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Desde hace tres años, Colombia ha sido el país ganador del Global Big Day, el concurso internacional organizado por el Laboratorio de Ornitología de la Universidad de Cornell. El objetivo es monitorear las especies de aves en el mundo, pero también promocionar el turismo de naturaleza y aventura. En mayo de este año, los pajareros colombianos avistaron 1.590 especies de las 1.920 que, se estima, hay en el país. De estas, 79 son endémicas. (Puede leer: Colombia campeón mundial en avistamiento de aves)
Los pajareros que cada año participan en esta jornada se arman de binoculares, lápices, libretas y cantos de aves grabados. Una gran mayoría carga con la Guía ilustrada de la avifauna colombiana, realizada por el biólogo Fernando Ayerbe y la Wildlife Conservation Society (WCS).
El libro de 444 páginas, que tiene un costo de $120.000 en librerías, se agotó a una velocidad impresionante para una guía científica. La buena noticia es que esta semana el Instituto Alexander von Humboldt publicó 1.890 mapas con datos abiertos y gratuitos que condensan toda la información de una de las guías de avifauna más usadas entre avistadores de aves del país.
En pocas palabras, la distribución geográfica del 98 % de las aves de Colombia —validada por expertos— está a disposición de cualquiera con conexión a internet. Algo similar a lo que hace la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) con su lista del estado de conservación de las especies del mundo. (Ver más: Tororoi Bailador, la nueva especie de ave descubierta en los farallones de Cali)
De acuerdo con Elkin Noguera, investigador del programa de Evaluación y Monitoreo de la Biodiversidad del Instituto Humboldt y uno de los artífices del proyecto, los mapas fueron construidos con base en la información que Ayerbe recolectó en sus salidas de campo y que materializó en su guía, los derechos de uso de la cual donó al Instituto Humboldt hace poco más de un año.
“Una de las rutas para hacer mapas como estos es desarrollar modelos matemáticos que emiten la distribución probable de una especie en cierta zona. Luego nos comunicamos con expertos para evaluar y refinar esos mapas de distribución”, explica Noguera.
Los mapas no solo están informados por el libro de Fernando Ayerbe, pues también contemplan otros textos vertebrales de la distribución geográfica de los pájaros de Colombia, como el Libro rojo de las aves, de Jorge Velásquez, los estudios sobre aves de Steven Hilty y William Brown, las colecciones biológicas de aves del Museo de Historia Natural del Cauca y del Instituto de Ciencias Naturales de la Universidad Nacional y otras más. La diferencia con otras plataformas de datos abiertos —como el Sistema de Información de Biodiversidad (SIB)— es que estos mapas incluyen hipótesis de dónde están distribuidas las especies de aves en todo el país. (Ver más: "The Birders", el documental que explora a Colombia a través de sus aves)
“Tal vez es por eso que decimos que un mapa así es revolucionario. Primero, la información suele estar muy dispersa y en Colombia no existe otro mapa tan completo sobre otro grupo biológico, curado por expertos y al alcance de cualquiera que quiera consultar. Segundo, este formato de datos abiertos es mucho más fácil de cruzar con otras variables. Le sirve a una alcaldía que quiera saber cuántos pájaros puede ofrecer a los visitantes que quieren hacer aviturismo, a una agencia de protección ambiental para proteger un área determinada, a un investigador para barajar hipótesis sobre la distribución de una especie, a un aficionado para identificar la especie que vio y a cualquiera que se interese por el tema”, dice Noguera.
Según el Instituto Humboldt, los mapas son útiles, por ejemplo, para evaluar cuántas especies podrían estar en la zona de influencia de un proyecto de infraestructura, o simplemente para visitar el lugar específico a donde un aficionado podría ir a avistar pájaros.
Noguera no tiene un número aproximado de cuánto pudo haber costado la realización de los 1.890 mapas. Según dice, habría que tener en cuenta el trabajo de Ayerbe, el de los ingenieros que diseñaron el algoritmo, el de revisores de pares, el costo de la plataforma y otras variables.