“Sin los océanos la temperatura del planeta sería diez veces mayor”: Christopher Sabines

Christopher Sabines, decano de investigación de la Universidad de Hawái Manoa y premio nobel de paz en 2007, explicó que los océanos absorben altos porcentajes de dióxido de carbono y este proceso está destruyendo los ecosistemas marinos. Sabines hace un llamado urgente a reducir el consumo de combustible fósiles.

Juan Miguel Hernández / @JuanMiguel94
22 de mayo de 2019 - 02:53 p. m.
Christopher Sabines, decano de investigación de la Universidad de Hawái Manoa y premio nobel de paz en 2007. / Diego Cuevas
Christopher Sabines, decano de investigación de la Universidad de Hawái Manoa y premio nobel de paz en 2007. / Diego Cuevas
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El profesor Christopher Sabines lleva más de 25 años estudiando cómo los mares pueden ayudar a regular la temperatura del planeta. En 1992 hizo el doctorado en oceanografía química de la Universidad de Hawái Manoa y desde entonces ha participado en más de 150 publicaciones científicas que analizan el ciclo global del carbono y las consecuencias del calentamiento global en las especies marinas.

Sabines es reconocido en el mundo por sus contribuciones al Programa Intergubernamental sobre el Cambio Climático (IPCC), que ganó el premio Nobel de Paz en 2007. En los últimos años ha participado activamente en la creación de la Red Global de Observación de la Acidificación Oceánica. Actualmente es el decano de investigación en la Universidad de Hawái y se dedica a dar capacitaciones sobre estos temas a científicos africanos, latinoamericanos y de las islas del Pacífico.

Gracias a una alianza entre Maloka y la Universidad Javeriana, Sabines estuvo en Colombia dictando la conferencia “Cambio climático: ¿sociedad en peligro?”. En diálogo con El Espectador, el científico norteamericano explicó que los océanos están absorbiendo altos porcentajes del dióxido de carbono que produce el ser humano y este proceso está afectando la salud de los corales, las ostras y los moluscos. Además hace un llamado urgente para reducir el consumo de combustibles fósiles.

Su conferencia expone la importancia de los océanos a la hora de reducir el calentamiento global y detener el cambio climático. ¿Cuál es la idea central de esta teoría?

El 93 % del calor que producen los gases de efecto invernadero es absorbido por los océanos. Si estos no existieran, la temperatura de la tierra sería 10 veces mayor a lo que es hoy en día. De algún modo, los océanos ayudan a controlar los patrones climáticos y regulan los niveles de temperatura.

¿Hasta qué punto esta función natural de los océanos es suficiente para disminuir el efecto de los gases de efecto invernadero?

Al principio, hace 25 años, cuando empezamos a estudiar este fenómeno, creíamos que estaba bien porque reducía las emisiones de dióxido de carbono y las regulaba de forma natural. De hecho, la acidez que causan estos gases en el océano ayuda al crecimiento de algunas plantas marinas y otros organismos. Sin embargo, con el tiempo descubrimos no solo que no era suficiente, sino que este fenómeno tenía consecuencias muy graves. La cantidad de calor y de dióxido de carbono que absorben los océanos está afectando de forma negativa la composición química de los ecosistemas marinos.

¿Cómo afecta a los océanos y a los organismos que viven en ellos?

Se están afectando de dos formas principales. Primero, el aumento de temperatura de las aguas de los océanos está deteriorando la salud de especies vitales como las barreras coralinas. Varios estudios sugieren que solo el 20 % de los corales del mundo estarán saludables al final de este siglo. Segundo, la acidez que produce el dióxido de carbono al llegar al océano interrumpe los procesos de producción de cubiertas de carbonato de calcio de distintas especies, como las ostras y los moluscos. En términos prácticos, el CO2 es muy difícil de asimilar para los organismos de estas especies. También hay algas microscópicas que producen un porcentaje alto del oxígeno que los humanos respiramos y que han sido afectadas por la acidificación.

Científicos afirman que la absorción de estos gases también afecta el pH de los océanos. ¿Cuáles son las consecuencias de este proceso?

Uno de los compuestos que absorben y disminuyen naturalmente el sonido de los océanos es muy sensible al pH. Entonces, al modificar la composición del pH del océano con la absorción de dióxido de carbono, hemos comprobado que el océano se hace cada vez más ruidoso y eso afecta a los mamíferos que se comunican a través de sonidos, como las ballenas o los delfines. Los cambios en el pH, además, afectan la habilidad de los peces para detectar a sus presas y sus depredadores.

¿Tiene cifras de cómo ha aumentado la acidez del océano con la absorción de gases de efecto invernadero?

En las últimas décadas se ha presentado un 30 % de incremento en la acidez de los océanos. Hemos podido observar niveles de pH que no se habían evidenciado en los últimos 20 millones de años. Muchos organismos marinos no tienen la capacidad de adaptarse a estos cambios.

El último informe de la Ipbes dice que el 66 % de los ambientes marinos están afectados por las acciones humanas. ¿Cómo está ocurriendo?

Además de la acidificación de los océanos que produce la emisión de gases de efecto invernadero, hay otros factores que están afectando negativamente los ecosistemas marinos. Podría hablar de tres: el turismo, la pesca industrial y la contaminación con plástico.

En ese sentido, ¿qué soluciones y estrategias podrían implementar los países para mitigar estos fenómenos y proteger los océanos?

La solución principal es abandonar los combustibles fósiles. O por lo menos reducir de forma significativa su producción y su consumo. Si cambiamos la cantidad y la velocidad en la que utilizamos carbón o petróleo podemos ayudar a que los organismos marinos se adapten mejor a las nuevas temperaturas. Una manera inteligente de lograrlo es promover el consumo de energías verdes: eólica y solar, principalmente.

¿Qué acciones concretas y cotidianas pueden hacer las personas del común para contribuir a este proceso?

Los científicos creíamos que nuestro rol y nuestro deber era solo hacer investigación y publicarla en revistas especializadas, pero ahora creemos que eso no es suficiente. Por eso hacemos conferencias como esta y recorremos el mundo dictando charlas para que la información que generamos llegue a un público mucho más amplio y la gente del común entienda la magnitud del problema y cambie sus hábitos de consumo. En ese sentido, creo que hay dos niveles de contribución. El primero es usar la influencia política y democrática que cada ciudadano tiene para elegir líderes que ayuden y se comprometan con la reducción de gases de efectos invernadero. La segunda es reducir la huella de carbono a través del consumo responsable, el reciclaje, la eliminación del plástico y el ahorro de agua y energía.

Por Juan Miguel Hernández / @JuanMiguel94

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