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Ocho años después de su muerte, el sociólogo Alfredo Correa de Andreis sigue sin descansar en paz. Esta vez es protagonista de una controversia que bien podría terminar en los estrados judiciales y que enfrenta a la periodista Claudia Ayola y al fiscal delegado Demóstenes Camargo. La discusión se da a raíz de unas columnas en las que la comunicadora cuestionó la actitud del otrora fiscal del caso contra el académico, asesinado en Barranquilla el 17 de septiembre de 2004 por un comando paramilitar.
En uno de sus artículos, publicado por El Heraldo el 23 de septiembre pasado, Ayola recordó el proceso que la Fiscalía le abrió a Correa de Andreis meses antes de su muerte y que, según la justicia, sirvió de justificación para que los ‘paras’ lo acribillaran señalándolo como colaborador de las Farc. El profesor universitario permaneció recluido casi un mes por cuenta de unos testimonios que lo vinculaban con la organización guerrillera, pero que, tiempo después, fueron desvirtuados por la justicia, que lo dejó en libertad.
En su escrito, la periodista dijo: “Demóstenes le dio captura a un hombre inocente, condenándolo a un mes de encierro y marcando el inicio de una serie de hechos agónicos que acosaron a Alfredo Correa de Andreis hasta llevarlo a la muerte”. Y agregó que Camargo “violó la presunción de inocencia”, lo que, según ella, motivó que este año el Tribunal Superior de Bolívar condenara a la Fiscalía a indemnizar a los familiares de Correa de Andreis. En otro artículo, Ayola reprodujo lo dicho por Fredy Muñoz, otrora periodista de Telesur (condenado por vínculos con la guerrilla) respecto del fiscal Camargo, a quien se refirió como un “narcofiscal”.
En respuesta a estas columnas, el fiscal Camargo le envió varios correos a Ayola, en los que le solicitó a la periodista su rectificación y le aseguró que su actitud fue conforme a la ley y que la demanda del Tribunal Superior de Bolívar era producto de que en Colombia, por ley, toda persona recluida y luego absuelta debe ser indemnizada. No obstante, sobre el caso Correa de Andreis, le dijo a Ayola: “Si se hubieran practicado todas las pruebas que faltaban (lo cual no sucedió porque el profesor universitario fue asesinado), otra habría sido la situación”.
Al funcionario, como era de esperarse, le molestó particularmente que lo llamaran “narcofiscal”. Por eso, en otro correo le dijo a Ayola: “Si usted no actúa con la honestidad que se espera de un buen periodista entenderé entonces que usted actuó con dolo, al reproducir y repetir la injuria antes mencionada”. La periodista, no obstante, sostiene que nunca ha tenido intención de cometer algún delito. Ella publicó luego otra columna cuestionando que, a su juicio, el fiscal Camargo siguiera violando la presunción de inocencia de Correa de Andreis y que continuara haciéndolo pasar como un guerrillero.
Por ello aseguró, esta vez en El Universal de Cartagena, que “Demóstenes (Camargo) parece desconocer que en Barranquilla, en Ciénaga, en el Festival del Miedo de Bogotá, Alfredo Correa de Andreis es honrado, y en su memoria una estación de Transmetro lleva su nombre”. En el escrito, además, denunció presuntos seguimientos ilegales en su contra. La respuesta del fiscal fue aún más subida de tono: “No sea ridícula inventándose falsos seguimientos, usted no es ni mínimamente importante para ser objeto de seguimiento. Eso no es más que un ridículo intento por hacerse la víctima sabiendo que es responsable de un delito. No es la primera vez que usted se inventa cosas como esa. Aquí cabe la frase, ‘los pájaros tirándoles a las escopetas’”.
Según el fiscal, el argumento de una estación nombrada por Correa de Andreis es comparable con que en Venezuela haya un monumento a Tirofijo y Chávez: “Hasta al diablo se adora en Venezuela, en realidad lo mismo ocurre en Colombia, donde se puede incluso adorar al Diablo, así que nada extraño hay en que se venere a personas que daño le han hecho al país como Tirofijo y sus compinches”.
En una última comunicación, Camargo llegó al extremo de insinuar que la periodista podría ser la responsable de intimidaciones en su contra: “Yo sí he sido objeto de amenazas contra mi vida y se han descubierto planes para matarme. De ahí que la Fiscalía me trasladara a Bogotá. Siempre creímos que esas amenazas y planes de muerte venían de los paramilitares y las bacrim, pero ahora sabiendo de usted y su acoso periodístico nos da para pensar que los intentos de darme muerte vienen más bien de otro tipo de delincuencia más organizada con redes en Cartagena y Barranquilla”.
La controversia ha llegado hasta la familia de Correa de Andreis. La hermana del sociólogo, Magda Correa, cuestionó la actitud del funcionario y dijo que durante el proceso en su contra, la Fiscalía cometió varias irregularidades que afectaron profundamente a la familia. “No es justo que, después de pasar por lo que pasamos, uno se encuentre con estas afirmaciones de un fiscal que no hacen sino revictimizarnos”. Magda anunció que le solicitó a la Fiscalía que sea Camargo quien pague la demanda que le impuso el Tribunal Administrativo de Bolívar. Es decir, que el Estado ejerza una acción de repetición en contra de Camargo.
La periodista está evaluando si interpone alguna acción legal en contra del fiscal, que al parecer la acusa hasta de planes contra su integridad. El funcionario, por su parte, le dijo a este diario que apenas el paro judicial termine por completo denunciará a Ayola por injuria y calumnia. Ayola, le aseguró a El Espectador, no piensa rectificar. Camargo tampoco da su brazo a torcer. Lo paradójico es que en este cruce de acusaciones, sea el propio fiscal quien señale: “Todo esto no hace más que afectar la memoria de un gran ser humano como era el profesor Correa de Andreis, con quien pude compartir en varias ocasiones”.