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No obstante, el retraso del Caribe frente al reciclaje es evidente. Según el periódico de la región, El Heraldo, solo el 63 % de sus municipios tienen sitios autorizados para la disposición de residuos, poco más de 7 mil toneladas de desechos los abarrotan diariamente. Para remediar esta situación, las principales productores de bebidas del país han creado el movimiento RE.
Detrás de esta iniciativa están Bavaria, Coca-Cola (tanto Femsa como Company), Postobón y Pepsico. Su apuesta es, palabras más palabras menos, recoger durante los próximos 18 meses un total de 1.200 toneladas de botellas y envases PET en Barranquilla, Santa Marta y Cartagena. Para conseguirlo, el movimiento consiste en una campaña educativa y de sensibilización y en un profundo trabajo mano a mano con más del 20 % de los recicladores registrados en la región.
Tras la búsqueda de PET
El PET, utilizado desde mitad del siglo pasado, es conocido entre los plásticos por su capacidad de reutilizarse. Este material se parece a una moneda, puede pasar por todas las manos, gracias a su ciclo infinito de reutilización. A pesar de esa oportunidad, de acuerdo con Acoplásticos, solo 40.000 envases y empaques PET de las 145 mil toneladas que llegan al mercado nacional provienen de material reciclado.
El asunto está tan quedado, que el indicador de recolección de PET se estima en apenas el 31 % en el país. De hecho, solo existe una planta con alta tecnología para transformar PET en nuevas botellas y envases para bebidas. Está en Girardota, un municipio antioqueño, y se llama Enka.
Allí arriban las 2.600 toneladas que recoge mensualmente Ekored, una empresa con presencia en 27 departamentos que arruma el fruto de los recicladores y sus cooperativas o asociaciones. Es en la planta de Enka donde se desarrolla el proceso de transformación de esos materiales, lo que deriva en fibras textiles y resinas PET que tardan dos meses en volver a ser útiles para retornar a empresas como Coca-Cola y Postobón.
Por esa labor, los gigantes de bebidas escogieron a ambas empresas para desarrollar su ambicioso plan en el Caribe. Quién mejor que ellos para influir en una efectiva separación de la fuente de los residuos en estas tres ciudades próximas al mar, en las que habitan 2,6 millones de personas y donde entran y salen turistas todo el tiempo.
La idea es llegar a los usuarios, centros comerciales, tiendas y unidades residenciales a través de volantes, perifoneo, mensajes radiales y televisivos. Esa información es la base del éxito de RE, porque el deber siguiente apunta a los recicladores, a los residuos que puedan aprovechar como cartón, papel o PET, y no condene esos materiales a un relleno sanitario. Por el contrario, la misión es alargar el ciclo de reciclaje tanto como se pueda.
Para ello cada ciudad tendrá a cargo un director de proyecto. Esta persona acompañará a 100 recicladores e identificará sus rutas de recolección y la distancia a la que están de ellos sus centros de acopio donde disponen al final lo recogido. En total, 300 recicladores de los 1.450 registrados en la región se beneficiarán de ello.
Esa estrategia es logística, explica Germán Vanegas, director de Ekored. “Puede que los recicladores estén caminando más kilómetros diarios en vez de llegar a un sitio georreferencial cercano. Para ayudarles, el movimiento contará con motocarros que puedan también llegar a ellos según sus necesidades, encontrarlos en una esquina, a una hora determinada para recoger lo que ellos cargarían hasta sus cooperativas”, contó.
Esta iniciativa representa un ejemplo de economía circular. El movimiento RE, con una inversión de $1.000 millones, reflejará sus frutos en diciembre del próximo año. Porque, como insiste Carolina García, gerente regional de sostenibilidad de Bavaria, “una sencilla acción, repetida todos los días, puede transformar la realidad”.
De esta manera, Bavaria, Coca-Cola (tanto Femsa como Company), Postobón y Pepsico esperan que la región Caribe transforme no solo sus residuos, sino también sus indicadores, y abandone su fama como una de las que menos recicla en el país. Esta acción es además un granito de arena desde las empresas ante el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) gracias a que “hoy en día las empresas de bebidas ya han incorporado en promedio un 35 % de materiales reciclados en sus envases; creemos que si trabajamos juntos podemos lograr que las botellas no lleguen a los rellenos sanitarios y mucho menos a los ecosistemas”, comenta Álvaro Hincapié, presidente de Enka.