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Wildlife Conservation Society Colombia, en colaboración con Turtle Survival Alliance (TSA) y Rainforest Trust, adquirió un predio rural de 120 hectáreas, ubicado en San Benito Abad (Sucre), con el objetivo de crear una zona de reserva para la tortuga carranchina, una especie endémica del Caribe colombiano que está en peligro crítico de extinción. (Puede leer: El águila coronada a punto de la extinción)
Según estudios recientes sobre genética del paisaje, “la afectación sobre este reptil se debe a la fragmentación sufrida por el bosque, causando la división de sus poblaciones, que están aisladas. Por eso, los individuos han tenido que reproducirse entre parientes (endogamia), lo que ha incrementado la probabilidad de que adquieran genes defectuosos que podrían derivar en enfermedades, cambios físicos o incluso en la muerte”, explica la organización.
Germán Forero, director científico de WCS Colombia, dice que “lo más urgente que queremos hacer en vista de la degradación del bosque seco, es abordar el problema de la endogamia. Dadas las condiciones tan críticas y la ausencia de una población identificada en un área con buenas condiciones, decidimos que la única alternativa era establecer una reserva donde pudiéramos manejar todas estas variables y contribuir a la conservación de la tortuga”. (Le puede interesar: Buenas noticias: en Colombia encuentran siete nuevas especies para la ciencia)
El científico añadió que el trabajo, además, estará enfocado en la recuperación de una parte del ecosistema. Para ello, diseñarán un programa de restauración, en el que estará incluido la rehabilitación y expansión de los humedales y bosques secos que aún existen en la reserva. El objetivo, añade, es mejorar la conectividad de esta zona con otras áreas que "puedan tener individuos y contribuir poco a poco a regenerar el flujo genético entre poblaciones. Todo esto incluiría la transformación del lugar, a mediano plazo, en una reserva de la sociedad civil".
Para su conservación, se llevarán ejemplares de diferentes grupos poblacionales de la especie que no estén emparentadas. Forero aclara que para realizar este proceso es necesario tramitar una serie de permisos, por eso, el plan podría comenzar a ejecutarse el próximo año. Además, se realizará un monitoreo para saber si la población comienza a aumentar con la protección. (Lea: Aviturismo en Colombia, en jaque por el regreso de la violencia)