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Ante los miembros de la sala de crisis de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres (UNGRD), la directora general del IDEAM, Yolanda González Hernández, advirtió que los modelos nacionales e internacionales presentan concordancia con respecto a que se desarrolle un nuevo fenómeno de El Niño “pero su intensidad es incierta”.
El último reporte de la Organización Meteorológica Mundial señala que las temperaturas de la superficie del mar en las zonas central y oriental del Pacífico tropical y la mayoría de los indicadores de la atmósfera suprayacente, por ahora permanecen neutras pero los cálculos apuntan a un calentamiento inminente del Pacífico tropical. De ser así en el cuarto trimestre del año se desarrollará un episodio débil de “El Niño”.La probabilidad de que se produzca dicho episodio se acerca al 70 %. De presentarse, el episodio se extendería hasta más allá de la primavera del hemisferio norte en 2019.
De acuerdo con la funcionaria del Ideam, las zonas más afectadas por la sequía serían las regiones Caribe y Andina (San Andrés y Providencia, Guajira, valles interandinos del Cauca, Magdalena y Patía).
La reunión interinstitucional, en la que participaron representantes de más de 12 instituciones, sirvió también para mostrar avances de la formulación del documento CONPES “Estrategias de actuación y coordinación para reducir las afectaciones ante la eventual ocurrencia de un fenómeno de variabilidad climática: El Niño 2018-2019”. Se espera que este documento sea aprobado el próximo 11 de octubre.
El Departamento Nacional de Planeación, a través de un comunicado, instó a todos los sectores del orden nacional a revisar sus estrategias para hacer frente a El Niño.
Por su parte, la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres presentó la propuesta de Plan de Contingencia para el último trimestre del año y que cobija hasta el mes de agosto del año 2019. Este plan contempla la ejecución de cuatro fases: la primera de preparación y alistamiento, la segunda de atención, la tercera de recuperación y estabilización; y una fase final de evaluación.
“El país cada vez está más preparado para enfrentar un fenómeno como estos y que si bien hay mucho camino por recorrer, el Sistema Nacional de Gestión del Riesgo cada vez es más robusto y con capacidades técnicas, lo que facilitará la operatividad cuando se requiera”, señaló Eduardo José González, Director de la Unidad Nacional para la Gestión del Riesgo de Desastres.