja de ruta en la que por primera vez los cuatro pueblos indígenas han tenido participación y que incorpora el ordenamiento territorial desde su visión espiritual, con el fin de garantizar la conservación y protección de los ecosistemas.
Por eso, a pocos días de que el Parque Tayrona vuelva a abrir sus puertas a los turistas, El Espectador habló con José de los Santos Sauna, gobernador del Resguardo Kogui-Malayo-Arhuaco, sobre los procesos culturales de limpieza, sanación y protección ambiental y espiritual que llevan a cabo las autoridades indígenas en este territorio, y el plan de manejo que vienen construyendo de manera articulada con Parques Nacionales, cuyos acuerdos se protocolizaron el pasado viernes, 22 de febrero.
¿Por qué los cuatro pueblos indígenas solicitan el cierre del Parque Tayrona?
En ese proceso de la Consulta Previa nosotros hicimos un diagnóstico del territorio, caracterizamos los espacios sagrados y el grado de afectación cultural, espiritual y ambiental. Dentro de esos procesos de recorrer el Parque, los mamos encontraron que estaba enfermo y que necesitaba un tratamiento: había que darle descanso. Dentro del diagnóstico, encontramos que la gente no estaba viendo su importancia como lugar sagrado, sino como un sitio de atracción. Por eso los mamos tomaron la decisión de solicitar al Gobierno que se hiciera el cierre del Parque tres veces al año, pero hasta el momento hemos llegado a un mes de cierre, que es del 28 de enero al 28 de febrero. Este es el cuarto año que se cierra el parque.
¿Qué valor tiene la Sierra Nevada de Santa Marta en las culturas indígenas?
Poco antes de salir, el presidente Santos firmó el Decreto 1500 de 2018 de la Línea Negra. Ancestralmente los pueblos de la Sierra conocemos que pasa una línea espiritual en la parte baja, está conectada en el mar y con el territorio. Partiendo de ahí la Sierra es sagrada, ahí está guardada nuestra memoria, nuestras escrituras, nuestros conocimientos y por eso la Sierra la vemos como un templo: ahí están nuestros padres espirituales. Nuestra misión es protegerla, cuidarla y conservarla de manera integral.
Desde su punto de vista, ¿cuáles son las principales afectaciones del Parque Tayrona?
Vimos que la diversidad (fauna y flora) se está ahuyentando por el turismo y que los animales estaban tímidos, no estaban caminando. Eso es un problema, el mundo animal debe estar en su orden natural: transitando de un lado al otro. Lo otro que vimos es que estaban guaqueando y estaban afectando los espacios sagrados. Otro aspecto negativo para que se cumpla esa función del orden ancestral y esa función ambiental es la contaminación en el Parque.
¿Qué acciones realizan los mamos durante el cierre?
Espiritualmente, cuando se cierra el Parque el mamo entra a hacer el trabajo. Ese trabajo requiere visitar el origen de cada cosa: el nacimiento de los arroyos, donde están las piedras talladas, etc. Para nosotros esos son los puntos que están conectados en nuestro cuerpo y hay que hacer el equilibrio. Físicamente, se entra ya un poco a recoger la contaminación y también a revisar el estado actual de la biodiversidad.
¿Qué trabajos espirituales han venido haciendo en los últimos días en el territorio?
Simplemente nosotros estamos puliendo el Parque Tayrona espiritualmente para que pueda existir la población, la fauna y la flora. Estamos cumpliendo con la naturaleza: los pueblos indígenas tienen un acuerdo con la naturaleza. Si la naturaleza está bien, nosotros estamos bien; si la naturaleza está enferma, nosotros estamos peor de enfermos. Si la naturaleza se muere nosotros no existiríamos. En términos generales el Parque está en descanso espiritual y material.
¿Cuáles son los cambios que presenta el Parque con estas temporadas de descanso?
Yo creo que ha habido buenos resultados, animales como los cocodrilos han salido. Se fueron las olas y el mar está en silencio, o sea que el mar siempre vive defendiéndose. La naturaleza necesita su tiempo, así nos dice nuestro código ancestral. Se revitalizan los ecosistemas y las conexiones espirituales y culturales de los sitios sagrados.
¿En qué se diferencia la visión indígena del territorio a la occidental?
El territorio para nosotros es como un sistema, como una persona. Si le estamos tumbando las partes bajas, le estamos quitando el pie, entonces empieza el desequilibrio. Nosotros consideramos que la Sierra Nevada es el corazón del mundo, si se para el corazón se para todo. Para el mundo occidental la visión del desarrollo económico es la explotación del territorio, el uso de la economía, pero no se está pensando cuál va a ser la regulación política del territorio, y vemos que es un problema, que viene una crisis.
Luego de más de tres años de trabajo entre Parques Nacionales y las autoridades de los cuatro pueblos indígenas se ha llegado a unos acuerdos sobre el plan de manejo de dos de las áreas protegidas que se encuentran en este territorio, ¿se sienten identificados con el resultado?
Lo que estamos haciendo con Parques Nacionales es llegar a un punto de acuerdo sobre cómo vamos a articular los procesos para la conservación ambiental de la Sierra Nevada. Yo creo que sí va a dar resultado: uno, por el respeto de entendimientos; dos por la articulación, el poder trabajar físicamente o materialmente, lo que nos lleva a la construcción conjunta. También tenemos el punto tres, que es el diagnóstico de la afectación, cómo se está afectando la Sierra Nevada y quién será el responsable frente a la conservación ambiental.