Laila Paéz nació para ser diseñadora de modas o la vida urgió en darle razones para serlo. Pudo ser su amor por sus abuelos: él sastre y ella modista. O ese momento en que era niña e iba a donde su abuela y con los retazos que ella le guardaba en una bolsita se las ingeniaba para coser y diseñarle vestidos a sus muñecas. O tal vez fue su gusto por la pintura y el dibujo lo que la condujo a estudiar diseño. O fueron todas esas razones las que la llevaron a estudiar la carrera en la Universidad Autónoma del Caribe, en Barranquilla.
La vida y su curiosidad le tenían preparadas más cosas. En una clase de la Universidad, Nanotecnología, se interesó por el uso de materiales inteligentes que podían ser aplicados a la moda. Empezó a investigar y en eso basó su proyecto de investigación. Descubrió cómo podría utilizar esos materiales en su carrera y en su futuro, y una vez terminó su carrera montó su empresa: Hamsa.
Dos años lleva Paéz en el proceso de trabajar con telas inteligentes que avisan la exposición solar. “Me baso en tecnologías que existen desde hace muchos años. Cuando yo estaba pequeña tenía ganchitos que de pronto eran blancos y al momento en que yo salía al sol se ponían rosados. Me baso en esas mismas tecnologías”, cuenta la joven emprendedora.
La diferencia es que Laila Paéz las aplica al campo de la moda, su pasión. Los vestidos de baño logran alertar a los niños y sus padres de cuan expuestos están a los rayos del sol. “Por ejemplo, si un vestido de baño tiene un estampado de maripositas, bajo la sombra o en el momento que no tienen exposición solar no muestra ningún color. Pero al momento de exponerse al sol, inmediatamente va a aparecer un color en el estampado, que puede ser un color rosado, verde, morado, amarillo y dependiendo de la exposición que esté recibiendo va a ser la intensidad de ese tono”.
Los vestidos tienen una tonalidad muy fuerte con los rayos del mediodía. Si se trata de un tono rosado, en esa hora podría llegar a ser fucsia, mientras que con el sol de las 6:00 p.m. el vestido de baño puede llegar a ser de un rosado pálido.
La diseñadora ha ganado varios concursos que le han servido de impulso y catapulta para sus proyectos. Entre esos está el galardón del Fondo Emprender, el Idea tu Empresa, que hace parte del Centro de Innovación y Emprendimiento de la Universidad Autónoma del Caribe, con el que ganó $6.000.000 en la categoría de Egresados. También participó en el reality “El gran inventor Colombia”, emitido por Discovery Channel, quedando entre las 11 mejores inventoras del país.
Con el premio de Idea tu Empresa, que premia la innovación, busca que los estudiantes abran su mente y aprovechen las posibilidades que les ofrece el mundo, sumado a sus talentos para innovar, Paéz fortaleció su empresa. Y con "El gran inventor Colombia", se dio a conocer nacional e internacionalmente en países como México, Perú y Estados Unidos, donde le han preguntado por sus productos y le han demostrado gran interés por su comercialización.
La diseñadora, de 23 años, tiene su empresa en el Centro Comercial Palmas Mall ubicado en su ciudad natal y también realiza envíos nacionales a través de sus redes sociales en Facebook e Instagram: hamsabylailapaez De jugar con barbies pasó a tener su propio espacio en el que le ofrece atención personalizada a sus clientes. “Trabajo sobre medidas, gustos, también dependiendo del cuerpo, de lo que quieren, les doy las especificaciones y recomendaciones adecuadas”, explica Paéz.
Pero la inventora no solo tiene los vestidos de baño que cambian de color con la exposición al sol. En su línea también se encuentran vestidos de baño con protección UV que son tecnologías existentes pero poco comercializadas y pantalonetas que tienen la cualidad de repeler líquidos y a su vez son telas que no se ensucian. Los productos cuentan con una etiqueta que indica los cambios y con la que se puede saber la exposición a los rayos del sol.
Paéz le pone a los trajes su toque, su esencia y los personaliza con estampados familiares para hacer más exclusivo cada producto. La diseñadora piensa en todo y sabe que, como el mundo, la moda también se transforma. Con sus inventos busca proteger la salud y que los padres estén más seguros de llevar a sus hijos a playas, piscinas y parques.
Una niña que pasaba sus días en el lugar en que su abuela cosía, se convirtió en una inventora que estudió lo que quería. Montó su propia empresa y con lo que hace cuida la piel de las personas. Ella quiere seguir investigando y saciando su curiosidad y espera que lo que comercialice en su empresa y en sus envíos nacionales e internacionales cuente con elementos tecnológicos.