Le fallamos a los bosques: en dos años el mundo ha perdido suficientes árboles como para cubrir España

Global Forest Watch lanzó un informe para hacer un balance a dos años de haber firmado el Acuerdo de París. A pesar de acuerdos y tratados, la deforestación sigue avanzando en el mundo.

Redacción VIVIR
24 de diciembre de 2017 - 06:49 p. m.
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“En los últimos dos años, entre 2015 y 2016, se han perdido 493.717 kilómetros cuadrados de bosque, casi la totalidad de España o cuatro veces Inglaterra”. Esa es la cifra que reveló la organización Global Forest Watch (GFW), según datos satelitales. El documento se lanzó a dos años de que la mayoría de naciones del mundo firmaran el Acuerdo de París para combatir el cambio climático, que incluye compromisos específicos para "conservar y mejorar" los bosques del mundo a fin de combatir el aumento de las temperaturas. Sin embargo, el problema persiste. Según GFW, la deforestación representa alrededor del 10-15% de las emisiones de carbono globales anuales.

"Los bosques son fundamentalmente difíciles de proteger, están en fronteras remotas o en países con un gobierno débil", dijo Liz Goldman, investigadora asociada de GFW, a The Guardian. Agregó que la creciente pérdida de bosques "no significa que las promesas de deforestación no tengan un impacto, muchos de estos acuerdos aún se encuentran en una etapa inicial".

Según el diario británico, en 2015, el mundo perdió suficientes árboles para cubrir 198,295 kilómetros cuadrados, un área alrededor del tamaño de Uganda. Los datos más impactantes de ese año provienen de la isla de Nueva Guinea, que se considera el tercer bloque más grande de selva tropical intacta en el planeta, después de la Amazonía y el Congo, que cada vez están más amenazadas y fracturados. La deforestación en la isla saltó un asombroso 70% en 2015, amenazando a las miles de especies de la isla que se encuentran en ningún otro lugar, como las aves del paraíso y los canguros arborícolas, y sus habitantes locales que han vivido estrechamente vinculados a los bosques a su alrededor durante milenios.

La mitad de Nueva Guinea pertenece a Indonesia, y la otra mitad es su propio país, Papua Nueva Guinea. Sin importar a qué entidad política pertenecieran, ambas mitades se vieron seriamente deforestadas ese año gracias a que 48 empresas de aceite de palma tienen permiso en Papúa e Indonesia, algunas de 45.000 hectáreas, según Greenpeace Indonesia.

En 2016, la pérdida de árboles aumentó un 51% a nivel mundial desde el año anterior, lo que provocó un total de 297,000 kilómetros cuadrados. El informe dice que el principal causante de esta pérdida fue el fuego. “En los bosques templados, el fuego es a menudo una parte natural del ciclo de vida del ecosistema e incluso puede generar la renovación de los bosques. Pero el fuego no tiene cabida en los bosques tropicales, donde casi siempre es causado por humanos que intentan despejar la tierra para plantar. Hay una creciente evidencia científica de que el cambio climático está calentando nuestros bosques”, dijo Goldman, de GFW a The Guardian.

Los bosques más secos y más calientes son más propensos al fuego y más difíciles de extinguir. No es coincidencia que el 2016 no solo haya sido un gran año de fuego, sino también el año más cálido registrado. Basta ver los incontrolables incendios decembrinos en California que ya arrasaron con 10.000 hectáreas de bosque.

En Colombia, la deforestación se disparó ese año, cuando el país perdió 178.597 hectáreas de bosque. Como le dijo en ese entonces Omar Franco director del Ideam, a El Espectador, el 95 % de la tala de bosque está concentrada en tan sólo 30 municipios y el 60,2 % corresponde a la región del Amazonas.

La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), también sigue la pista de la deforestación, alegando en 2015 que la deforestación se había desacelerado en todo el mundo. Sin embargo, la FAO depende de los informes propios de cada país, lo que da lugar a diferentes mediciones en diferentes lugares y una dependencia de la autoinforme, según The Guardian.

 

Por Redacción VIVIR

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