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A pesar de que los expertos llevan advirtiendo repetitivamente que el bienestar humano depende de la biodiversidad, parece que el mensaje no ha terminado de calar. Después de reunirse durante una semana, del 17 al 24 de marzo en Medellín, Colombia, la Sexta Plenaria de la Plataforma Intergubernamental de Biodiversidad y Servicios Económicos (Ipbes) anunció su gran conclusión: “La biodiversidad continúa disminuyendo en todas las regiones del mundo, reduciendo significativamente la capacidad de la naturaleza para contribuir al bienestar de las personas. Esta alarmante tendencia pone en peligro las economías, los medios de subsistencia, la seguridad alimentaria y la calidad de vida de las personas en todo el mundo”.
El anuncio no es un capricho, pues parte de cuatro estudios científicos escritos por más de 550 expertos en el tema de más de 100 países. Un resultado de tres años de trabajo que buscó evaluar tanto la biodiversidad como los servicios eco-sistémicos en cuatro regiones del mundo: América, Asia y el Pacifico, África y Europa y Asia Central, lo que en teoría suma todo el planeta a excepción de los polos. Los estudios, además, fueron evaluados y aprobados por Ipbes, que tiene 129 estados miembros.
"La biodiversidad y las contribuciones de la naturaleza suenan, para muchas personas, académicas y muy alejadas de nuestra vida diaria", dijo el presidente de Ipbes, Robert Watson. "Nada podría estar más lejos de la verdad: son la base de nuestra comida, agua limpia y energía. Están en el corazón no solo de nuestra supervivencia, sino de nuestras culturas, identidades y disfrute de la vida. La mejor evidencia disponible, recopilada por los principales expertos del mundo, nos señala ahora una conclusión única: debemos actuar para detener e invertir el uso insostenible de la naturaleza, o arriesgar no solo el futuro que queremos, sino incluso las vidas que llevamos actualmente. Afortunadamente, la evidencia también muestra que sabemos cómo proteger y restaurar parcialmente nuestros activos naturales vitales".
Es por esto que los cuatro reportes se enfocaron en mostrar cómo la capacidad de la naturaliza contribuye al bienestar humano, y cómo esta está siendo reducida por distintas presiones como la sobreexplotación, el uso indiscriminado de recursos, la invasión de especies extranjeras o el cambio climático, entre otros.
La situación en América
“La gran riqueza de biodiversidad de América genera una inmensa contribución a la calidad de vida, ayudando a reducir la pobreza así como fortalece la economía y el estilo de vida”, advirtieron el doctor Jake Rice de Canadá, copresidente de la evaluación de las Américas, la doctora Cristiana Simão Seixas de Brasil y la profesora María Elena Zaccagnini de Argentina.
De hecho, explicaron que estas contribuciones pueden estimarse en más de 24 billones de dólares por año, el equivalente al PIB de la región. El problema es que el 65% de estas contribuciones están en declive, donde el 21% han caído rápidamente.
Según el reporte, si la región continua por este mismo camino, bajo un escenario de “negocios normales”, el cambio climático será uno de los motores que más impacte la biodiversidad para 2050. “Actualmente, en promedio, las poblaciones de especies en un área son aproximadamente un 31% más pequeñas que en el momento de la colonización europea, pero con los efectos crecientes del cambio climático sumados a los otros impulsores, se prevé que esta pérdida alcance el 40% para 2050”, señala el reporte.
Es por esto que el estudio también rescata que tanto las comunidades indígenas como las locales, sí han logrado crear policultivos y sistemas agroforestales que aumentan la diversidad de paisaje. Lo preocupante es que estos estilos de vida vienen erosionando, ya que más del 60% de sus idiomas, y con esto sus culturas, desaparecen.
La situación en África
África se caracteriza porque es el último lugar en el mundo con una amplia variedad de grandes mamíferos. Sin embargo, hoy en día hay más especies de plantas, peces, anfibios, reptiles, mamíferos y aves en peligro que nunca antes.
