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Este 18 de junio una foto que resume el grave problema que está enfrentando Groenlandia se volvió viral. En ella se ve el trineo de Steffen Olsen, científico del Instituto Meteorológico de Dinamarca, jalado por perros. La imagen no tendría nada de particular si los animales, que conducían a Olsen al sitio donde había dejado sus herramientas de monitoreo oceanográfico, no estuviesen corriendo sobre agua en vez de hielo. La superficie, usualmente blanca y plana, ahora parecía una enorme laguna. (Lea La industria de aviones promete frenar su impacto ambiental (pero se opone a reducir los vuelos)
La imagen es el mejor ejemplo de lo que acaba de suceder en ese territorio. La semana pasada, la gran isla experimentó un enorme derretimiento. Perdió, aproximadamente, 2 mil millones de toneladas de hielo. (Lea Colombia, ganadora del Ocean Awards, el premio que reconoce la protección de los océanos)
Aunque ese fenómeno, llamado “temporada de fusión”, es usual entre junio y agosto (con su mayor pico de intensidad en julio), en esta ocasión ha generado alarmas en el mundo científico. ¿El motivo? Solo hay un registro más grande de deshielo. (La Amazonía será la gran preocupación de la Iglesia en su próxima reunión global)
Como le dijo a CNN Thomas Mote, que estudia el clima de Groenlandia desde la Universidad de Georgia, Estados Unidos, lo que está sucediendo es comparable a algunos picos que se presentaron en 2012, cuando casi toda la capa de hielo de Groenlandia se derritió por primera vez en la historia.
Eso, a sus ojos, es inquietante por una razón: la “temporada de fusión” está ocurriendo de manera temprana y, de continuar a ese ritmo, podría establecer un nuevo récord de pérdida de hielo.
“Todos los signos parecen estar apuntando a una gran temporada de derretimientos”, aseguró a CNN. Su explicación es simple: mientras hay nieve y hielo la cantidad de calor absorbida es menor y eso ayuda a mantener la capa de hielo. Pero, a medida que se derrite, el sol del verano causará un derretimiento más intenso.
Detrás de ese fenómeno hay un patrón climático que ha contribuido al deshielo. Se trata, como explicó Mote, de un aire cálido y húmedo que llegó a Groenlandia desde el Atlántico Central, generando temperaturas más cálidas sobre la superficie. La alta presión que se presentó también impidió la aparición de lluvias y, por el contrario, favoreció los días soleados y despejados.
El gran problema detrás de este enorme derretimiento es una de las consecuencias más claras del cambio climático: el aumento del nivel del mar. Si continúa creciendo muchas poblaciones costeras padecerán las verdaderas secuelas.