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La prohibición ha entrado en vigor este miércoles en algunos de los principales países de la región, lo que incluye a territorios como Jamaica, Belice, Trinidad y Tobago o Bahamas, que durante los últimos días han hecho los ajustes finales para unirse a los estados más avanzados del mundo en la defensa del medioambiente.
La lista de los países que hoy se suman a la iniciativa incluye también a Barbados, Dominica y Granada, todos interesados en detener la degradación de sus territorios y en especial de sus costas, fundamentales para la atracción de turistas, la primera fuente de divisas para la mayoría de territorios de la región.
El ministro de Medio Ambiente de Bahamas, Romauld Ferreira, ha promovido durante 2019 la normativa que supone la prohibición, que pone fin a partir de este miércoles en el archipiélago atlántico al uso de recipientes de alimentos de espuma de poliestireno, utensilios y bolsas de plástico de un solo uso.
“Hemos introducido una serie de iniciativas y ciertamente creo que estamos trabajando para lograr la mayoría de los objetivos marcados”, ha asegurado pocas horas antes de que entrara en vigor la nueva normativa. “Va a llevar algún tiempo abordarlo por completo, pero estamos satisfechos de que, en la medida de lo posible, tengamos alternativas disponibles”, ha sostenido el funcionario.
El ministro de Salud de Bahamas, Duane Sands, ha comentado por su parte que a partir de hoy se acaba con el uso de pajitas y recipientes, aunque otros utensilios como las botellas de agua requerirán un período de transición. El vicepresidente del complejo Baha Mar Hotel en el archipiélago atlántico, Robert Sands, ha dicho que trabajan para cumplir con lo que marca la nueva normativa.
Sands ha señalado que, aunque el complejo está listo, habrá que trabajar, en especial en estos primeros días, para que todo se adapte a lo que estipula la nueva normativa vigente. Ed Field, vicepresidente de asuntos públicos de Atlantis Resort, también Bahamas, ha dicho que como complejo con orientación ecológica se eliminó el uso de pitillos de plástico, vasos y recipientes de espuma de poliestireno.
La directora ejecutiva de la consultora especializada en temas ambientales Jamaica Environment Trust, Suzanne Stanley, ha advertido de que la prohibición debe conducir al reemplazo por materiales que no produzcan contaminación.
“Cualquier cosa que no sea biodegradable no es realmente una alternativa, porque lo que estamos tratando de hacer es eliminar el plástico de un solo uso del flujo de residuos sólidos”, ha afirmado.
El director ejecutivo del jamaicano Grupo Wisynco, Andrew Mahfood, ha alertado de que la prohibición que hoy entra en vigor podría causar que mucho más plástico del actual se canalice hacia depósitos irregulares.
Wisynco, una vez el mayor fabricante de envases de espuma de poliestireno del país, suspendió el mes pasado la producción y eliminó 100 empleos, ya que la dirección de la compañía consideró que las alternativas eran demasiado costosas para competir con las opciones de importación.
Daryl Vaz, funcionario del Ministerio de Crecimiento Económico y Creación de Empleo de Jamaica, se ha mostrado confiado en que a partir de este miércoles los jamaicanos cumplan plenamente con la nueva ley.
El mundo consume 5 billones de bolsas de plástico anualmente hechas con derivados del petróleo que pueden tardar hasta cientos de años en degradarse, y los países del Caribe son los que más uso hacen de estos materiales per cápita tan dañinos para el medioambiente. Y de los treinta principales contaminadores mundiales per capita de este tipo de plásticos, diez son de la región del Caribe.
Más de 300 000 toneladas de residuos de plástico en el Caribe no son recogidas cada año resultado de que buena parte de los hogares de la región arrojan desechos plásticos a vías fluviales o tierra, según datos del Banco Mundial
Además, más de 4 millones de desechos de plástico fueron recogidos en áreas costeras entre los años 2006 y 2012 en el Caribe, según información del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente. La creciente acumulación de residuos de plástico ha provocado que se pongan en riesgo 200 000 empleos directos que dependen de labores ligadas al área costera, entre otras el millonario negocio del buceo en la región.