Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Que entre las primeras víctimas del cambio climático estén los osos polares no es nada nuevo. El hielo del ártico, su hábitat, ha venido disminuyendo alrededor del 13% cada año desde 1979, poniendo en riesgo a estos icónicos animales. No obstante, según un estudio realizado por el Servicio Geológico de Estados Unidos y la Universidad de California, Santa Cruz, estas condiciones han llevado a que los osos polares estén en camino hacia una extinción más rápida de lo que se creía anteriormente.
El equipo de científicos siguió a un grupo de nueve osos polares durante tres años, entre 2014 y 2016, que vivían en el en el mar de Beaufort de Alaska. Para poder rastrearlos les pudieron collares con GPS, cámaras y equipos que median su nivel de actividad. Igualmente, también les medían la química de la sangre periódicamente. Así, a través de la recolección de estos datos, notaron que estos depredadores tienen metabolismos mucho más rápidos de lo que se pensaba, lo que significa que necesitan más presas y comida para sobrevivir. El problema es que parece estar pasando justo lo contrario.
En teoría, para poder tener la energía necesaria, un oso polar necesita comerse por lo menos una foca adulta o tres focas jóvenes cada 10 días. Pero la investigación encontró que sólo cuatro de los nueve osos polares eran capaces de lograr esta meta. El resto empezó a perder masa corporal radicalmente, hasta 20 kg en los diez días que el estudio los siguió.
“Nos sorprendió ver cambios tan grandes en las masas corporales, en un momento en que debían aumentar su volumen para mantenerlos durante el año (abril). Este y otros estudios sugieren que los osos polares no son capaces de satisfacer sus demandas corporales como antes”, explicó al periódico The Guardian Anthony Pagano, líder del estudio.
Otro de los factores que encontró el estudio y que podría estar afectado a los osos polares, es que anteriormente estos animales no tenían que moverse mucho para cazar – por ende, gastaban menos energía. Antes, sólo tenían que esperar en los agujeros del hielo donde las focas se asomaban para respirar y cazarlas, sin embargo, este escenario ha cambiado, haciendo que su metabolismo promedio sea hasta 50% más alto del estimado por otros estudios.
De hecho, otros estudios ya habían lanzado alertas similares. En mayo del 2017 una investigación publicada en el Journal of Animal Ecology, liderada por el Instituto Polar de Noruega, encontró que, debido a que a los osos se les estaba haciendo imposible atrapar focas, algunos empezaron a devorar huevos de gansos. Lo que claramente no cumple con su demanda energética. (Lea también: Osos polares se ven forzados a cambiar de dieta)
Uno más, realizado por biólogos de la Universidad de Alberta, Canadá, y liberado en el 2016, advirtió que estos animales se estaban viendo forzados a nadar más como consecuencia del deshielo. Un problema que también los ponía en riesgo de disminuir de peso, así como de sufrir hipotermia. (Acá también: Osos polares deben nadar más por cambio climático)