Juan Valdez le apuesta a una Colombia que renace con el café

“Renacer” es la edición especial de café de Juan Valdez que rinde homenaje a seis regiones afectadas por el conflicto armado.

Paulina Tejada Tirado @PauliTejadaT
21 de noviembre de 2017 - 01:27 p. m.

Escucha este artículo

Audio generado con IA de Google

0:00

/

0:00

Renacer con el café, retornar a las raíces, dar voz a los pueblos colombianos y llevar un mensaje de esperanza: eso busca Juan Valdez con su edición especial para esta navidad. Dentro del kit “Renacer” habitan seis historias de seis regiones colombianas, cinco cafés de origen y una manilla hecha a mano por las comunidades Embera del Chocó.

Para lograr esto, el equipo de Juan Valdez recorrió seis municipios del país junto con la iniciativa Vamos Colombia, impulsada por la Fundación Andi con el apoyo de Usaid y Acdi-Voca, organizaciones que hacen parte de Programa de Alianzas para la Reconciliación. Este proyecto reunió a 1.070 voluntarios de empresas privadas, miembros de la comunidad, exguerrilleros y militares, gracias a la participación de la Agencia para la Reincorporación y Normalización y el Ejército Nacional, con el fin de unir esfuerzos, perdonar y aportar a la construcción de país en una nueva etapa de posconflicto. Lea más: Vamos Colombia: el espacio del sector privado frente al posconflicto

La humedad y el calor de Caquetá, el departamento en el que se llevó a cabo el cierre de Vamos Colombia, fueron testigos del encuentro y el trabajo en conjunto entre Miller, un campesino cafetero de la vereda el Caraño, y Hernán Méndez, el presidente de Procafecol, empresa encargada del desarrollo de las Tiendas Juan Valdez. Ambos, con machete en mano y bajo el sol del mediodía, zoquearon los cafetales. Con esto, Méndez reafirmó el sudor y el amor que hay detrás de cada taza de café de su reconocida empresa.

Méndez, acostumbrado a un escritorio capitalino, quiso vivir en carne y hueso esa experiencia para ponerse en los zapatos de los cafeteros del país y entender realmente las oportunidades que puede brindarles para hacer que la paz sea sostenible. “Fue duro, estuve zoqueando en una ladera de 90 grados. El campesino dueño de la finca me enseñó cómo pararme, me dio un par de tips, porque no me estaba rindiendo”, contó Méndez entre risas a El Espectador, mientras, cansado, tomaba agua después de su jornada en la finca.

“Estas personas y regiones están ávidas a oportunidades, que a través de las empresas privadas tenemos la responsabilidad de ayudarles porque somos el vehículo que puede hacer que esos campesinos y esas microempresas progresen y, de esta manera, construir un país mejor y hacer que la paz se multiplique”, afirmó el presidente de Juan Valdez, empresa que ha sido un referente en el tema de competitividad inclusiva, al vincular en sus procesos productivos y convertir en aliados comerciales a los campesinos del país. Le puede interesar: Proyectos de sustitución de cultivos ilícitos: ¿se están quedando en el papel?

Esta no es la única forma de generar empleos incluyentes. Según Liseth Beltrán, coordinadora de proyectos de la Fundación Andi, “las empresas pueden vincular a población vulnerable encadenándose con unidades productivas que están en territorios apartados, volviéndolos sus proveedores, distribuidores o incluso empleados directos”.

“Y no solo eso, sino también comprándoles café y aromáticas para el propio servicio dentro de las empresas o teniéndolos en cuenta con los regalos que dan”. Según Liseth, esta es una manera de hacer competitiva la paz y generar entornos más sostenibles, pues “en vez de ayudar desde la filantropía o la lástima, realmente consolida un mercado más fuerte”.

La edición especial “Renacer” estará disponible en 150 tiendas Juan Valdez en las principales ciudades del país a partir del 23 de noviembre. 5.000 unidades llevarán consigo las historias de reconciliación y esperanza de las comunidades que vencieron los desafíos del conflicto y decidieron empezar de nuevo en Chaparral (Tolima), la Sierra Nevada (Magdalena), San Carlos (Antioquia), Cali (Valle del Cauca), Quibdó (Chocó) y Florencia (Caquetá). Lea también: ¿Cómo compite Juan Valdez con los bajos precios?

Entre ellas, está la historia de Elsa Quinaya, quien lo perdió todo cuando uno de los actores del conflicto quemó su finca, sus cultivos, su origen y su futuro. Su esposo perdió la visión, fueron desplazados y asumieron el reto de volver a empezar. Hoy recogen frutos de café valluno con optimismo y valentía. “El perdón es importante porque tenemos que seguir viviendo y, con rencor, no se puede. Perdonar es descansar y abrirse a un nuevo nacimiento. Nosotros volvimos a nacer”, le comentó Elsa a El Espectador, rodeada del canto de los pájaros en una finca del Caraño.

Nancy Giraldo, la cafetera representante de San Carlos, Antioquia, y líder comunitaria de la vereda Santa Rita, vio su finca destruida y abandonada por el paso de la guerra, cuando regresó después de años de desplazamiento forzado. Sin embargo, con voluntad decidió empezar de nuevo y retornar a sus raíces y a su herencia con aroma de café y hoy cultiva uno que, según ella, “debe saber a amor, a reconciliación y a fuerza”.

Hernán Méndez, presidente de Procafecol, zoqueando los cafetales de Caquetá.
Hernán Méndez, presidente de Procafecol, zoqueando los cafetales de Caquetá.

Por Paulina Tejada Tirado @PauliTejadaT

Temas recomendados:

 

Sin comentarios aún. Suscribete e inicia la conversación
Este portal es propiedad de Comunican S.A. y utiliza cookies. Si continúas navegando, consideramos que aceptas su uso, de acuerdo con esta  política.
Aceptar