Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
El mayor desafío al que se enfrenta la especie humana en el siglo XXI es frenar el calentamiento global. Para ello, hace menos de un año entró en vigor el Acuerdo de París, un tratado de carácter mundial cuyo objetivo es limitar el incremento de la temperatura de la Tierra en 2 °C con respecto a los niveles preindustriales. si esto se logra, dice el Acuerdo, en 200 años el aumento de la temperatura no deberá superar los 1,5°C. Pero, a pesar de lo urgente de cumplir esta meta, un estudio reciente indica que es practicamente imposible que la humanidad la cumpla. (Lea también: Trump calienta el planeta)
El trabajo, publicado en la revista Nature Climate Change, señaló que lo más probable es que durante el próximo siglo la temperatura de la Tierra aumente entre 2 °C y 4,9 °C. Tras analizar miles de datos estadísticos, el grupo de investigadores y científcos norteamericanos llegó a la conclusión de que la posibilidad de que la temperatura de la Tierra solo aumente 2 °C o menos a finales de siglo es de un 5%, y de un 1% si la meta es que se mantenga por debajo de 1,5 °C.
"Nuestro análisis es compatible con estimaciones anteriores, pero muestra que improbable que se cumplan las predicciones más optimistas", asegura Adrian Raftery, autor principal de la investigación y profesor de estadística y sociología en la Universidad de Washington.
"En general, los objetivos expresados en el Acuerdo de París son ambiciosos pero realistas", señala el experto, "pero las malas noticias son que es improbable que sean suficientes para lograr mantener el calentamiento en o por debajo de 1,5 ºC".
Complicado alcanzar los objetivos de París
Los expertos analizaron cómo aumentarían las emisiones para el año 2100 en función de tres variables: la población mundial total, el producto interior bruto per cápita y la cantidad de emisiones de carbono emitido por cada actividad económica.
Se dedicaron a mirar con lupa cómo se han comportados estos tres elementos en los últimos 50 años a nivel mundial. Los resultados no fueron esperanzadores: aún esforzandonos, la temperatura media del planeta a finales de siglo se elevaría 3,2 °C.
La causa, contrario a lo que muchos podrían pensar, no estaría en el crecimiento demográfico, sino más bien en las actividades industriales. Por ello, advierten que la rapidez con la que se reduzcan las emisiones de dióxido de carbono en función de cada actividad económica será crucial para frenar el calor del futuro.
“Se llegó a la conclusión de que la temperatura de la Tierra no debía aumentar más de 1,5 °C debido a las catástrofes medioambientales severas que sufrirían muchos países. En caso de que se sobrepase, los daños por calor extremo, inundaciones o por el aumento del nivel del mar serán mucho más graves”, explica Dargan Fierson, coautor del estudio.
“Nuestros resultados muestran que para conseguir los objetivos del Acuerdo de París hacen falta cambios drásticos”, concluye el autor.