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El 7 de julio, el Ejército de Liberación Nacional (Eln) le propuso al presidente Iván Duque un cese al fuego bilateral de 90 días para encaminar los esfuerzos nacionales a mitigar la pandemia y para contemplar, a corto o mediano plazo, una nueva etapa de negociaciones de paz. Sin embargo, el mandatario rechazó la oferta.
Ahora, el frente Guillermo Ariza, que hace presencia en el sur de Bolívar, amenazó a la comunidad con un toque de queda forzado, entre el 3 y el 17 de agosto, con el ánimo de “mitigar la propagación del COVID-19”.
A través de un comunicado, difundido en la tarde del 30 de julio, esta estructura guerrillera afirma que esta decisión se debe a un “abandono del Estado para atender la emergencia sanitaria”, lo cual hace que ellos deban extremar medidas para que el virus no se propague.
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A su vez, los hombres del Guillermo Ariza manifiestan que durante esos días harán un balance de los contagios en la zona de Santa Rosa del Sur, por lo cual exigen un aislamiento total.
En caso de que el grupo armado vea movilización en las calles o circulación en las carreteras de esta zona del país, amenazan con “revisar las medidas necesarias para evitar que la emergencia siga creciendo”.
A pesar de que se han registrado amedrentamientos recientes de estos grupos en el sur de Bolívar, el norte de Chocó y algunas zonas al sur de Córdoba, las autoridades locales investigan si esta circular efectivamente corresponde a la guerrilla.
En Bolívar hay 17.906 casos de COVID-19, según el Ministerio de Salud.