Escucha este artículo
Audio generado con IA de Google
0:00
/
0:00
Las alcaldías de los municipios de Tenjo y Tabio, ambos en Cundinamarca, firmaron el compromiso “La Peña de Juaica es de Todos”, un acuerdo de mutua responsabilidad y compromiso con la protección ambiental y cultural de la serranía natural.
En el encuentro, que tuvo lugar en la cima de la montaña, se puso en la mesa el riesgo ambiental en el que se encuentra ese sitio por el impacto del hombre. Así lo evidenciaron las autoridades en la reciente visita al lugar, donde encontraron basuras, naturaleza destrozada, árboles cortados, restos de fogatas, entre otros daños.
“La Peña de Juaica fue el símbolo de encuentro entre Tabio y Tenjo y hoy lo estamos materializando. Yo soy un convencido de que con Subachoque podemos cuidarla, también es importante que estén aquí las autoridades cívicas, pero sin la comunidad no lo podemos hacer, porque ellos son los primeros veedores de la peña”, dijo el director del Instituto de Cultura y Turismo de Tenjo, Francisco Gaitán.
Le recomendamos leer: Ovnis en la peña de Juaica, Cundinamarca
El encuentro fue liderado por Sonia González, alcaldesa de Tenjo, y contó con la asistencia del Alcalde de Tabio, Pablo Enrique Camacho, el Secretario de Desarrollo Económico y Turismo de Tabio, Javier Fontecha, integrantes de la Policía, Defensa Civil y Bomberos de ambos municipios, quienes se unieron al compromiso.
La Peña de Juaica, ubicada a 35,6 kilómetros de Bogotá, es una elevación rocosa que se caracteriza por su gran diversidad de fauna y flora. Además, es un lugar sagrados de los muiscas, indígenas que han estado desde hace siglos en la región andina central de la cordillera Oriental: en los municipios de Cota, Chía, Tenjo, Suba, Engativá, Tocancipá, Ganchacipá y Ubaté.
Le recomendamos leer: Juaica, una experiencia para toda la vida
De acuerdo con la Organización Nacional Indígena de Colombia, Onic, en la actualidad la mayor parte de la población muisca se concentra en el municipio de Cota cuyo resguardo denominado con el mismo nombre fue disuelto por el Incora en el año 2001. Hoy, se encuentran asentamientos dispersos de poblaciones a lo largo del territorio que reclaman su condición étnica. Muchos de los elementos culturales de tradición Muisca se conservan en las comunidades campesinas de Boyacá y Cundinamarca.