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La violencia política siguió dejando víctimas en el territorio nacional. El 10 de octubre de 1986 se conoció de dos graves casos de intolerancia. Primero se produjo el asesinato del presidente del Comité de Solidaridad de los Presos Políticos, en el Valle, Evert Marín Cotrino, quien se había residenciado en el Reino Unido, pero adelantaba un viaje en Colombia para colaborar en la visita de una misión internacional de observadores sobre el tema de la creciente lista de presos políticos. (Lea: El día que se rompía la tregua de las Farc con el gobierno Betancur)
De igual modo, la organización indígena Embera Wuainana que integraba las comunidades de Chocó y Antioquia denunció la muerte violenta de dos de sus principales líderes del cabildo de Cordoncillal, y de tres de los integrantes de la organización. Las víctimas fueron identificadas como el gobernador del cabildo, Javier Bailarín, el promotor de salud Muringa Chori y los integrantes Ernesto Domicó, Uriel Domicó y Rafael Domicó. El hecho fue atribuido a los conflictos con los colonos dedicados a la explotación de madera. (Lea: Estas eran las noticias del 8 de octubre de 1986)
En medio de las duras noticias del orden público, comenzó a despejarse el panorama de la elección de la designatura presidencial. Luego de los diálogos entre el presidente de la república y la comisión política central comenzó a descartarse una votación abierta de los congresistas liberales, para evitar un triunfo rotundo del exministro Eduardo Mestre. En la pelea por el eventual reemplazo del presidente Barco se siguieron ventilando los nombres de Hernando Durán, Alfonso Palacios, Juan José Turbay y Humberto Peláez. (Lea: El día que reconstruirían judicialmente el holocausto del Palacio de Justicia)
Por Redacción El Espectador
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