"África es extremadamente vulnerable a los impactos del cambio climático y esto tendrá graves consecuencias para las poblaciones económicamente marginadas. Para el 2100, el cambio climático podría provocar la pérdida de más de la mitad de las especies de aves y mamíferos africanos, una disminución del 20-30% en la productividad de los lagos de África y una pérdida significativa de especies de plantas africanas ", advierte el reporte.
Además, explica que aproximadamente 500,000 kilómetros cuadrados de tierra africana ya han sido degradados por la sobreexplotación de los recursos naturales, la erosión, la salinización y la contaminación, lo que resulta en una pérdida significativa de las contribuciones de la naturaleza a las personas. Esto sin contar con que se impondrá una mayor presión sobre la biodiversidad del continente ya que la actual población africana de 1.250 millones de personas se duplicará a 2.500 millones para el año 2050.
La situación en Asia - Pacífico
"La biodiversidad y los servicios de los ecosistemas contribuyeron al rápido crecimiento económico promedio anual del 7.6% de 1990 a 2010 en la región de Asia y el Pacífico, beneficiando a sus más de 4.500 millones de personas. Este crecimiento, a su vez, ha tenido diversos impactos en la biodiversidad y los servicios de los ecosistemas ", dijeron el doctor Madhav Karki de Nepal, copresidente de la evaluación de Asia y el Pacífico y la doctora Sonali Senaratna Sellamuttu de Sri Lanka
El reporte también señala que, a pesar de que se ha visto un detrimento de la biodiversidad en general, hay algunos casos de éxito. Por ejemplo, el aumento de las áreas protegidas. En los últimos 25 años, las áreas marinas de la región incrementaron un 14%, mientras que en lo terrestre solo fue de 0.3%.
Europa y Asia Central
"La gente de la región consume más recursos naturales renovables de lo que produce la región", dijo el profesor Markus Fischer de Suiza, copresidente de la evaluación de Europa y Asia Central. "Aunque esto está algo compensado por biocapacidades más altas en Europa del Este y el norte de Europa Occidental y Central".
En la Unión Europea, entre las evaluaciones del estado de conservación de las especies y los tipos de hábitats de interés para la conservación, solo el 7% de las especies marinas y el 9% de los tipos de hábitats marinos muestran un "estado de conservación favorable". Además, el 27% de las evaluaciones de las especies y el 66% de las evaluaciones de los tipos de hábitats muestran un "estado de conservación desfavorable", mientras que los otros se clasifican como "desconocidos".
Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), por ahora, una meta inalcanzable en todas las regiones
Uno de los hallazgos que fue trasversal a las cuatro regiones es que, mientras no se prioricen las políticas para detener la pérdida de biodiversidad, las posibilidades de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, que el mundo planea alcanzar para 2030, está en peligro.
"El logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas, el Plan Estratégico para la Diversidad Biológica 2011-2020 y sus Metas de Aichi para la Diversidad Biológica y el Acuerdo de París sobre el cambio climático dependen de la salud y vitalidad de nuestro entorno natural en toda su diversidad y complejidad. Actuar para proteger y promover la biodiversidad es al menos tan importante para alcanzar estos compromisos y para el bienestar humano como lo es la lucha contra el cambio climático global”, concluyen los reportes.
Por esto, en último llamado de esperanza, los investigadores también lanzaron algunas ideas de lo que se puede hacer en cada región. Para América, por ejemplo, señala que aunque las áreas protegidas incrementaron un 17% entre 1970 y 2010, menos del 20% de lugares clave para la biodiversidad tienen alguna figura que los proteja, por lo que se necesitan acciones más fuertes en esta área.
También advierte que la biodiversidad y las contribuciones de la naturaleza a las personas están mejor protegidas cuando se integran en una amplia gama de políticas económicas y sectoriales, como el pago por servicios ecosistémicos y la certificación ecológica voluntaria. Entre otras opciones, se incluyen combinaciones apropiadas de, por ejemplo, cambio de comportamiento, tecnología mejorada, investigación, niveles adecuados de financiación, educación mejorada y programas de conciencia pública Sugerencias frente a las que, en definitiva, no podemos hacernos los sordos.